Erradicar las violencias por razones de género y contra las niñeces es el objetivo principal de convenciones y leyes internacionales, nacionales y provinciales que obligan, desde hace décadas, a las personas que cumplen diferentes funciones en los tres Poderes del Estado, a actuar en consecuencia. El relato de Natasha, madre de dos niñas de 11 y 7 años quienes fueron abusadas por su padre, dejó en evidencia los incumplimientos a las normas por parte de los auxiliares e investigadores, desde que la mujer decidió denunciar lo que sucedía.
En diálogo con Catamarca/12 Natasha señaló uno por uno los episodios en donde tanto ella como sus hijas fueron vulneradas en sus derechos. “Mi lucha es para que él vaya preso y voy a presentar un escrito en la oficina de Sumario de la Corte de Justicia donde relataré la violencia institucional ejercida desde el primer día y que me hace sentir que mi hija fue abusada dos veces”, subrayó.
La mujer contó que la niña de 11 años, que no es hija biológica del acusado J.L.N.B, le relató el 28 de enero que tenía miedo a su padrastro y lo que él le hacía. Ese mismo día, Natasha lo echó del domicilio en el que convivían junto con dos niños más de 7 y 2 años, hijos de él.
En marzo, tuvo que hacer una ampliación de la denuncia porque su hija mayor advirtió que temía por su hermana de 7 años. En tanto y por dibujos que la niña hacía, los motivos fueron suficientes para dudar de que también hubiera sido víctima de su padre.
“La línea 144 es una línea fantasma. Con miedo toda esa noche del 28 me encerré con mis hijos porque él seguía afuera de la vivienda dando excusas, pero jamás me atendieron”, contó.
La denuncia pudo radicarla al otro día con ayuda de sus familiares y lo hizo en la Unidad de Violencia de Género, ubicada en la ciudad Capital. “En ese lugar me pasó algo increíble. El sumariante, delante de mi hija, me preguntó qué tipo de ropa usaba ella y en qué poses se ponía. Si eso no es justificar un abuso, no sé qué es. Con toda la concientización que existe actualmente sobre estos temas, que él me pregunte eso me pareció aberrante”.
Después de la denuncia y tal como establecen las normas debieron practicarle el protocolo de abuso sexual a la niña. Natasha hace un alto en su relato y se le quiebra la voz. “Yo fui , aún perturbada por todo lo que estaba pasando y confié. El protocolo no funciona correctamente. Pensé que iba a haber un psicólogo o un equipo que nos guiara, que nos dijera qué iba a pasar o suceder, que nos contendría, pero no pasó. La ginecóloga, le dijo a mi hija que le cuente lo que pasó y como mi hija no hablaba le dijo:` a ver, subite la falda´. Yo la detuve por la cara que puso la nena. Tuve que explicarle lo que era un ginecólogo y lo que hacían y que no tuviera miedo, porque esa médica no podía tratar así a una niña que no sabía y tenía miedo”.
“Gracias a Dios tengo estudios. Hay gente no, y no sé cómo se los atiende. Mi lucha es contra todas estas irregularidades. No puede ser que esos escalones no están funcionando y nadie se hace cargo de esa revictimización”, dijo y agregó: “El día de la Cámara Gessel, la fiscal Yésica Miranda pasó por al lado mío y ni me saludó. Entró y no se presentó. Necesitan generar confianza. Mi hija esta dependiendo de que ellos la defiendan, no puede ser que no les conozca la cara”.
Natasha, cuenta que el lunes hizo una marcha frente al edificio de Fiscalías Penales. Ayer, la atendieron el fiscal General, Miguel Mauvecín , la fiscala Miranda y el Secretario General a quien ella pudo relatarles lo que le había sucedido, pedir explicaciones sobre las demoras en la causa y conocerlos.
“El Fiscal General fue muy amable. Nos explicaron los detalles del expediente. Quería conocer la cara de la persona en donde dejé el futuro de mis hijas. No podía ser que yo fuera y que ella nunca me atendiera. Con las marchas pude conseguir esta aceleración, que nos atiendan. Que ella escuche de mí la situación por la que estamos pasando. Me mostraron el expediente y ahí descubrimos que había muchas cosas de las que ella no estaba al tanto”, señaló.
La fiscala, por no haber escuchado a la madre, no sabía que había testigos en la causa y por lo tanto no los había citado, tampoco conocía que el informe de Cámara Gessel no había sido concluido, que él tenía antecedentes de haber eludido a la justicia y podría hacerlo nuevamente, o de las amenazas que había recibido su familia materna por parte del acusado, que aún no está imputado. “El informe se terminó ayer, los testigos fueron llamados a declarar también y el Secretario se comprometió a hacer algo por las amenazas”, dijo la mujer.
Natasha, cuenta que por lo sucedido ella consiguió una psicóloga y también tratamiento psiquiátrico de manera particular. “Desde Atención a la Víctima del delito me llamaron un mes y medio después y lo mismo sucedió con las Secretarías de Familia y la de la Mujer. La falta de coordinación entre las diferentes Secretarías y los auxiliares y la justicia es tremenda. Yo no puedo contar todo en cada lugar. Es revictimización. Pero sobre todo, los fiscales no pueden decirme que desconocen que todo este proceso sea así y con tantas fallas además de las demoras”, manifestó.
“Yo pido la imputación y que le den la prisión preventiva por el abuso agravado por el daño psicológico de la víctima. Mi hija está muy mal, tiene miedo y pesadillas. Además, hay peligro de fuga”.
En cuanto a las marchas que realizó con el apoyo de organizaciones y asociaciones, dijo que las frenaría por el momento teniendo en cuenta que la Fiscala se comprometió. “Dio respuestas y pude verla cara a cara. Quedé en no hacer marchas hasta la semana que viene. Pero mientras estuve muchos padres se comunicaron conmigo, son casos similares en donde tienen demoras de más de un año. Esto no puede seguir pasando y es por eso que haré el escrito para la Corte de Justicia”, concluyó.