Dolores Solá se acomoda en el sillón y enseguida viene una de sus perras. Se sube despacio y se acomoda entre los almohadones, lista para los mimos mientras su humana anticipa a Página/12 el espectáculo La Lola gira sola, que este sábado a las 21 inaugurará el ciclo La música de la 750 en Centro Cultural Caras y Caretas (Venezuela 330). Un show en el que, promete la cantante, recorrerá canciones de su “universo poético e ideológico” que van desde Silvio Rodríguez y Violeta Parra hasta clásicos setentosos italianos y, revela, composiciones propias. Porque la emblemática voz de La Chicana empezó a escribir sus propios temas. Algunos llevan la música de Acho Estol, otros de Pablo Dacal, de Diego Rolón y, también, sus propias notas. Y estrenará en el Caras y Caretas esas canciones que hablan de ella, de testimonios de sobrevivientes de la ESMA, de personajes del pueblo de su infancia y un homenaje a una amiga trans.

Para los espectadores será además la oportunidad de asomarse al segundo disco solista, que Solá confía en poder lanzar este mismo año. “Mi primer disco solista eran temas de Gardel, Corsini y Magaldi, temas que venían de mi infancia porque mi viejo era muy tanguero y escuchaba eso. Este show es lo otro, lo que escuchábamos con mis hermanos, aunque lo de las divas italianas de los '70 no sé de dónde viene”, explica y corre a recomendar Mondo Cane, de Mike Patton. “Él se casó con una italiana e hizo este disco, que lo tocó en vivo en Buenos Aires con una orquesta increíble, a mí todo eso me encantaba, de chica quería ser la Gatúbela de la tele, Emma Peel o Rafaella Carrá”, cuenta risueña y agrega que cuando se enteró “que Rafaella además era PC, la amé”.

-Estás volviendo al rol de solista. En pandemia aparecieron muchos singles con vos como invitada.

-Sí, me llamaron los chicos de Qué lo tiró tango para cantar “Tomadas del brazo”, que me gustó mucho hacerla. Nos enchamigamos enseguida. Después me invitaron los de Cachivache para hacer “Regín”. También me invitó Patricia Malanca, sí, estuve bastante de invitada. Pero este show me gusta mucho porque es muy propio. También tengo pendiente el disco, que me está costando mucho hacerlo. Yo estaba muy acostumbrada a laburar con Acho, que él no para un minuto.

-Él alguna vez me dijo que vos podías vivir arriba de un escenario y que a él le costaba salir del estudio.

-Claro, ya los últimos shows de La Chicana los hicimos con Rafael Varela, porque Acho no quería saber nada, él la pasaba bomba solo en el estudio produciendo. Entonces yo descansaba en esa parte de él y extrañaba los vivos, porque él sufría mucho subirse al escenario. Ahora nos separamos y él está produciendo discos como loco, sacó el suyo y por ahí se sube al escenario de invitado de alguien, y canta un tema sin ninguna presión. Pero a mí me encanta el escenario. Así que La Chicana por ahora está detenida, cada uno está haciendo lo suyo, y yo necesito subirme al escenario con lo mío.

-¿Cómo fue encontrarte con tu faceta compositiva?

-Agradable. Pero agradable en el sentido de que me salen canciones que me gustan, lo que me parece muy vlaioso porque no suelo ser fácil para juzgar lo que hago. Para juzgar lo que hace casi nadie, pero sobre todo yo. Y me gustan. Lo que pasa que tienen un peso las letras, o yo les pongo un peso, que quizás no es necesaria cuando uno compone con la música. Pero como yo compongo las letras primero, no quiero que haya ni un verso de relleno, cuando incluso en las canciones muy buenas suele haber algún relleno. Pero me cuesta escribir al mismo tiempo que compongo. Es un aprendizaje a esta altura de mi vida.

-¿De qué estás escribiendo?

-Escribí sobre mujeres. Sobre mí, varias. Sobre otras mujeres, también. No me lo propuse, porque si me hubiera dado cuenta, lo hubiera rechazado porque no voy a decir que está de moda, porque es un término muy frívolo, pero escribir sobre las mujeres está muy sobre el tapete y no hubiera querido recurrir a eso. Pero escribí algo tipo un corrido, sobre un personaje de mi pueblo, del campo donde pasé mi infancia, en Gobernador Ugarte. En ese pueblo había una loquita, o una faltita más bien, que siempre andaba arrastrando una pata mal soldada, siempre mirando. Un día la embarazaron, le sacaron al chico, lo dieron en adopción, y otro día apareció muerta de frío. Una historia que, creo, ahora no podría darse, alguien intervendría antes. Me hace pensar que somos un poco mejores como sociedad. Pero para mí era una imagen de mi infancia, ¿infancia de privilegio, no? Así que le escribí una canción. Otra es a una presa de la ESMA porque un día hice la "visita de las 5”, que es una visita que se hace mensualmente a las cinco de la tarde y que recorrés los lugares donde estuvieron los detenidos. El día que la hice fue muy impresionante porque era con gente que había estado presa en ese lugar en distintos años. Entonces ibas haciendo la visita con ellos, e iban recordando cosas juntos. Fue muy impresionante esa visita, más allá de que uno sepa y haya leído. Después escribí algunas sobre mí, sobre la naturaleza, que aparece muchísimo, me doy cuenta que es muy importante en mi vida. El campo, los animales. A una amiga mía, que es trans, hace mucho le escribí una canción, cuando todavía no habían entregado los documentos. Nada me pude despertar más admiración que esa convicción, esa necesidad, esa lucha, viivendo todo que vivió.

-Con todos estos cambios, ¿dónde queda el tango?

-Hay un tango mío. Es cierto que ahora el tango no está en primer lugar. Más allá de que no es una decisión de dejar el tango, porque también tengo muchas ganas de hacer otro proyecto de tango exclusivamente. Pero bueno, en este salí a pasear. Además cuando me pongo a componer, me salió un tango, pero también un vals, o me salen más valses que tangos. Pero también me puede salir un corridito mexicano.

-Y el disco está en el horizonte cercano.

-Sí, pero el disco se hace más trabajoso para mí. La tarea de hacer un disco hoy en día es titánica y un poco al cuete. Porque uno lo hace por necesidad de uno y de nadie más. No sólamente la grabación del disco, el dinero que exige por los músicos, la mezcla, la masterización, el producirlo físicamente, que es lo más lindo, poder entregarlo en mano. Todo eso un dineral que no se recupera. Y los artistas seguimos haciendo discos aunque no tenga mucho sentido. Sí tiene sentido sacar temas para estrenar en plataformas. Eso tienen de bueno. Hacés dos temas y los estrenás. Pero nosotros seguimos enamorados del disco como objeto.

-Ustedes además siempre presentaron cada disco con un concepto.

-¡Claro! Además construir un concepto, esa idea que siempre defendimos con La Chicana, que por supuesto es generacional, de que el disco no es un ramillete de canciones arbitrarias. El disco es conceptual. Uno piensa cada canción. Y siempre decimos: para uno las canciones de The Beatles eran “tal que viene después de tal otra”. Ese orden no era arbitrario. Además un disco te da tiempo a descubrir los lados B. Hay temas que pegan de entrada y otros que al princpio no, pero que te enamorás con el tiempo. Eso no existe más. Ahora la gente tiene playlist y la gente elige, algo frívolamente, escuchar de a temas. Y ese otro tema que pusiste en tal lugar por cierto motivo, quedará en el olvido, salvo que los realmente fanáticos le den una oportunidad.

-¿Eso reafirma tu convicción de subirte al escenario?

-Mi convicción de subir al escenario es porque me gusta mucho. Reafirma mi convicción de hacer un disco. Sigo con ganas de hacerlo. No quiero decir que era mejor porque le rajo a esa idea de que todo tiempo pasado fue mejor, para no envejecer más rápidamente, pero extraño esa cosa oculta de algunas canciones en un disco.

-Solés participar en distintas actividades políticas, ¿vos te entendés como artista militante?

-Me entiendo así. No sé si me gusta, igual, lo de “artista militante”, porque odio la cosa panfletaria, pero es algo de lo que no quiero rajar, ni puedo. Tiene que ver conmigo. Me es muy fuerte, me nace. Sería un esfuerzo decir “no, acá empieza la artista”. No me parece más importante mi arte que mi militancia. Hay gente que te dice “arruinaste el show con tal comentario”. ¡Es mi escenario! Hago lo que quiero con mi escenario, si no te gusta la próxima no vas. No lo puedo separar. Y sí, me llaman mucho, me tienen muy en cuenta y eso me ayuda a militar también. Soy una artista militante en el sentido en que pongo mi “arte” al servicio de algo. Pero un militante dedica muchas horas de su día, no tiene fines de semana, ni verano, dedica muchísimas más horas de las que yo dedico, y respeto mucho eso. Es algo fundamental, además, para la política y las luchas, para lograr lo que uno desea. No me considero una de ellas, pero sí pongo mi canción cuando me llaman.

-¿Se te mete en lo compositivo?

-Un poco, sí. En el tema de la presa de la ESMA sí, en lo otro lo que se mete es lo ideológico. Y me gusta que sea lo ideológico y no lo partidario. Me gusta cómo compone Acho porque en él lo ideológico está muy presente, humana y estéticamente, pero tampoco es obvio. Creo que hay una delgada línea que separa en lo ideológico el buen del mal gusto. Hay cosas que me parecen panfletarias, que uno escucha dos veces y no quiere escuchar más. Pero no pasa solamente con el tango también. Con Acho uno decía “este tango es nuevo, ¿pero por aqué nos damos cuenta?” No porque hable de Internet o del covid. Sino por otra cosa, más allá de eso. Entonces no me gusta en lo ideológico ser muy obvia. Es una búsqueda. Es una estética.

(Imagen: Gentileza Paloma Aballone)

 

Una canción

Te sorprende distraída en la vidriera,

unn mujer completa y acabada

No pudo ser tu madre quien pariera

a esa que hoy te sonríe en la parada

Incrédula chequeás cada detalle,

no hay nada que delate tu agonía.

No hay miradas oscuras en la calle,

tu paso se bendice de armonía

No habrá nadie más dueña de si misma,

más valiente, más loca, más nacida,

no hay mujer más mujer ya de partida

a sueños solitarios concebida

No habrá piedra posible en el camino

ni pendiente ninguna, asignatura

ni obstáculo entre vos y tu destino

tu pulseada abandonó natura

Juegos de infancia a golpes censurados

adolescente expulsado, clandestino

pero así de zaguanes olvidados

buscabas desesperado un desatino

Niña oruga peléandole al espejo

Crisálida en la lucha por la rosa

Nadie hubiera apostado aquel reflejo

Sólo vos te sabías mariposa

No habrá nadie más dueña de si misma,

más valiente, más loca, más nacida,

no hay mujer más mujer ya de partida

a sueños solitarios concebida

No habrá piedra posible en el camino

ni pendiente ninguna, asignatura

ni obstáculo entre vos y tu destino

 

tu voluntad determinó a natura.

("Crisálida", Dolores Solá)