Desde Río de Janeiro
Desde cualquier punto de vista que se mire, no hay duda: Lula da Silva es el favorito para ganar las elecciones presidenciales de octubre, en primera o en segunda vuelta.
¿Por qué Lula es un favorito y qué significa que lo sea?
Lula es favorito en las encuestas, en las que nunca baja del 40% de las preferencias. En las que no sólo tiene una ventaja razonable sobre Jair Bolsonaro, sino que también tiene un rechazo mucho menor que el actual presidente.
Lula lidera los sondeos en San Pablo, Minas Gerais y Río de Janeiro, además de tener votaciones exponenciales en el nordeste: 62% en la primera vuelta en Bahía, 72% en Pernambuco y un promedio siempre superior al 60% en toda la región.
La oposición juega con la reactivación del antipetismo, que fue la consigna más fuerte de la derecha contra el PT, basada en acusaciones de corrupción, en los supuestos riesgos morales de una victoria de Lula, en la amenaza de reproducción aquí de regímenes demonizados como los de Venezuela, Cuba, Nicaragua. Además de las tradicionales advertencias sobre posibles situaciones de malestar social, movilizaciones populares para atacar objetivos institucionales y mediáticos.
La disputa, desde este punto de vista, sería entre antibolsonarismo y antipetismo. La situación se revirtió en contra de la derecha, cuando el antibolsonarismo pasó a ser mayor que el antipetismo.
Pero el mayor favoritismo de Lula no viene de estos aspectos, sino que viene de otra parte. En la campaña electoral Lula tendrá una actuación que lo lleve a ganar apoyo en todavia mayor escala, generando un abrumador movimiento de adhesiones.
El favoritismo de Lula vendrá principalmente de su campaña. En primer lugar, por el lenguaje de Lula, por su sensibilidad para hablar con todos los sectores de la población. Las caravanas por Brasil, en las que pude participar, fueron una confirmación de esta identidad plena, de este amor recíproco entre Lula y el pueblo.
Además, Lula tiene un discurso que recoge las preocupaciones de la gran masa de la población: hambre, miseria, desempleo, trabajo precario, falta de derechos. Lula critica la catástrofe que es el gobierno de Bolsonaro, tanto para la masa de trabajadores como para el país, incluso en todo el mundo.
Con base en la actual situación desastrosa de los trabajadores, Lula recuerda cómo la vida de todos era mucho mejor cuando el PT gobernaba el país. Recuerda las razones de esto, ya que había trabajo para todos, ya que las desigualdades sociales y regionales habían disminuido drásticamente.
Lula refinó este discurso a través de cientos de encuentros con diferentes sectores de la población, desde los trabajadores sin tierra en sus campamentos, hasta los jóvenes de la periferia, con sindicatos, mujeres, movimientos negros. Lula difunde su discurso, preparando a la militancia de los movimientos sociales para la campaña.
La campaña de Lula tiende a convertirse en un tsunami, en un movimiento abrumador, con cada vez más adhesiones y participación de distintos sectores de la población. Las concentraciones masivas tienden a multiplicarse, la llegada de Lula siempre será un gran acontecimiento en las ciudades y en todos los lugares a los que vaya.
Las adhesiones políticas ya son una realidad, mucho más que los partidos que las apoyan oficialmente. En el noreste, ese fenómeno ya es una realidad, trayendo a Lula el apoyo de políticos y candidatos de casi todos los partidos y corrientes.
¿Qué político no querrá agregar la imagen de Lula a su campaña? ¿Y cuál va a querer asociar su nombre con el del desgastado Bolsonaro y su gobierno?
En resumen, a lo largo de la campaña Lula tiende a crecer, elevando el apoyo que recibe a niveles que nunca ha tenido ningún candidato presidencial. La campaña debe ser el mayor evento de masas que haya conocido el país, consagrando a Lula como el único gran líder popular nacional de Brasil.
A medida que se consolida aún más la polarización entre los dos candidatos más fuertes, el voto útil tiende a favorecerlos cada vez más, extendiéndose la preferencia por Lula. Cuenta con sus votos históricos, con los que adhirieron a su discurso, con los que votarán por él para derrotar a Bolsonaro y con los que votarán como la opción más favorable para sacar al país de la peor crisis de su historia.
Quienes se preguntan cuándo iniciará Lula su campaña no se dan cuenta de que empezó hace mucho tiempo. Que esa es la campaña que hará Lula y que debe aumentar su favoritismo.