Al finalizar su encuentro anual en Villa Allende (Córdoba) -el primero presencial después de dos años- el grupo de Curas en la Opción por los Pobres (COPP) emitió una declaración en la que reafirma su compromiso con los pobres “no por razones políticas” sino porque “la razón de nuestra opción es Jesucristo y su Evangelio”. Y en la misma ocasión afirmaron que “sabemos que el empobrecimiento de nuestro pueblo es provocado por la injusticia: la inequidad en la distribución de los bienes, la avaricia de unos pocos y una situación internacional que concentra lo necesario para una vida digna, cada vez más en menos manos”. Subrayando a su vez que “en este empobrecimiento las mujeres, aunque omitidas e invisibilizadas, suelen ser la mayoría”.
En la ciudad cordobesa se dieron cita “curas de distintas edades, diócesis y regiones del país” para reafirmar que “la convicción que los pobres son los preferidos de Jesús nos sigue convocando a pesar de la pandemia; de la deuda injusta e impagable contraída por el gobierno anterior y del acuerdo siempre desfavorable con el FMI del actual gobierno; de las diferentes guerras que nos invaden; y de respuestas políticas que nos parecen insuficientes”.
Ratificaron en esta ocasión su convencimiento de que “las y los pobres no lo son por desidia, pereza o negligencia. Lo son porque hay políticas (o falta de ellas) que los provocan” y que por lo tanto “la Iglesia de las y los pobres no puede quedar lejos de sus dolores y angustias”.
Desde su opción este grupo de sacerdotes católicos afirma que “tenemos claro que el neoliberalismo es pecado, aunque para muchos sea la esperanza (efímera esperanza que alientan muchos medios de comunicación)”.
Haciendo suyas palabras de Eva Perón y del obispo mártir Enrique Angelelli los COPP sostienen que¨no podemos predicar la resignación¨ y “queremos anunciar que otro mundo es posible, uno en el que haya justicia y no cortesanos, uno donde haya comunidades y no corporaciones, uno donde haya hermandad de todos y todas, y no patriarcas o padrinos mafiosos”.
En su declaración de cara a la situación política actual los curas afirman también que “queremos ver proyectos en camino, sabiendo que mejor que decir es hacer” señalando que “nos encontrarán allí donde sepamos descubrir políticas de vida, militancias de esperanza y esperanzas de fiesta para la vida del pueblo”.
Expresan además un reclamo por la vida, “que se traduce en Tierra, Techo y Trabajo para todos y todas” recogiendo así un eslogan reiteradamente utilizado por el Papa Francisco. Sin dejar de advertir que se trata de “realidades que suponen la unidad del campo popular y decisiones políticas que busquen resolver las causas estructurales de la pobreza”.Entienden a su vez que esa vida “se construye desde el pueblo y con el pueblo, generando lazos de solidaridad y caminos de mayor justicia”. Y se traduce –afirman los sacerdotes- en “una profunda reforma del Poder Judicial; la libertad de Milagro Sala y de los presos y presas políticos; que la deuda la paguen los que fugaron capitales al exterior; que nuestro país vuelva a tener control de sus exportaciones y reconquiste la soberanía sobre la navegabilidad del río Paraná; que la recuperación del Lago Escondido sea un ejemplo testigo de la recuperación de nuestras tierras, hoy en manos extranjeras”.
Ante la proximidad del día de trabajadoras y trabajadores, los curas dicen que “no podemos menos que tenerlos presentes. Incluyendo a los que sobreviven en trabajos informales y a quienes buscan, pero no consiguen un trabajo digno” porque -aseguran- “tenemos claro que gobernar es dar trabajo y salarios justos” y que “no se trata de discursos o de diagnósticos, que estamos saturados de escuchar”.
Reafirmando su postura en la perspectiva de fe que profesan los curas sostienen que “el Dios Padre y Madre en el que creemos es el ‘padre del huérfano y el protector de la viuda’, como reza el salmista”. El mismo Dios que “derribó de su trono a los poderosos y elevó a los humildes”, como canta María de Nazaret, afirman. Y subrayan que se trata del “Dios de Jesús que no teme decir que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino; y que toma partido por los que dan de comer al hambriento y de vestir al desnudo”. Para rematar subrayando que se trata de “todo un mensaje claramente subversivo para el discurso dominante y la hegemonía omnipresente”.