El 29 de abril se conmemora internacionalmente el Día de la Danza. En el país, la comunidad artística "no tiene nada que celebrar, está en emergencia", sentenció a modo de síntesis el video que se vio antes del inicio de la conferencia de prensa del Frente de Emergencia de la Danza. Es que el escenario está signado por una suma de problemáticas, entre ellas la falta de una ley que proteja y estimule al sector y la precarización laboral.
"Sin ley, sin instituto, sin financiamiento", se tituló el comunicado leído este viernes por la mañana en la sede de la CTA Autónoma por integrantes del Frente, con adhesión de múltiples agrupaciones y espacios de distintas partes del país. "Nos manifestamos para exponer una vez más las problemáticas que atraviesa nuestro sector. Si bien se han agudizado con la pandemia son históricas", expresaron.
"En esta coyuntura dramática ante la posible pérdida de financiamiento del sector cultural la danza ni siquiera tuvo un debate parlamentario para crear un instituto", plantearon los oradores. Uno de los ejes del comunicado fue la precarización laboral. Fundamentalmente, la comunidad se desempeña en el ámbito no oficial. Bailarines y coreógrafos son en su mayoría monotributistas "sin obra social ni posibilidad de aportes jubilatorios", en un formato de absolutos "desamparo e inestabilidad". Los trabajos eventuales en festivales los exponen a condiciones de contratación "deficientes": se les paga poco, tarde o no se les paga. Y dentro de los elencos estables sufren "problemáticas variadas". Son escasos los puestos de trabajo y los salarios muy bajos.
Otro reclamo estuvo vinculado a los "magros presupuestos" que se destinan a la disciplina. Un ejemplo es la Ciudad de Buenos Aires, donde Prodanza, el organismo que la financia, tiene un presupuesto de 19 millones de pesos, mientras que Proteatro cuenta con 134 millones. "La danza no constituye un universo menor de trabajadores", expuso el comunicado. Es un sector en el que predominan, además, "mujeres y diversidades".
Por otro lado, el Ministerio de Trabajo de la Nación "adeuda la inscripción gremial a la Asociación Argentina de Trabajadores de la Danza". "La Ley Nacional es un anhelo instalado desde hace años", manifestaron les oradores. El proyecto se presentó en siete oportunidades en el Congreso, sin éxito; "perdió estado parlamentario una y otra vez". El propósito es la creación de un instituto nacional que proteja el desarrollo de la disciplina en todo el territorio nacional, que genere una política sólida y sostenida para reemplazar las "soluciones parciales" que viene dando el Estado.
Tras la lectura del comunicado, les oradores del encuentro fueron: Julieta Rodríguez Grumberg, del Movimiento por la Ley Nacional de Danza y el Foro de Danza en Acción; Liliana Tasso, de CoCoa Datei; Eugenia Schvartzman, del Movimiento por la Ley y la Asociación Argentina de Trabajadorxs de la danza; Hernán Nocioni y Celeste Italiano, del Ballet Folklórico Nacional; Mara Bez, de La Danza nos Une (San Martín de los Andes); Alma Canobbio, de la Asociación Danzas NOA (Salta); Cristian Velazco, de Trabajadorxs de Danza en Movimiento (Bahía Blanca); Paula González Castro, del Ballet Estable Clásico de Tucumán; Yanina Bosicovich, trabajadora de la danza (Mendoza); Marcos Ormeño y Lucia Saleh, del Movimiento Riojano de Danza; Claudia Baigorria, secretaria adjunta de la CTA autónoma nacional. Algunos estuvieron presentes en la sede de CTA, otros se comunicaron virtualmente. Las intervenciones fueron reflejando situaciones específicas de cada rincón del país a su vez que coincidieron en la urgencia de la salida de la ley.
"Necesitamos que nuestra actividad sea valorada como si fuéramos un abogado o una persona común y corriente. Mucha gente la toma como una actividad recreativa pero somos trabajadores", sentenció Mara Bez. "Las situaciones se repiten en todo el país: la precarización e invisibilización", advirtió Cristian Velazco. Es que más allá de las particularidades, el malestar es colectivo y nacional, estructural e histórico.