Más de 3.000 migrantes que trataban de alcanzar Europa murieron en el mar el año pasado, el doble que el año anterior, informó este viernes la ONU, que desea "alternativas" a estas peligrosas rutas.
Aguas peligrosas
"De ese total, 1.924 personas fueron declaradas muertas o desaparecidas en las rutas del Mediterráneo central y occidental, mientras que otras 1.153 murieron o desaparecieron en la ruta marítima del noroeste de África hacia las islas Canarias", declaró Shabia Mantoo, una portavoz de ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, en Ginebra.
En 2020, se registraron 1.544 muertes en ambas rutas. "Resulta alarmante que, desde principios de año, otras 478 personas hayan muerto o desaparecido en el mar", afirmó Mantoo. La organización pide a los gobiernos que desarrollen "alternativas" para que los refugiados y migrantes no tengan que embarcarse en viajes que los pongan a merced de los traficantes o que pongan en peligro sus vidas.
Según ACNUR, la pandemia de covid-19 y el cierre de fronteras tuvieron un impacto sobre los flujos migratorios ya que muchos refugiados y migrantes recurrieron a traficantes para intentar llegar a Europa. En un informe publicado el viernes, ACNUR indica que 53.323 personas llegaron a Italia por mar el año pasado, es decir 83 por ciento más que en 2020. Además, 23.042 personas llegaron a las islas Canarias, casi la misma cifra que en 2020.
Tragedia en alta mar
También se produjo un aumento del 61 por ciento en las salidas por mar desde Túnez el año pasado en comparación con 2020, y un aumento del 150 por ciento desde Libia. En cambio, las salidas desde Argelia solo aumentaron ligeramente. La mayoría de las travesías en mar se hacen a bordo de embarcaciones neumáticas abarrotadas y en mal estado, apunta ACNUR. Muchas de estas embarcaciones se desinflan o vuelcan, matando a sus pasajeros.
"El viaje en mar desde los Estados costeros de África del Oeste, como Senegal y Mauritania, a las islas Canarias es largo y peligroso y puede durar hasta 10 días", subrayó la portavoz de ACNUR durante una rueda de prensa en Ginebra. "Muchas embarcaciones se desviaron o desaparecieron sin dejar rastro en estas aguas", continuó. El Mediterráneo central es la ruta migratoria más mortal del mundo. Desde 2014, el proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) documentó 17.000 muertos y desaparecidos en esa ruta.
Rutas terrestres
Por otro lado, ACNUR manifestó que las rutas terrestres también resultan peligrosas para los migrantes y calcula que pueden haber muerto incluso más personas que en el mar al cruzar el desierto del Sáhara o al ser retenidas en cautividad por traficantes o contrabandistas. Mantoo insiste en que los migrantes se enfrentan no solo a la muerte, sino a numerosos atropellos a los derechos humanos: ejecuciones extrajudiciales, detenciones ilegales y arbitrariasviolencias sexuales, trabajo forzado, esclavitud, matrimonio forzado...
Con motivo de la publicación de sus estadísticas, ACNUR solicitó 163,5 millones de dólares para ayudar y proteger a miles de refugiados y otras personas que intentan llegar a Europa a través de las peligrosas rutas marítimas del Mediterráneo central y occidental y del Atlántico.
Inestabilidad política y económica
Según ACNUR, la inestabilidad política, los conflictos, el deterioro de las condiciones socioeconómicas y el cambio climático son factores que podrían provocar un aumento de la migración hacia Europa en los próximos años.
La situación podría empeorar a futuro, ya que "la continua inestabilidad política y los conflictos, el deterioro de las condiciones socioeconómicas y el impacto del cambio climático pueden aumentar el desplazamiento" de las personas.
En este contexto, el organismo pidió 163,5 millones de dólares para proporcionar ayuda y proteger a miles de refugiados y otras personas. "Acnur está solicitando apoyo para ayudar a proporcionar alternativas significativas a estos viajes peligrosos y evitar que las personas se conviertan en víctimas de los traficantes", instó el organismo en un comunicado, citado por la agencia de noticias Sputnik.
Éxodo ucraniano
Los problemas migratorios concernientes a Europa continúan escalando luego de que el éxodo ucraniano se elevó este viernes a 5,6 millones de personas, el más grande en el continente desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la predisposición de acogida por parte de los países europeos hacia los ucranianos es mucho más alta que la que tienen con asiáticos, orientales y africanos, lo que llevó a distintas entidades a denunciar discriminación.
Por su parte ACNUR hizo un llamamiento urgente este viernes para conseguir 47,8 millones de dólares (más de 45 millones de euros) para responder a las "necesidades críticas" de miles de refugiados que han llegado a Uganda huyendo de la violencia en República Democrática del Congo (RDC) y de los enfrentamientos esporádicos en Sudán del Sur.
Ayuda para Uganda
ACNUR, que hizo la petición junto a 44 socios humanitarios, ha indicado que Uganda ha acogido "generosamente" a más de 35.000 personas refugiadas. Un tercio de ellas ha llegado en las últimas tres semanas desde RDC, huyendo de los "intensos combates" en las provincias de Kivu Norte e Ituri. Uganda ya acoge a más de 1,5 millones de personas refugiadas --la mayor población de refugiados del continente africano-- y ahora está recibiendo miles de nuevas llegadas desde Sudán del Sur, del estado del Nilo Occidental, al norte de Uganda, y desde RDC.