Este sábado, una vez más, la sociedad será testigo de un nuevo espectáculo astronómico. Desde parte de América del Sur y la Antártida se podrá ver el primer eclipse solar parcial del año, que ocurrirá antes y durante la puesta del sol, pasadas las 17 (hora de Argentina). Este tipo de suceso ocurre cuando la Luna se interpone entre la estrella más grande del Sistema Solar y la Tierra. En este marco, el interrogante es el siguiente: ¿por qué llaman tanto la atención los fenómenos astronómicos? Las respuestas pueden ser múltiples, pero una que sin dudas suelen compartir los especialistas en la materia es que la astronomía es una de las pocas ciencias en la que hasta los aficionados pueden participar. Solo basta con mirar el cielo y pronto sucede la magia: se podrá observar el Sol, la Luna, planetas como Venus o Marte, y constelaciones de estrellas, como el cinturón de Orión.
Históricamente, el conocimiento del universo resultó de interés para la humanidad y se empleó como una vía para que las sociedades puedan acceder a la cultura científica. El origen del cosmos, la esfericidad de la Tierra, la revolución copernicana, el descubrimiento de la Vía Láctea: hallazgos, procesos y preguntas que signaron el pulso de la ciencia occidental moderna. En conversación con la Agencia de noticias científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, Mariano Ribas, coordinador del área de Divulgación del Planetario Galileo Galilei (CABA), plantea que la astronomía es la ciencia “más democrática de todas”.
“Para ser astrónomo, primero tenés que saber lo básico del cielo y este es de muy fácil acceso. La idea es la siguiente: el universo viene a vos, no lo tenés que ir a buscar. En cualquier lado del mundo tenés el cielo arriba tuyo y podes ver lo que sucede allí”, expresa el periodista de ciencia y referente en el campo de la comunicación pública.
El eclipse como excusa pedagógica
Eventos como los eclipses solares o lunares permiten que los humanos puedan entender qué sucede más allá del planeta Tierra. Es que, en definitiva, la humanidad es una pequeñísima parte de un sistema inmenso. En diálogo con esta Agencia, Diego Bagú, director del Planetario Ciudad de La Plata, explica que cuando un eclipse solar es total lo que sucede es que la alineación entre el Sol, la Luna y la Tierra es recta, lo que trae cambios a nivel terrestre. En primer lugar, la temperatura disminuye entre dos y cuatro grados de manera abrupta, lo que se hace notorio en la sensación térmica de las personas.
Además, hay más viento y cae la luz. Si bien no se hace de noche absolutamente, los rayos solares bajan su intensidad. Bagú expresa: “Hasta que la Luna termina de tapar el Sol, hay una determinada cantidad de luz por lo que las pupilas no están dilatadas. Sin embargo, cuando cae la luz, estas tardan unos minutos en adaptarse, no es un cambio rápido. Lo que sucede, entonces, es que ingresa poca luz al ojo y parece que está más oscuro de lo que realmente está”.
Los eclipses solares totales también afectan el comportamiento animal. Las personas comprenden lo que sucede pero la fauna no, lo que les genera una desorientación ya que su rutina se organiza con la luz solar. Por ejemplo, muchos animales entienden que, al haber poca luz, ya es la tarde y comienzan a hacer determinadas actividades, como comer, cuando en realidad no es ese momento del día. Asimismo, las aves sienten mucho ruido y pérdida en el vuelo.
Los eclipses y Einstein
Como se ha mencionado, la astronomía ha permitido que la sociedad acceda a la ciencia y se interese en ella. Además, los eventos más complejos, como son los eclipses, han sido el puntapié para avanzar en el descubrimiento del cosmos. Con el eclipse solar total ocurrido en 1919 se comprobó por primera vez la Teoría de la Relatividad General, publicada por el científico Albert Einstein en 1915 –a diferencia de trabajos anteriores, este incluyó la gravedad entre sus principios–.
“Los científicos de aquel entonces entendieron que la única manera de confirmar esta teoría era con un eclipse solar total, que lo vieron recién en 1919”, relata Bagú. Y continúa: “Este fenómeno pasó por el norte de Brasil, el océano Atlántico y el sur de África. Se enviaron dos expediciones y comprobaron que la teoría de Einstein era cierta. Este fue el último cambio de paradigma de la ciencia moderna”.
De la Agencia de noticias científicas de la UNQ