El juez Pablo Cayssials rechazó el amparo presentado por el senador Luis Juez y su par Humberto Schiavoni, que no sólo pedían la nulidad de la designación de Martín Doñate en el Consejo de la Magistratura sino que reclamaban que el juez procediera directamente a designar a Juez como titular en el Consejo y a Schiavoni como suplente.
Cayssials, en esencia, sostiene que la cuestión no es judiciable y que los jueces no se pueden meter en decisiones que toma otro poder, en este caso el Legislativo, a partir de lo resuelto por Cristina Fernández de Kirchner: la segunda minoría pasó a ser Unidad Ciudadana y por lo tanto correspondía designar a Doñate en el Consejo.
Pablo Tonelli, el antecedente que condena a Luis Juez
El fallo de Cayssials era cantado porque, como lo dice en su texto de 35 páginas, existen varios antecedentes que excluyen la intervención judicial en designaciones del Legislativo.
El más notorio, fue la maniobra con la que el macrismo se quedó con un lugar en el Consejo designando a Pablo Tonelli. Dice el magistrado que la UCR, el PRO y sus satélites lo hicieron simplemente presentando “un acuerdo parlamentario “y esto bastó para que se considerase válido como bloque de la mayoría por el Congreso y, posteriormente, fuera ratificado por la Justicia en lo Contencioso Administrativa Federal”. En esta cuestión y también otras, el juez admitió los argumentos del fiscal Fabián Canda y de la directora de Jurídicos del Senado, Graciana Peñafort.
Uno de los planteos que demolió el pedido de Juez, es que el reglamento del Senado -como marcó Peñafort- sólo pone un límite a la constitución de bloques y es que sean dos o más senadores los que lo constituyen. Tampoco establece la existencia de un plazo para armar un bloque, de manera que no hubo violación alguna a ese reglamento.
El otro punto clave, es que Juez sostiene que las designaciones debían hacerse al momento del vencimiento del plazo establecido por la Corte Suprema, el 15 de abril, pero no hay vínculo de ningún tipo entre esa fecha y una obligación de designar. De hecho, estaba la posibilidad de que la Cámara de Diputados terminara de sancionar una nueva ley, que ya había sido aprobada por el Senado, con una nueva conformación del Consejo. Y ello llevaba a que hubiera que cambiar todo.
La política no es judiciable
Igualmente, tanto el fiscal como el juez se inclinaron más por el argumento de que la cuestión no es judiciable. “Los poderes políticos deben gozar de una zona propia que esté exenta del control jurisdiccional, la cual es necesaria para que cada poder ejerza la función que le es propia y no sea sustituido por otro poder”, cita Cayssials.
Todo hace pensar que a Juez no le iría mejor en la Cámara en lo Contencioso Administrativa y que correspondería que el autodesignado presidente del Consejo, Horacio Rosatti, le tome juramento a Doñate y, tarde o temprano también a la diputada Roxana Reyes.
Todo lo referido al Consejo deja como saldo dos cuestiones:
- La increíble ofensiva de la justicia, alineada con el macrismo, ahora con la Corte Suprema y Horacio Rosatti como punta de lanza. Convirtió en vigente una ley que había sido derogada, le puso un plazo al Congreso y Rosatti se benefició designándose presidente mediante un fallo dictado por él mismo.
- Que cuando hay falta de acuerdo entre los políticos, corren de inmediato a que la controversia la solucione un juez, un terreno en el que Cambiemos se siente más que cómodo. A veces -como en el caso de Luis Juez- es tan grotesco que no puede ganar ni de local en la cancha judicial. Pero eso no cambia la tendencia general: las causas contra el macrismo se demoran y entierran en Comodoro Py, en las que van contra el peronismo designan nuevos secretarios para ver si pueden enderezar la catastrófica investigación.