Un bebé de 8 meses está internado en la terapia intensiva del hospital Materno Infantil de Jujuy, tras ser atacado por un pitbul de la propia familia. Así lo informó el sitio Jujuy al Día, que detalló que el estado de salud del niño "es delicado" ya que sufrió heridas en su cabeza y rostro.
El hecho ocurrió en la noche de este sábado, cerca de las 23, en el barrio Belgrano de la capital jujeña. Según las crónicas locales, la madre del bebé, una joven de 20 años, se encontraba en su casa cuando escuchó el llanto de su hijo, que había sido atacado por el perro.
Una vez que pudieron separar al animal del niño, la madre salió -con su hijo en brazos- a la calle y fue asistida por vecinos. El bebé fue trasladado primero al Hospital Paterson donde diagnosticaron que "sufrió una grave fractura de taquique nasal, y múltiples mordeduras desgarrantes en cabeza y rostro, con abundante perdida de sangre". Una vez estabilizado fue derivado al hospital Materno Infantil.
Qué hacer con los perros "violentos"
Ahora bien, ¿qué sucede con los perros que atacan a las personas? ¿A dónde van a parar los canes con antecedentes violentos? Página/12 consultó a distintos especialistas y una de las primeras conclusiones es que no se debe caer en la trampa fácil de culpabilizar al animal. “El perro siempre es la víctima”, explicó Maximiliano Aráoz, instructor canino profesional y director de la Escuela Integral de Capacitación Canina, Gulliver Dog Team. “El perro lo que hace es activar los protocolos e impulsos de presa, de cacería. ¿Por qué lo hace? Porque no tuvo educación", agregó.
“Si el perro mordió a una persona, lo primero que se hace es la denuncia ante el instituto antirrábico, porque hay que descartar que el animal tenga rabia” puesto que esto podría provocarle la muerte al sujeto que fue atacado, precisó a Página/12 Claudio Gerzovich Lis, médico veterinario y especialista en comportamiento canino.
Luego, está la instancia legal, lo que quiere hacer la persona en relación a lo que le pasó. “Es importante aclarar que los perros no son imputados sino que son parte de un proceso judicial. El imputado es el dueño, porque es el responsable de lo que haga el perro dentro y fuera de la casa”, completó Aráoz, que en su centro de Cañuelas alberga a 80 perros que están en rehabilitación por conducta, ya sea porque estuvieron involucrados en episodios violentos particulares o son parte de un proceso judicial.
“Cuando recibimos un perro que tienen comprobados problemas de conducta lo primero que hacemos es un diagnóstico en el que intentamos ver por qué está así, qué le faltó, que no se pudo prevenir, qué es lo que hace que desencadene esa conducta, qué tan mal está instintiva y emocionalmente, por qué no gestiona, por qué es reaccionario”, explicó el instructor.