La jueza María Soledad Rodríguez, de la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal, condenó a perpetua a Néstor Alan Tobar (21) por el femicidio de su tía Elvira Sabán, de 65 años, y absolvió por la duda a otro sobrino de la víctima, Renzo Delfín Sabán (35). La querella ejercida por la abogada Laura Flores Mejía dijo que presentará un recurso de casación y que esperan que el Tribunal de Impugnación pueda "hacernos creer en la justicia".

Tobar fue considerado autor del delito de homicidio calificado por ensañamiento, alevosía y por violencia de género, por ello se le impuso la pena de prisión perpetua. El joven seguirá preso en la cárcel de Tartagal.

Por otra parte, Renzo Delfín Sabán, que estaba acusado por el mismo delito, fue absuelto porque se aplicó el principio de que ante la duda se debe beneficiar a la persona acusada, y al finalizar la audiencia recuperó su libertad. 

Elvira Sabán, que residía en el acceso al pueblo de Hickmann, en el Chaco salteño, fue asesinada la noche del 19 de septiembre de 2020. Tras el ataque, los asesinos transportaron su cuerpo en la camioneta de  propiedad de la víctima y lo enterraron no muy lejos de la vivienda. 

Al igual que la fiscalía, la querella había pedido al Tribunal que juzgara este hecho con perspectiva de género y se valorara la vulnerabilidad de la víctima por su condición de mujer, por su edad y sus problemas de salud. "Creo que faltó un poco más para la condena que debió haber recibido Renzo Sabán", manifestó Flores Mejía tras conocerse la sentencia. 

La abogada querellante insistió en que había pruebas para condenar a Sabán y expresó que la querella considera que él fue el autor material e intelectual del crimen. Incluso la letrada sostuvo que en un momento contemplaron acusar a Tobar por participación secundaria, en su teoría del caso Sabán era el principal acusado. 

La abogada señaló asimismo que en el juicio una tía de Tobar declaró que consideraba que Sabán fue el responsable del crimen y al atardecer de ese mismo día "le incendiaron la casa", resaltó la letrada, quien relacionó este hecho con lo manifestado por Tobar en su segunda declaración en Fiscalía, respecto a que había sido amenazado por Sabán para cometer el crimen.

Flores Mejía dijo que Tobar declaró y dio una versión diferente a la que sostuvo en la fiscalía. Contó que el joven dijo que "no quería inculpar a nadie inocente, que había sido él solo. Que existía una persona que lo amenazaba pero que nunca le vio el rostro. Si era una persona desconocida (la que participó del crimen) ¿cómo es que el perro nunca lo atacó? Había huellas de otra persona, además de Tobar", sostuvo la letrada. 

En el juicio declaró un aguatero que era jefe de Tobar, que repartía agua en Hickmann y había estado en un primer momento imputado y detenido 30 días en la causa. Este hombre relató que Tobar le confesó que "había sido amenazado de muerte" y que él había matado a Elvira Sabán.

Flores Mejía señaló que en la pericia odorífica realizada con perros, éstos encontraron el olor de Renzo Sabán "en la pala con la que fueron a enterrar" a la víctima. Además, dijo que el olor de él y de Tobar estaba en la camioneta de su tía Elvira. "No sólo en el asiento del conductor, también del acompañante". Ésta era una prueba fundamental para la querella, ya que demostraba que el acusado estuvo en el lugar de los hechos, aunque la defensa planteó que Sabán hacía de chofer de su tía.

Además, la abogada querellante cuestionó que la coartada de Sabán estuviera basada en capturas de mensajes que supuestamente había enviado a la prima, que tenía un negocio y le vendió una gaseosa. "Únicamente hubo presentación de capturas", dijo y afirmó que no le peritaron el teléfono pese a tenerlo secuestrado y cuestionó que la Fiscalía que no haya dispuesto esta pericia. Aunque también cuestionó que la defensa no la pidiera, ya que si lo hubieran hecho consideró que en estos momentos "no se hablaría de duda". 

Por su parte, la defensora de Sabán, la abogada Silvia Ordóñez, indicó que se estableció que Elvira Sabán murió a las 23.40 del 19 de septiembre de 2020. Renzo Sabán relató que en ese horario ya había regresado de ver el partido de fútbol y estaba en su casa con un hermano, una hermana y un vecino. Como estaban cerrados los negocios por la pandemia, le envió un mensaje a la dueña de un negocio para que les vendiera una gaseosa, que fue a buscar el vecino. Luego Sabán vuelve a enviar mensajes por whatsapp a la kiosquera diciéndole que después le acercaría $10 que le habían quedado debiendo. Sabán aseguró que estuvo con este vecino hasta la 1 del 20 de septiembre y luego se fue a dormir. Su abogada dijo que Sabán puso a disposición su teléfono y que tiene las capturas de los mensajes con los horarios.

Flores Mejía recordó que Sabán era policía y gendarme, y que sus familiares dijeron en el juicio que "lo echaron" aunque no especificaron por qué. "Al haber pertenecido a la fuerza era amigo de todos los policías que intervinieron en la investigación, desde el jefe de policía, Juan Pablo Segovia, hasta el custodio Navarro", sostuvo. La letrada incluso aseguró que después del veredicto "cuando cerraron la puerta, festejaban hasta los policías, es una falta de respeto a la investidura".

Asimismo, la abogada querellante recordó que Sabán había obtenido la prisión domiciliaria durante la pandemia porque tenían que someterlo a una intervención quirúgica que todavía no se realizó. En su momento Flores Mejía hizo planteos a la fiscalía y el juzgado cuestionado que se mantuvo esta domiciliaria pese a que estaba acusado por femicidio. "No cumplió la domiciliaria. Tenía la libertad de andar por el pueblo, (...) una de las primas dijo que se lo veía tomar por todos lados", aseveró.

"Desde el día 1 hubo una falencia de la investigación, primero de la policía", aseguró la abogada. Añadió que su representada, la hija de Elvira, Norma Tercero, denunció hace dos meses a la policía, por el mal accionar de los efectivos Segovia, Rodríguez y Navarro, y que también denunció a Renzo Sabán porque pasaba frente a la casa con un arma

Flores Mejía señaló que Segovia fue el principal investigador del femicidio, sin embargo, resaltó que cuando declaró en el juicio el hermano de la víctima dijo que le había pedido que investigue a su sobrino Renzo y no lo hizo. La abogada también resaltó que la policía le negaba información de la investigación a la hija de la víctima que era la denunciante. 

El próximo 5 de mayo se leerán los fundamentos de la sentencia dictada.