Al igual que vienen haciendo los profesorados que dependen de Educación en la Ciudad, y que por estos días están resistiendo la reforma del estatuto docente que se trata en la Legislatura, los institutos de Cultura de la Ciudad, que forman parte de la Dirección General de Enseñanza Artística porteña, también han comenzado a hacer visibles sus reclamos. Ayer, en diferentes acciones que tuvieron lugar en el Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla, el de la Ciudad “Astor Piazzolla”, y en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático --todas, prestigiosas instituciones de formación en artes-- realizaron diversas intervenciones para dar a conocer sus reclamos comunes: Que hace once años no se titulariza a sus docentes, lo cual implica no sólo una sostenida precarización laboral, sino que genera problemas concretos de funcionamiento en estos espacios. Que necesitan nuevas sedes para poder albergar carreras que crecieron con el tiempo. Que la falta de mantenimiento va desde el estado de los edificios hasta la imposibilidad de usar los instrumentos de estudio por falta de mantenimiento y afinación.
Llegó la UniCABA
"Lo que vemos es que nos están cercando de a poco", "nos van vaciando por pasos", son conclusiones que se escuchan en boca de las y los docentes que ayer empezaron a mostrar en las diversas sedes su reclamo. De fondo, y como una amenaza que avanza sin publicidad oficial, pero a paso más que firme, aparece la tan criticada ley de creación de la UniCABA --sancionada por la Legislatura en 2018, mientras la policía porteña reprimía a docentes y estudiantes que se manifestaban en la puerta--. El nuevo espacio de formación docente en la Ciudad --y la forma en que fue impuesto-- trajo tanto y tan unánime rechazo, que recién se implementó con el más bajo perfil durante la pandemia y con un cambio de nombre: Universidad de la Ciudad.
Lo que denuncian los docentes es que el nuevo sistema que crece y se fortalece por un lado, y el desfinanciamiento a los institutos y profesorados por el otro, parece avanzar hacia una estrategia de vaciamiento.
Contrariamente a lo anunciado, el novedoso espacio de formación --tan novedoso, que propone categorías didácticas inéditas como "metodología blend de estudio"-- incluye el dictado de carreras que se superponen con la oferta de los profesorados ya existentes, como la de docente de nivel primario. La coordinación del Profesorado Universitario en Educación Primaria está a cargo de María Inés Pla Alba, y el proyecto es la copia del que presentó en 2018 en la Universidad Austral, y que la casa de estudios gestionada por el Opus Dei inició en 2019, hasta con el mismo nombre. Más conocida es la secretaria de Investigación de la flamante Universidad de la Ciudad: la también diputada (en jornada laboral extendida) Sabrina Ajmechet.
Sin titulares
Al igual que los profesorados de inicial, primaria y programas socio educativos que dependen de Educación, en los institutos de cultura se preguntan por qué el proyecto de reforma del estatuto actualmente en debate legislativo propone sólo la titularización de los y las docentes de media. "Genera mucha suspicacia, porque la Unicaba se abrió en disputa con los profesorados, entonces, le dan estabilidad laboral solo a lo que no está en tela de juicio", pone en palabras Lautaro Soria, egresado, pianista acompañante y regente del Conservatorio Manuel de Falla, también delegado de Ute.
"Más allá de que si sos interino y quieren cerrar tu curso, lo pueden hacer sin ningún problema, aunque tengas once años de trabajo, la falta de titularización provoca problemas graves en el sistema", marca el docente. "Cuando hay un 70, 80 por ciento de profesores que no son titulares, como es este el caso, de repente hay un concurso de ascenso, y no hay quien lo cubra, porque los intertinos no pueden tomarlo. Empieza a haber problemas para cubrir cargos directivos", describe.
"No hay respuestas ni soluciones concretas por parte de la Dirección General ni del Ministerio de Cultura a todas estas problemáticas plateadas por las instituciones y por los trabajadores", denunció Carlos Guerrero, secretario de Culrura de UTE Ctera, durante la intervención frente al Manuel De Falla.
Un piano desafinado
Con 102 años de antigüedad, más de 2000 alumnos y carreras de unos ocho años de duración, entre el ciclo básico y superior, el De Falla no tiene sede propia. Comparte su sede principal con el Astor Piazzolla, en el Abasto. Los docentes y alumnos reclaman, entre otras cosas, que los pianos no se afinan desde antes de la pandemia, y se están deteriorando por falta de mantenimiento (son instrumentos que valen desde 4.000 dólares hasta 13.000, en el caso de los de cola). El De Falla tiene más de 100 y a algunos pocos los está afinando la cooperadora.
Julián Monti, docente de guitarra y lenguaje musical del conservatorio Astor Piazzolla, describe una situación similar: "Los dos conservatorios crecieron mucho y claramente a esta altura no podemos funcionar en una misma sede. Aunque los perfiles de las carreras son diferentes, tampoco es lógico que esté todo en un mismo barrio, siendo una ciudad tan grande", apunta. "Nuestros egresados son motivo de orgullo, por el nivel de formación que tienen. La Ciudad debería cuidar estas carreras, en lugar de ponerle obstáculos".