La presentación del arzobispo de Salta Mario Antonio Cargnello ante la justicia provincial no se concretará hoy, como estaba previsto inicialmente, y por el momento no hay nueva fecha para concretar esta medida en la denuncia por violencia de género que presentaron tres monjas carmelitas descalzas contra este religioso y el obispo emérito de Martín De Elizalde y el cura Lucio Ajalla, que cumple funciones en la Catedral Basílica de Salta.
El Poder Judicial de Salta informó que la jueza de Violencia Familiar y de Género Carolina Cáceres Moreno suspendió la audiencia luego de que su abogado defensor del arzobispo, Eduardo Romani, presentara una nota informando que le era imposible presentarse debido a que está participando de las deliberaciones de la Conferencia Episcopal Argentina, que desarrollará durante toda esta semana en Buenos Aires.
Por otra parte, ayer mismo Romani presentó un recurso de apelación contra la resolución por la que la jueza Cáceres Moreno rechazó la declinación de competencia a favor de la justicia eclesiástica que había realizado la defensa del prelado. Esta apelación debe ser resuelta por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial.
La suspensión de la audiencia de Cargnello implica también la suspensión de las audiencias de los otros dos religiosos denunciados, se informó desde el Poder Judicial, dado que son correlativas.
El 12 de abril, en representación de la priora y dos religiosas de clausura del Convento San Bernardo, la abogada Claudia Zerda Lamas presentó una denuncia penal en contra de Cargnello, De Elizalde y Ajalla por hechos de violencia física, psicológica y económica. Además, hay una denuncia presentada ya en 2020 en el Vaticano, por hechos de esta misma naturaleza.
La denuncia puso de relieve las diferencias suscitadas entre el arzobispo y las Carmelitas en torno al culto a la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, o Virgen del Cerro, que se difundió desde que en 1990 la laica María Livia Galliano de Obeid comenzara a manifestar que recibía mensajes de la Virgen María bajo estas advocaciones. El vínculo entre la supuesta vidente y las monjas carmelitas proviene de 1995, cuando María Livia dijo que la Virgen le había transmitido mensajes dirigidos a las carmelitas.
La mujer también dijo que la Virgen le indicó que debía construir un santuario en el cerro, un lugar que hoy en día recibe a miles de fieles de todo el país y que habría sido donado por Eduardo Garat a las carmelitas descalzas. La Iglesia no aceptó aún estas prácticas y en 2003 el Arzobispado dispuso que María Livia "se ha de abstener de transmitir mensaje alguno de la Santísima Virgen tanto en público como en privado". Y el 27 de abril difundió las "indicaciones" de la Congregación para la Vida Religiosa y Sociedades de Vida Apostólica a la Comunidad de las Hermanas Carmelitas de Salta, en el que se les recuerda que "no debe en ningún modo involucrarse en actividades ligadas a la así conocida 'Obra yo soy la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús (de María Livia) y yo soy el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús'".
Romper el paradigma del silencio
Por otro lado, esta tarde, a partir de las 17, se realizará un abrazo simbólico al Convento San Bernardo, actividad convocada originalmente por la organización Gema Género y Masculinidades bajo el lema "Hermana, sí te creo" y a la que adhirieron otras organizaciones.
En este contexto la Multisectorial de Mujeres de Salta repudió "el accionar de los agresores de las carmelitas descalzas del Convento San Bernardo, arzobispo Mario Cargnello, obispo emérito Martín De Elizalde, sacerdote Lucio Ajalla" y también repudió al abogado Eduardo Romani "por sus expresiones misóginas, descalificadoras, en su intento de desacreditar la palabra de las denunciantes".
En un comunicado en el que se pronunció por un Estado laico, por el fin de la misoginia y el clericalismo estructural y a favor de que se dicte educación sexual integral "en todas las escuelas ya", la Multisectorial celebró que las religiosas "hayan merituado las consecuencias políticas de ser mujeres, como para atreverse a romper el paradigma del silencio y la obediencia, dentro de una estructura machista y patriarcal como la iglesia católica".
"Con hábitos o sin ellos, continúan siendo mujeres en búsqueda de la ciudadanía religiosa, política, económica, en un espacio, donde gran parte de la sociedad, desde una perspectiva ideológica medieval, naturaliza tanto la sumisión de las mujeres, como las medidas de disciplinamiento, cuando la sumisión se quiebra", añadió.
La Multisectorial reconoció que si bien estas religiosas nunca fueron aliadas del movimiento feminista, hay patrones culturales similares, como "la segregación monástica por género, dentro de los claustros, las violencias de género, fuera de ellos".Y a una y a otras "los hombres de la iglesia, nos dispensaron históricamente, el trato de identidades subalternizadas, que adquieren la máxima potencia destructiva, cuando se trata de personas lesbianas, travestis, trans, intersex, no binarias+".
En el mismo sentido, recordó que las mujeres "jamás administraron el poder dentro de la iglesia. La inexistencia de la distribución democrática de la palabra, continúa simbolizando el carácter colonizador de esta institución vetusta".
La Multisectorial también afirmó que el comunicado del Arzobispado de Salta difundido el 27 de abril pasado "es una declaración de principios excluyentes y autoritarios". Y tras citar el párrafo en el que se habla de que la administración de los bienes temporales del Monasterio de las carmelitas descalzas "debe ser transparente y presentada a la comunidad en todos sus aspectos, porque los bienes temporales son bienes de toda la comunidad y la Priora y la ecónoma son solo sus administradoras en nombre de la comunidad’’, aseguró que "ni el propio arzobispo cumple" con esta recomendación, dado que "La comunidad de Salta jamás pudo saber con certeza, cuantos 'bienes temporales’' recibió la iglesia católica de parte de los distintos gobiernos de esta provincia. Ni como los administra".
Sobre este aspecto de los bienes materiales, la organización recordó además que "por normas de facto de los gobiernos genocidas de Videla y Bignone, se estableció una remuneración mensual a cargo del Estado, para obispos, arzobispos, sacerdotes y seminaristas. Además de exenciones impositivas y subsidios a establecimientos escolares religiosos. Las mujeres de la iglesia, las monjas, fueron excluidas de este beneficio".
"La iglesia". sostuvo la Multisectorial, "representa el mejor modelo de la división sexual del trabajo: mientras cobran suculentos salarios, los hombres producen y se apropian de conocimientos, en virtud de la autoridad social de la que son investidos arbitrariamente, gozan del privilegio de la palabra en los espacios públicos y privados, del poder de ralentizar las causas contra curas pedófilos y hasta atreverse a solicitar -como lo hizo el denunciado arzobispo Mario Cargnello- que esta causa se ventile en el fuero canónico y no en el fuero de la justicia formal (...). Las mujeres, permanecen invisibilizadas y, según las prescripciones eclesiales, sujetas a las tareas de cuidado, dentro de la economía no remunerada".