Las ventas de supermercados y centros comerciales están en caída. Su incremento nominal de 18,6 y 10,6 por ciento, respectivamente, según el Indec en marzo, se encuentra muy por debajo de la inflación de ese período (30,4 por ciento IPC-provincias, 35,0 por ciento IPC-CABA). Para diluir la dureza de los datos, algunos funcionarios argumentan que la gente consume menos porque ahorra más, aprovechando las elevadas tasas de interés. En esa línea, la vicepresidenta, Gabriela Michetti, intentó estirar ese argumento para explicar la baja del consumo de leche, un bien de primera necesidad que nadie dejaría de consumir, para comprar Lebac.
La tesis de sustitución de consumo por ahorro fue desarrollada hace un año por el presidente del Banco Central. Federico Sturzenegger basa en ella su política de estabilización ya que sube la tasa de interés cuando se acelera la inflación, esperando que así la población ahorre más y consuma menos, y los empresarios reaccionen bajando sus precios ante la menor demanda. Sin embargo, no es cierto que las actuales tasas de interés estimulen el ahorro. Un plazo fijo está pagando 17,7 por ciento anual muy por debajo de los pronósticos de inflación no oficiales, que rondan el 25,5 por ciento que pagan las Lebac (instrumento financiero al que sólo acceden ahorristas sofisticados que buscan altas rentabilidades en dólares de corto plazo). El hecho de que las ventas de automóviles y electrodomésticos se hayan incrementado es un indicador de que se sigue ahorrando en bienes para cubrirse de la inflación.
Por otro lado, la baja del consumo en bienes masivos no genera una baja de sus precios ya que los costos de producción y comercialización no dejan de crecer por culpa de los tarifazos, reajustes de alquileres, altas tasas de financiamiento que aceitan los mecanismos inerciales de inflación. Al respecto, la suba de tasas que impulsa el BCRA ante la aceleración de los aumentos de precios puede tener un efecto contrario al buscado, ya que encarece los costos de financiamiento empresario impulsando el alza los precios.
Pero si hubo sustitución de consumo por ahorro fue del consumo de unos por el ahorro de otros. Hace un siglo el economista polaco Michal Kalecki enseñó que cuando la política económica le saca la plata del bolsillo al trabajador y se la entrega a los empresarios, el resultado es una baja del consumo y un incremento del ahorro (en proporción al Producto). La explicación es sencilla, el trabajador se ve obligado a ajustar su consumo dado que no llega a fin de mes. Por el contrario, los empresarios no modifican su nivel de consumo y el dinero extra que les fluye, la ahorran.
Unas paritarias que en promedio se ubicaron 10 puntos por debajo de la inflación en 2016 y una perspectiva bastante similar para el presente año, son indicadores de que la gestión de Mauricio Macri redistribuyó ingresos desde los trabajadores hacia los empresarios. Ahí se encuentra la verdadera explicación de la caída del consumo.
@AndresAsiain