Un 28 por ciento, apenas, representan las mujeres fiscales en el Ministerio Público Fiscal de la Nación (MPF), mientras que el registro de varones alcanza el 72 %. En momentos que la crisis estructural del sistema de Justicia demanda una reforma judicial transfeminista, la cifra revela un nudo crítico: en un período de 15 años de llamados a concursos públicos en el organismo, las mujeres inscriptas no superaron el 30 %.
“Tengo interés, pero no me siento preparada para asumir esa responsabilidad” (32 %), “Me interesa, pero me resultaría difícil compatibilizar con responsabilidades” (27 %) y “Tengo interés, pero me resulta complejo prepararme por la carga de trabajo” (18 %), son las respuestas más significativas de aquellas trabajadoras que no concursan, pese a cumplir con los requisitos para acceder a los cargos de mayor jerarquía.
Los datos surgen en la tercera edición del informe “Cartografías de Género: Hacia la igualdad de condiciones en el acceso a los cargos de magistratura en el Ministerio Público Fiscal de la Nación. Percepciones de las y los trabajadoras/es del MPF en torno a la carrera profesional”, elaborado por la Dirección General de Políticas de Género (DGPG), a cargo de Romina Pzellinsky, y que en esta nueva entrega, basada en la encuesta de 2019, se propone “seguir indagando sobre los obstáculos que enfrentan las trabajadoras del MPF” para alcanzar puestos a nivel de magistratura. Claro que es en este punto donde las brechas más significativas se ubican en torno del uso del tiempo.
“Entre las/os operadoras/es que señalaron tener interés en concursar pero que les resulta dificultoso compatibilizar las tareas propias de ser fiscal con las responsabilidades familiares, el 81 % son mujeres, mientras que los varones que contestaron en igual sentido suman el 19 % restante”, advierte el estudio. “De igual modo sucede con quienes manifestaron tener interés, pero resulta dificultoso prepararse debido a la carga de trabajo, donde el 75 % de las respuestas pertenece a las operadoras mujeres.”
Pese a la distribución equitativa de lxs integrantes del organismo por género -50 % varones, 50 % mujeres-, en 2020 eran 72 mujeres fiscales frente a 200 varones, y en 2021 se contabilizaron 75 mujeres fiscales y 190 fiscales varones. Esta tercera cartografía, precisamente, hace foco en cómo la división sexual del trabajo y el orden de género operan en las representaciones y estereotipos sobre liderazgos, y contra la igualdad de oportunidades en el MPF. Todo indicaría, subrayan, que el sistema de selección de magistradas y magistrados del MPF “es una reglamentación ´ciega de género´ -esto es, que no reconoce la desigualdad de género como problema público-, factor que operaría de forma determinante en la segregación vertical entre mujeres y varones dentro del organismo”.
Para garantizar una carrera laboral con igualdad real de oportunidades, se necesita partir de condiciones igualitarias entre operadores y operadoras, recomiendan desde la DGPG, y deviene "indispensable el diseño e implementación de políticas transformadoras de las relaciones de género; trabajar de manera articulada a través de líneas de acción concretas que sean transversales al MPF y generar instancias de coordinación con una mirada de conjunto que tome en cuenta la diversidad de dinámicas que operan en las fiscalías y las áreas estratégicas de la Procuración General de la Nación (PGN), así como también las prácticas sociales que aún persisten por fuera del MPF, entendido éste como espacio productivo/público". Al cabo, diseñar herramientas transformadoras en clave de políticas públicas, que contribuyan a instituciones más democráticas e inclusivas para todas, todos y todes.