La Reserva Federal de Estados Unidos incrementó este miércoles la tasa de interés en 50 puntos básicos. Se trata del mayor incremento en dos décadas y se vincula a la preocupación de la autoridad monetaria por la aceleración del proceso inflacionario en la economía. El indicador de precios minoristas marcó en marzo un 8,5 por ciento y alcanzó las cifras más altas de los últimos 40 años impulsado por cuellos de botella generados durante la pandemia y el efecto de la guerra en Ucrania.
Las tasas de interés, luego de la suba, se ubicaron en el rango de 0,75 a 1 por ciento. Fue el segundo aumento en lo que va del año y se esperan nuevos anuncios en los próximos meses. La evolución de la tasa de interés para lo que resta de este año es uno de los temas que genera fuertes interrogantes en el mercado. Para grandes bancos globales, como el Deutsche Bank, podrían provocar un efecto recesivo en el mercado interno estadounidense.
El apuro de la Reserva Federal por endurecer su estrategia de restricción monetaria se asocia con el proceso inflacionario, que se acerca a tasas de dos dígitos interanuales. La FED durante la pandemia había comprado bonos para mantener las tasas de interés bajas e inyectar liquidez a la economía, pero con la suba de los precios definió un cambio estrategia para la gestión monetaria.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que "la inflación es demasiado alta y entendemos las dificultades que está causando. Nos estamos moviendo rápidamente para volver a bajarlo". Así lo aseguró en una conferencia de prensa en Washington, en la que remarcó que “las autoridades están firmemente comprometidas con la restauración de la estabilidad de precios”.
Consideró además que nuevos ajustes de 50 puntos básicos podrían estar sobre la mesa en las próximas dos reuniones. Por el momento no se considera la posibilidad de elevar en 75 puntos básicos en las próximas reuniones. "La economía estadounidense es muy fuerte y está bien posicionada para manejar una política monetaria más estricta", expresó Powell.
Las subas de las tasas de interés preocupan en el mercado a mediano y largo plazo porque generan una tendencia a la caída de los activos bursátiles, al mismo tiempo que provocan tensiones para sostener el ritmo de actividad de la economía. Esta es la encrucijada a la que se enfrenta Estados Unidos. El trimestre pasado registró una caída del PIB del 1,4 por ciento, pero se aceleró su inflación y ahora las autoridades avanzan con una política monetaria contractiva que podría llevar a la recesión. Estos planteos se hicieron notar en los informes de grandes bancos de inversión.
Desde la Reserva Federal responden a este punto diciendo que “aunque la actividad económica general disminuyó en el primer trimestre, el gasto de los hogares y la inversión fija empresarial se mantuvieron fuertes”. Agregan que “la creación de puestos de trabajo ha sido sólida en los últimos meses y la tasa de desempleo ha disminuido sustancialmente. La inflación sigue siendo elevada, lo que refleja los desequilibrios de oferta y demanda relacionados con la pandemia, precios más altos de la energía y presiones de precios más amplias".
Por el momento los mercados internacionales, más allá de las preocupaciones de largo plazo, tuvieron este miércoles una respuesta de optimismo al anuncio de la Reserva Federal. Posiblemente se interpretó que el ajuste fue menor a lo que podría haber sido ante la aceleración inflacionaria de los últimos meses. Los índices del Nasdaq y el S&P avanzaron a un ritmo de más del 3 por ciento.
En el plano local, la bolsa porteña bajó 0,2 por ciento pero los bonos soberanos se incrementaron hasta 1,8 por ciento. El riesgo país finalizó en 1750 unidades, marcando un retroceso de 2,5 por ciento. La cotización del dólar contado con liquidación bajó 1,8 por ciento a 204,89 pesos, al tiempo que la del dólar blue retrocedió 2,50 pesos para ubicarse en 201 pesos. El Banco Central compró 90 millones de dólares y en los primeros días de mayo acumula compras por 330 millones.