“Si la economía no sirve para la mayoría de los ciudadanos, ésta será una economía fallida”, Joseph Stiglitz.
Milton Friedman, alter ego, de la ortodoxia económica, afirmó que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario. Por ende, existiría una única causa de los aumentos de precios: la excesiva emisión de dinero. Se trata del pensamiento único neoliberal y justificante de políticas de ajuste del FMI.
Desde la heterodoxia se avanza, en cambio, alegando que la inflación es multicausal. Sin embargo no explica cuál es la causa determinante, con lo cual se llega a un diagnóstico indeterminado y, por ende, a conclusiones erráticas.
En otros términos, el planteo ortodoxo de la única causa no resulta ser más que un argumento para la liquidación del Estado, por ser la única institución capaz de neutralizar las inequidades sociales que genera el libre mercado.
Desde la heterodoxia, se plantea correctamente la multicausalidad de la inflación pero no se puntualiza la causa determinante. Por ello, se diluye el verdadero diagnóstico. Las resoluciones políticas para combatirla entonces oscilarán entre insuficiencia e inutilidad. Así se presentan anuncios de medidas estériles que, en lugar de bajar, generan aumentos de precios.
La resultante es que durante el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, que aplicó una fuerte restricción monetaria, la inflación en cuatro años alcanzó el 300 por ciento. A su vez, en el gobierno de Alberto Fernández, en 26 meses, acumula 123 por ciento.
La conclusión es que en el tema de aumento de inflación existe similitud entre ortodoxia y heterodoxia a pesar de las grandes diferencias políticas-.
¿En que otro aspecto se mimetiza la ortodoxia con la heterodoxia? Por diferentes motivos convergen en no visualizar o en tergiversar la causa determinante de la inflación. ¿Cuál es la causa determinante?
En las sociedades donde los asalariados han quedado sometidos al poder del sector del capital, derivado de sindicatos débiles y donde la legislación laboral está lejos de proteger los trabajadores, la inflación deja de ser un problema.
En nuestro país -como caso particular-, el poder sindical se sustenta históricamente y se compromete con la defensa del salario. La defensa se expresa a través de paritarias que permite recuperar parcialmente el deterioro del salario por inflación, a lo que se suma la vigencia de leyes laborales que posibilitan la defensa de los trabajadores.
Esto último, genera una reacción por parte del capital por sostener el máximo beneficio provocando remarcación de precios generando, a su vez, concentración del capital. Es decir, oligopolización de la oferta, lo que implica eliminar competencia y desalineo de los precios.
Desde Adam Smith, siguiendo con David Ricardo, más los aportes que hiciera sobre el tema Carlos Marx, quedó demostrado en términos de economía política, que los intereses entre el capital y el trabajo son inversamente proporcionales. Es decir, opuestos. Beneficios empresariales, rentas e intereses como ingresos del capital crecerán en detrimento del salario en términos reales.
La inflación es el mecanismo eficiente y solapado para deteriorar el salario e incrementar la tasa de ganancias empresarial. Lo anterior conlleva la concentración. Es decir, el máximo beneficio que permite minimizar la competencia, concentrado el capital y así acumular poder político para lograr impunidad.
Por lo anterior, no se aplica la ley Defensa de la Competencia en toda su dimensión: seis grandes cadenas concentran el 80 por ciento de ventas de supermercados. En la producción de Alimentos y Bebidas un grupo domina el 80 por ciento de la producción de harinas y fideos. Otro grupo domina el 70 por ciento de la producción de leche. La producción de aceites está en poder de tres empresas. Lo mismo ocurre con la ley de Góndolas: el 75 por ciento de los productos corresponde solo a 20 empresas.
Por esto empresas alimentarias como Molinos Río de la Plata, Ledesma y Arcor multiplicaron sus siderales ganancias. Así la inflación en alimentos supera la inflación promedio, lesionando el presupuesto de sectores vulnerables y de la clase media.
Existen diferentes causas de la inflación. Sin embargo, el aspecto determinante consiste en controlar y limitar el poder económico haciendo cumplir las leyes que fomenten la competencia.
* Docente, economista, contador público e integrante del Club Argentino Arturo Jauretche. [email protected]