A contramano del lema de campaña del gobernador Perotti, la consigna de “Paz y Orden” es letra muerta. Lo que se vive en Rosario es una situación de violencia que aumenta de forma desmedida mientras el Gobierno Provincial por decisión política, negligencia o impericia libera los territorios y elimina los espacios que se habían creado para contención de las juventudes. 

El avance de robos y hurtos en la vía pública, entraderas a casas particulares y asalto a comercios tiene su correlato en los barrios de la ciudad, donde ya se registraron más de 85 muertes de pibxs que no son sólo un número: son familias destruidas, lazos de amistad que se pierden, sueños truncos y proyectos de vida arrebatados. 

El retroceso en materia de derechos nos impacta directamente a las juventudes. Nos sacaron el Vuelvo a Estudiar y con eso el derecho a la educación de quienes habían decidido volver a la escolaridad. 

Nos quitaron el Nueva Oportunidad en la provincia y con eso el derecho a capacitarnos, organizar unidades productivas y reflexionar en torno a nuestros proyectos de vida. 

Nos cerraron los Centros de Salud provinciales y desarticularon la red de instituciones que trabajaba integralmente para abordar los consumos problemáticos. Nos quitaron el Plan Abre y las intervenciones complejas que abordaban cada caso, cada pibe, cada familia en particular, con el fin de reducir la desigualdad estructural en la que nos encontramos. 

Muchxs de lxs pibxs que estaban contenidxs en esos circuitos de integración social volvieron al espiral de exclusión y pobreza que se expresa en distintas formas de ejercicio de la violencia. Prevenir el delito e incluir, también es pensar en seguridad.

Por supuesto que esta visión debe ir acompañada de mejores y más recursos para las fuerzas encargadas de brindar seguridad a la sociedad, apuntando a la desarticulación de las grandes tramas delictivas organizadas, compuestas a su vez por un sector de la policía y funcionarios de los 3 poderes del Estado. Si de algo estamos segurxs es que con el ajuste del Gobierno Provincial ganan los de siempre. 

Ganan los que liberan y los que disputan territorios, los que venden falopa y los que usan a lxs pibes para cometer cualquier delito a cambio de monedas (esas monedas que son tan necesarias para llevar el pan a casa). No existe una contrapropuesta desde el Gobierno para que esxs pibxs puedan acceder al recurso económico, así como desde el sector privado tampoco se los incluye, siendo cada vez más difícil conseguir un trabajo digno. 

Si escarbamos un poco más, la ruptura del tejido social sumada a la ausencia del Estado y a la falta de herramientas en manos de las instituciones del territorio, han causado depresión y muerte por suicidio en decenas de jóvenes de lxs que nadie habla. No queremos que se nos sigan muriendo o que nos sigan matando a lxs pibes en los barrios, queremos un Estado presente y que la política se embarre para poner en agenda y dar solución a la problemática más trascendente de nuestra generación: la violencia y la desigualdad, dos caras de una misma moneda. 

Pretendemos con estos argumentos hacer un llamado a la ciudadanía, a las organizaciones, a la política en general y al gobierno de Omar Perotti en particular. Ese llamado es a no naturalizar las violencias, dejar de ser indiferente a una realidad que nos afecta a todos los sectores sociales, pero fundamentalmente a quienes viven en los márgenes de un sistema totalmente desigual. 

Exigimos territorios libres de violencias y un Estado presente, que apueste a la construcción de ciudadanía.