En la madrugada del 27 de abril pasado desde la ruta 40 en el camino que une a Cafayate con Animaná (municipios ubicados en los Valles Calchaquíes), se escucharon explosiones y se visibilizó el fuego. Provenían desde la única trinchera que recibe desde 2013 los residuos de tres ciudades vallistas. Pese a que se tapó el fuego con arena, hasta ayer continuaba la humadera en algunos sectores, aunque se afirmó que estaba todo controlado. Se radicaron denuncias en fiscalía ante la sospecha de que el fuego se generó de manera intencional y como una solución alterna, se anunció la creación de una Ecotasa.
Así se manifestó en la conferencia de prensa que brindaron ayer el intendente de Animaná, José Rolando Guaimás, el de Cafayate, Fernando Almeda y el de San Carlos, Raúl Vargas, junto al responsable operativo del Consorcio de Gestion de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU), Miguel Ortega, tras el incendio ocurrido la semana pasada.
Almeda fue la voz cantante a cargo para anunciar el inicio de conversaciones con los concejos deliberantes de cada uno de los municipios para crear una Ecotasa municipal. Esta permitirá que los fondos recaudados se envíen directamente al "Consorcio de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos Valles Calchaquíes 1", como se denominó desde 2013 cuando se lo mencionó como "el modelo de trabajo que se aplicará en toda Salta", indica un comunicado del Gobierno provincial de aquel año. Sucede que, indicó el intendente cafayateño, los tres municipios están aportando al presupuesto del Consorcio que en este 2022 será de unos 11 millones de pesos.
Actualmente la cooperativa que se encarga de la separación de residuos está solo hasta las 14, y hay otros cuatro trabajadores a cargo de la supervisión, de los cuales uno se encuentra con carpeta médica. Ello genera que el vertedero quede sin ningún tipo de control en algunos horarios en particular, y es entonces que se generan los focos de incendio.
Añadió que los recursos permitirán contar con más recursos humanos e insumos de vigilancia como cámaras, para poder cuidar la superficie en la cual se inserta la única trinchera.
El espacio en donde se entierran los residuos tiene la dimensión de 50 metros por 75 de largo, y casi tres metros de profundidad. Se encuentra colmatada desde hace tres años. Según lo especificó Ortega a Salta/12, el incendio que se generó el 26 de abril y llegó a extenderse en los primeros diez metros de largo de la trinchera, a una profundidad de unos 30 centímetros.
Reconoció que aunque no es la primera vez que se incendia el vertedero, el año pasado no hubo incendios y desde que asumió Almeda como director del consorcio, ya hubo dos incendios en menos de un mes. El primero fue el 18 de abril pasado y llegó a ser contenido rápidamente. Pero en este último "teníamos varios focos", afirmó.
Es esta la situación que llevó a pensar que el incendio fue intencional por lo que se radicó la denuncia ante la fiscalía penal de Cafayate a cargo de Sandra Rojas.
Un proyecto sin presupuesto
Ortega especificó que desde 2016 tanto el anterior jefe operativo como él realizaron gestiones ante la Provincia y la Nación para conseguir fondos a fin de contar con una trinchera nueva. El presupuesto estimado a principios de año para la obra era de unos 40 millones de pesos.
El secretario de Ambiente de la provincia, José Aldazábal, confirmó a este medio que ellos pueden intermediar en las gestiones, pero el presupuesto para los consorcios del interior no están contemplados en el presupuesto provincial. Actualmente, en tanto, en el Interior provincial solo está funcionando (aunque recién iniciando también), el consorcio del Valle de Siancas (que hace el tratamiento de residuos de General Güemes). Mientras, aún se espera el de Orán y el de la zona sur de la provincia en el que intervendrán los municipios de El Galpón, Metán y Rosario de la Frontera.
Otra de las gestiones que Almeda señaló, aún no tiene respuestas, es el pedido de cesión de 60 hectáreas para el consorcio de GIRSU vallisto que debe otorgar la provincia. Actualmente, el Consorcio funciona en 14 hectáreas, pero necesitan saber la superficie final para poder hacer el "alambrado" de esta superficie.