Sobrevivientes y querellantes de la causa Klotzman pudieron entrar ayer, por primera vez, al predio del Instituto San Bartolomé en Fisherton, donde funcionó un centro clandestino de detención. La institución compró el lugar en 2016, cuando cayó la medida de no innovar judicial en busca de resguardar pruebas de delitos de lesa humanidad, y demolió la casa donde estuvieron detenidas desaparecidas 29 personas, entre ellas cuatro mujeres embarazadas, entre agosto y octubre de 1976. De los detenidos-desaparecidos en ese ccd hay sólo dos sobrevivientes. Con el lema "Plantemos memoria", ayer se plantaron 33 árboles y se dejó una placa del Concejo Municipal. El acto fue organizado por Abuelas Delegación Rosario, y si bien no pudieron llegar Sonia Torres, Abuela de Plaza de Mayo de Córdoba y Estela de Carlotto, la presidenta de la institución, sí estuvo el secretario general Abel Madariaga, y varios nietes restituides. El rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, anunció que le cederá una casa a la delegación de Abuelas en la ciudad para que, por fin, tenga una sede permanente.
Por su parte, la presidenta del Concejo municipal, María Eugenia Schmuck, ponderó la iniciativa de plantar memoria –nacida de Abuelas para conmemorar el 24 de marzo en pandemia. “Vivimos hoy a plantar memoria”, dijo, para recordar que hay tres personas nacidas en cautiverio en ese predio que todavía no conocen su verdadera identidad. Son les hijes de María Laura González, Liliana Girardi y de Isabel Carlucci, que fueron secuestradas embarazadas. La hija de Ricardo Klotzman y Cecilia Barral conoció su identidad en 2011, y es la nieta 103. En el acto estuvo, y habló al final, Iván Fina, el hijo de Carlucci que busca a su hermano.
Fue Sabrina Gullino Valenzuela Negro, la nieta restituida número 96, quien contó la historia del predio, y explicó la importancia del acto. “Hay un hecho muy significativo que sucedió el martes, cuando vinimos con la cuadrilla de Parques y Paseos para preparar el terreno, un hecho muy poderoso que nos llamó la atención a todos los que estábamos en el lugar. Fue el ruido metálico de las palas chocando contra algo que no era tierra, sino hormigón. Nos impresionó porque pareciera que los cimientos del edificio hubieran estado ahí, aguardando ser descubiertos para aflorar a la superficie. Hoy podemos decir que en esta cancha de rugby, perteneciente a la Fundación Churchill, nos hemos organizado para construir memoria”, dijo la activista que pertenece a Abuelas y también a H.I.J.O.S. Rosario.
En una sucesión de discursos que encontró a varies oradores en la triple condición de víctimas, militantes y funcionarios, la secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Lucila Puyol, ratificó la voluntad de seguir buscando a las personas nacidas en cautiverio, y recordó –como hicieron otros oradores- al dirigente sindical Victorio Paulón, fallecido en la madrugada de ayer. La directora nacional de Sitios de Memoria, Lorena Battistiol Colayago recordó el valor intransferible de la memoria de les sobrevivientes. Hasta habló el presidente de la fundación Churchil, Marcelo Wade, quien se emocionó al contar que es amigo de una de las querellantes de esta causa, Ana Lina Klotzman, cuyos padres están desaparecidos. Planteó que “nunca más” deben ocurrir “estos hechos”. En otras palabras, el terrorismo de Estado.
Entre la gran cantidad de personas que se acercaron ayer estuvo Daniel Guibes, jefe de mantenimiento del San Bartolomé (más conocido como colegio Inglés) que pudo identificar la Quinta Operacional de Fisherton porque había estado detenido allí. Su testimonio fue fundamental en la causa Klotzman, que terminó en julio de 2021 con cuatro condenas. “Yo trabajé 21 años acá y he plantado muchos de los árboles que están acá, pero creo que hoy voy a plantar el árbol más importante de mi vida, por la memoria, la verdad y la justicia”, emocionó a todos los presentes.
No estaba, pero fue nombrado muchas veces, Fernando Brarda, el otro tenaz sobreviviente que buscó con denuedo el lugar, y que declaró en 1984 en la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep). En 2005 logró identificarlo. La directora municipal de Derechos Humanos y Memoria, Alicia Gutiérrez, lo dijo así: “Acá había una construcción que durante años fue buscada y me consta porque incansablemente Fernando Brarda nos preguntaba a otras personas vinculadas con causas de derechos humanos si no sabíamos la ubicación de este lugar, porque la describía pero no la ubicaba territorialmente”.
En el lugar hubo cuatro embarazadas detenidas-desaparecidas. “Lo más impactante es, sin lugar a dudas, que acá probablemente nacieron cuatro niñas y niños de los cuales una sola recuperó a su identidad”, dijo la funcionaria.
Patricia Maciel fue otra de las hijas de víctimas de la causa que tomó la palabra. Sus padres, Herminia Nilda Inchaurraga y José Rolando Maciel, son dos de las víctimas de la causa. La mayoría de los desaparecidos que fueron detenidos ilegalmente en la Quinta Operacional de Fisherton pertenecía al Partido Revolucionario de los Trabajadores/ Ejército Revolucionario del Pueblo.
Iván Fina, psicólogo, querellante de la causa Klotzman, de larga trayectoria en Abuelas de Plaza de Mayo delegación Rosario, fue uno de los últimos en hablar. Él busca a su hermano nacido en cautiverio. “Fue muy difícil. Hablábamos con Ana Lina y con algunas otras compañeras, porque está Patricia, está Nora (Pastorini, hija de Alejandro Pastorini, otra de las víctimas) sobre lo mucho que nos movilizaba estar presentes con todas las imágenes que uno a veces se hace de estar aquí”, dijo Iván. “No sé qué es más difícil de sobrellevar si el hecho de saber que este fue un lugar de horror, en el que sucedieron cosas tremendas, como otros tantos lugares en este país, o encontrarse con el hecho de que no quedan signos materiales de eso”, afirmó en alusión a la demolición del edificio. “No sé qué es peor, si el dolor y la dureza del recuerdo o la intención y la amenaza del olvido”, planteó, antes de agradecer a muchas de las personas presentes, entre ellas a Nadia Schujman, abogada en los juicios por delitos de lesa humanidad. En julio de 2021, la causa Klotzman terminó con la condena a prisión perpetua del militar Jorge Fariña, y los policías federales Federico Almeder, René Juan Langlois y Enrique Andrés López, estos últimos tres condenados por primera vez.
Ana Lina Klotzman planteó: “Marcar este sitio va a ayudar a reconstruir la memoria, no sólo para mí, sino para toda la sociedad. Este lugar les va a decir a los jóvenes que nunca tienen que dar nada por sentado, que los derechos de los que hoy disfrutan le han costado mucho a mucha gente”. Ana Lina marcó que la señalización, la placa del Concejo municipal y los 33 árboles que se plantaron son una apuesta de futuro. “Tal vez nosotros no necesitemos que nadie nos marque nada para recordar”, afirmó. Unos minutos después, volvió a tomar el micrófono y contó que se había olvidado de decir lo que para ella era “lo más importante”, y fue: “Me llamó mi hermana que nació acá y me pidió que elija un árbol por ella para venir a verlo juntas”.