Sin dudas que 2020 fue el año de todo el equipo de salud, pero fundamentalmente de la Enfermería, cuya labor a nivel mundial durante la pandemia, fue titánica.
La enfermería surgió como una tarea de cuidado llevada a cabo por mujeres históricamente, y diversidades, pero atravesada por el sistema capitalista y patriarcal, que marcó su camino, porque, si bien se incorporó a la mujer a la “producción”, también se le asignó el rol de esposa y madre para abaratar la reproducción de la fuerza de trabajo. Esta situación es favorable a la economía capitalista, ya que sin el trabajo “no remunerado“ de la mujer, probablemente no podría funcionar.
Las enfermeras somos sostén de familia, y debemos cumplir con nuestras obligaciones como trabajadoras y también como madres, amas de casa, tomando responsabilidades domésticas que nos condicionan para nuestro crecimiento profesional.
En la Argentina, pese a que la Enfermería cuenta con carrera universitaria y posgrados, matrícula profesional y Ley de ejercicio autónomo, aún no cuenta con el reconocimiento profesional en las carreras hospitalarias de cada jurisdicción.
Sin embargo, el reconocimiento social es contundente y se evidencia en los testimonios en nuestras actividades callejeras, durante la recolección de firmas para la Iniciativa Popular que hemos impulsado desde nuestro sindicato, la Asociación de Licenciadxs en Enfermería (ALE).
Este es un recurso constitucional utilizado para presionar a la Legislatura porteña a tratar nuestro proyecto de inclusión en la Ley 6.035, que regula el ejercicio de lxs profesionalxs de la salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Con un gran esfuerzo de las, lxs y los compañeros, logramos recolectar casi 50 mil firmas, superando la cantidad necesaria para poder solicitar que se trate el tema en el recinto.
Es muy importante remarcar como un ícono de nuestra lucha reciente, la imponente y emocionante Marcha de las Antorchas, que tuvo su primera edición el 12 de mayo de 2021 (Día Internacional de la Enfermería), con una gran repercusión, tanto a nivel nacional como internacional, ya que muchos medios de comunicación se hicieron eco de esta importante actividad que representó esa llama viva de los reclamos de la enfermería, tan vapuleada durante la pandemia y que se convirtió en nuestra marca registrada.
Las enfermeras somos protagonistas de un movimiento que crece y crece, con una visión combativa, transfeminista y con conciencia de clase, con dirigentas mujeres, trabajadoras, que enfrentan a la burocracia sindical, que es la encargada de bloquear las protestas y la organización desde las bases, dejando correr todo tipo de injusticias para sostener un sistema de privilegios para unos pocos.
Es por eso que nuestro gremio, la ALE, se está construyendo sobre las bases de la discusión democrática, utilizando nuestra más noble herramienta, que son las asambleas abiertas, donde todxs tengamos voz y voto, porque solo de esta manera es que podremos fortalecernos y enfrentar a nuestros verdugos.
Nuestro plan de lucha: reclamo por un salario que tenga como piso $140.000, que es lo que indica el INDEC como ingreso para cubrir todas las necesidades básicas; por el pase automático a planta permanente de todxs nuestrxs compañerxs contratadxs, que hicieron frente al Covid-19 desde el inicio de la pandemia, y el reclamo por el reconocimiento profesional, con la inclusión en la Ley 6.035.
Nuestras próximas medidas serán la Marcha de Antorchas este 11 de mayo, a las 18.30, desde el Congreso Nacional hasta la Legislatura porteña, y al otro día, el jueves 12, a las 10, con la concentración de ALE y organizaciones de salud solidarias, en la Legislatura, y conferencia de prensa.
Desde nuestro sindicato decimos que “la deuda es con el pueblo, con las, lxs y los trabajadores, con la primera línea, no con los fondos buitres que vienen a explotarnos, a someternos y a robarnos nuestra soberanía”.
*Licenciada en Enfermería. Enfermera del Hospital Juan. A. Fernández y referenta de ALE.