Además de ser una de las tarólogas más prestigiosas del mundo Marianne Costa es también actriz, traductora de poesía, artista performativa, una escritora cuyo nombre de oro se lee junto al de su ex pareja, Alejandro Jodorowsky, bajo el título del best seller La vía del tarot, publicación anterior a su completísimo El tarot paso a paso.
Pero la magia, que también tocó su voz, la lleva a que el domingo 15 de mayo ofrezca un recital que quizás sea el primero en combinar arcanos mayores con el ritmo del 2x4. Será en el Centro Cultural Torcuato Tasso, donde este fin de semana impartirá también una imperdible Masterclass y una clínica de Tarot. Como si fuera poco, la incansable Marianne Costa que acaba de presentar su Pequeño oráculo de Marsella en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, ya está dando los retoques finales a su nueva creación: un particular mazo queer de treinta y tres cartas en blanco y negro que altera la regla de las 78 de la mayoría de las barajas. “Creé un pequeño colectivo con Eric Carpe Lomas y con Javier Moreno, que es un gran amigo artista y tarotista. De la idea de rescatar tarot antiguos nació uno en blanco y negro, al que se le agregarán las cartas del Tarot Queer. Es la primera obra del Colectivo del Tarot (así se llama) y viene de la reproducción de los moldes de un tarot de Marsella de 1709. Javier a su vez está conectado con un colectivo feminista queer que se llama Orgia, enraizado cerca de Barcelona. Hay miles de tarot queer y no queríamos uno más. Les propusimos a les chiques de Orgia ocupar el tarot, como se ocupa un edificio o un lugar sagrado”.
¿Resignificándolo…?
-La definición de lo queer más las iniciales que vienen de los 90 hablan de multiplicidad sin exclusión. No reventar lo binario, sino abrirlo hacia lo no binario. Hay una dimensión queer radical que entiendo que tiene su justificación política en la negación total de lo binario, pero el tarot emana de una época heteropatriarcal y hay espacios que están concebidos de una forma binaria, habitarlos por momentos no impide que al segundo siguiente puedas experimentar lo no binario. En el tarot hay 21 arcanos mayores más El loco y mi idea sería abrir el mazo a la incorporación de otra energía que represente a El loco (el número 0). Y además crear 11 cartas más, llegar a treinta y tres en lugar de 22, que resuenen con la numerología.
¿Y cuál es esa energía que advendría al lugar de la carta de El loco, (que es el número cero, una especie de comodín de la suerte)?
-Elles crearon una carta genial que se llama La loca, que no es ni masculine ni femenine, sino de género indetectable. Para mí el movimiento queer es una fuerza de ocupación desde el interior de la realidad, para amablemente reventarla.
Hay arcanos muy identificables con el patriarcado como puede ser el 4, El Emperador, ¿compensaron esta energía numerológicamente con otra carta?
-La 4 de nuestro mazo queer es Le sirene, es decir, el mismo número que El emperador, que simboliza la seguridad en la tierra. Por otro lado, el arcano de La templanza, que es el 14, es la seguridad de la fluidez. En La sirene lo que tenemos es la seguridad dentro de la fluidez. Y otra vez un personaje indefinible, como La loca. Representa la fluidez de género, porque para mí cada persona es de género fluido.
¿De qué se ocupa tu Tarot queer? Pienso en un más allá del paradigma exclusivamente humano. Y pienso en cartas como la Rueda de la fortuna, en las que no aparecen figuras humanas…
-En una de las cartas de nuestro mazo se ve a dos mosquitos follando y esto tiene relación con el post humanismo. En La rueda de la fortuna, están todos los elementos naturales teniendo sexo, la idea es muy Donna Haraway, ¿qué sucedería si desapareciera lo humano?
¿Y sobre la carta de La luna, donde tampoco se ve el elemento humano, y que se relaciona con lo confuso y lo tenebroso y simboliza entre otras cuestiones la maternidad, cuál es tu lectura?
-La Luna es el espacio donde, desde la oscuridad, se genera vida nueva. Es la infinita dulzura de las tinieblas, pero como la gente no lo entiende inmediatamente te dicen: psicosis, miedos, angustias. Pero no: es la sabiduría profunda de la noche. Claro que estamos viviendo en un mundo muy solar que solo ve lo que le da la luz directa.
Venís de participar de la Bienal de Venecia, sin embargo podríamos pensar en esto como en una excepción porque el mundo del arte y de la intelectualidad sigue dando signos de prejuicios respecto del Tarot…
-En Francia es donde hay más prejuicios, en Italia menos, porque el Tarot es italiano de origen y saben que es un tesoro nacional. A la hora de prejuzgar, primero que nada es pensado como un juego y los juegos no pertenecen al arte serio. Ese juego además sirvió como generador de narraciones predictivas desde mediados del S XIX, como reacción a una cultura extremadamente racional. En Europa los surrealistas lo enaltecieron y Calvino lo hizo tema de uno de sus libros. Una franja del mundo intelectual se da cuenta de que el tarot tiene que ver con el arte popular por un lado y por el otro, el arte artesanal, y además generar un discurso interesante. Pero creo que las culturas aferradas al post existencialismo de los ‘60, la cultura lacaniana, la edad de oro del triunfo económico europeo, presentan cierto estancamiento. A mí me importa un pepino porque no estoy tratando de convencer a nadie, el tarot es una cuestión de enamoramiento. Te enamora la posibilidad de hacer dialogar el hemisferio izquierdo con el derecho. En el Guggenheim me contrataron porque acaban de abrir la exposición históricamente más importante sobre el surrealismo y la magia. Se homenajearon a pintoras conectadas con el tarot como Eleonora Carrington o Remedios Varo y hay también mucho arte de gente médium. El mundo del arte está volviendo a esa dimensión.
En 2020 no pudiste venir a la Argentina a presentar tu Tarot del tango, ¿verdad?
-Mi último viaje a América fue a Bolivia, Chile, Argentina en noviembre de 2019. Es decir que vuelvo acá, que fue el lugar que dejé en ese momento pensando que regresaría al mayo siguiente a presentar ese mazo, pero no pude. Tuve una fuerte emoción ahora de volver al barrio y a los amigos.
¿Pensás que se puede volver a lo que quedó en suspenso en ese momento?
-Nunca se vuelve a nada. Hasta una pareja que tiene una crisis fuerte y decide darle otra oportunidad, en realidad está creando una nueva pareja. “Volver” es un concepto tanguero. Yo creo en la transformación permanente. Mi maestro espiritual raíz, a quien no conocí, es el francés Arnaud Desjardins, que fue alumno de Swami Prashnanpad, un doctor en física que empezó en Varanasi a elaborar los mismos cálculos con los que Einstein llegó a la teoría de la relatividad. Pero se fue y se iluminó. Se fue de ermitaño y le llegaron alumnos franceses, entre ellos Arnaud Desjardins que abrió un ashram en Francia. Prashnanpad tenía esta propuesta que conectaba la filosofía del vedānta hindú con las leyes de la física. Y él habla del principio constante de acción y reacción. Todo lo que está sucediendo ahora es una fase reactiva a algo. Para mí la pandemia ya fue una reacción previa a algo.
¿A qué?
-Mucha gente que tiene entendimiento de cómo debería manejarse el planeta fuera de la ley del mercado piensa cosas a cerca de la forma en que tratamos a los animales, a la tierra, sobre la forma en que la industria farmacéutica está jugando con experimentaciones sobre virus, sobre el turismo excesivo (por fin se puede caminar por la plaza San Marco, en Venecia, de donde vengo. Ya no hay naves cruceros en la laguna por ejemplo). La pandemia fue una reacción de la realidad a un exceso de consumismo, de concentración de gente, de obsesión por el provecho puro.
¿Puede haber entonces para vos una serie de reacciones encadenadas a partir de esa primera reacción?
-Claro, ya hubo. Todo el mundo se puso histérico porque Putin atacó Ucrania. Putin es un militar, es lógico que ataque y más cuando estamos saliendo de la pandemia. Esa es su reacción a la pandemia. La reacción en Lavalle y Florida es gente haciendo música en las calles. La reacción de las milongas es que nunca he visto tantas orquestas en vivo, porque no pueden viajar como antes. Estamos reaccionando y dentro de la reacción, tratando de conectar con las cosas que nos eran importantes antes. Es una situación de crecimiento siempre que sepamos que todo lo que hacemos es como un péndulo que se mueve de derecha a izquierda.
¿Cómo es eso?
-Mientras más fuerte la empujás de un lado, más fuerte arriesgás que sea la situación. Tiene sus aspectos psicológicos, pero a mí me cambió la vida esa visión de acción y reacción, por poder identificarlas. Esto no te quita alegría cuando el péndulo va hacia ese lugar, pero se trata de volver interiormente a alinearte con el eje, a no irte tan lejos, ni en el alivio ni en la depresión. Esos movimientos alrededor del eje, blanco- negro, noche-día, los pares de opuestos que quieras, se ponen menos poderosos cuando se entiende que lo más poderoso es el eje.
Pensando de la manera en que pensás, me resulta difícil imaginar porqué tu vínculo con el tango es tan estrecho…
-Dentro de la nostalgia tanguera hay una dimensión sagrada. Es la razón por la cual el tango tiene el alcance en el mundo entero, es universal porque se expresa en poesía, con una caída musical que ha llegado a ser del nivel de la música clásica, con excelencia en el baile, con una inteligencia de la vida en sociedad que es de nivel político. Los diversos protocolos dentro del tango – que por supuesto se están removiendo a través del tango queer– son de un nivel de inteligencia y diplomacia increíbles. El nivel de refinamiento se aplica a esta nostalgia y la lleva al espacio sagrado, a través de la nostalgia del amor perdido está la nostalgia de lo divino. Mi maestra es Sandra Guida, una cantante increíble, que piensa también a la canción como exorcismo, usada para elaborar una rabia, un amor, etc. A mí me pasó con la letra de Nostalgias que termina con “Brindar por los fracasos del amor”. Creo que habrá que inclinarse delante del hecho de que el amor humano es un fracaso continuo
¿Con quién brindarías vos por los fracasos del amor?
-Con el poeta Rumi, que perdió al amor de su vida, su maestro, quizás asesinado por su propio hijo, y de ahí sacó su poesía más hermosa. Creo que la vida nos da la oportunidad de crecer hasta morir en paz. Todo lo que hago al final, bailar, cantar, escribir, traducir poesía, trabajar con los oráculos, con el árbol genealógico, está conectado con esto.
Curso: Sábado 7 y domingo 8 de mayo de 11 a 16 hs. // Cierre del viaje a Buenos Aires a puro Tango y Tarot: Domingo 15 de mayo a las 20 (puntual). En el Torcuato Tasso, Defensa 1575.