María Eva Duarte, Evita, "esa mujer", el emblema del peronismo, la propulsora del voto femenino, la igualdad jurídica entre el hombre y la mujer en el matrimonio y la patria potestad compartida en Argentina. Esa mujer, la primera dama más relevante de la historia argentina, nació un día como hoy hace 103 años.
Es una de las imágenes más relevantes de la historia argentina. Fue amada y odiada. Adorada y vapuleada aún después de muerta. Su figura fue hecha ópera rock, canción, poema, estampa: reivindicación revolucionaria. En un siglo de historia, sus apenas 33 años de vida, y sólo seis vividos como lider de masas, bastaron para cambiar la vida y la historia de los humildes, niños, mujeres y ancianos. La iconografía y la figura de Eva Perón ha traspasado las décadas y se resignificó en distintos momentos de la historia del país, a través de diferentes artistas, escritores y biógrafos interesados en esos años y en esa mujer.
Cuáles son las cinco imágenes y monumentos de Eva Perón
En medio de la avenida 9 de julio, en la Ciudad de Buenos Aires, sobresalen las esculturas en hierro, realizadas por el artista plástico Daniel Santoro, en el edificio donde tienen su sede los ministerios de Desarrollo Social y de Salud. Son solarizaciones de dos imágenes emblemáticas de Evita, que fueron inauguradas en 2011, y que se iluminan por las noches (durante el gobierno de Cambiemos, en 2016, se apagaron “para ahorrar energía”). Hacia el sur, mira la escultura en base un retrato del francés Numa Ayrinhac; y sobre la cara norte del edificio, se ve a Eva ante un micrófono y corresponde a una foto tomada por Pinélides Fusco, que desde 1948 hasta 1955, fue el retratista íntimo y oficial de Perón y de Eva Duarte.
Del francés Ayrinhac, además, en el Museo del Bicentenario, en Casa Rosada, se rescató y restauró el “Retrato de General Juan Domingo Perón y su señora esposa María Eva Duarte de Perón”, una obra única que sobrevivió a la destrucción masiva de la iconografía peronista por parte de la Revolución Libertadora.
En 2006, el grupo Mondongo, realizó un retrato -“Eva”- con diferentes tipos de panes y resina sobre madera. La obra se encuentra en el lobby de un hotel de lujo en pleno microcentro porteño.
Para el centenario de su nacimiento, Miguel Rep, publicó el libro "Evita, nacida para molestar”, con unos 200 dibujos, publicado a comienzo de 2019, y por el que recibió amenazas porque entre los dibujos, hay una Evita desnuda y manteniendo sexo con Perón.
También, la muestra “Evita Presente”, sobre ilustraciones del artista Eduardo Gonet, recreó -entre el panfleto militante con palabras potentes de Eva y la imagen como si fuera una estampita religiosa- la síntesis contundente de su figura.
En Buenos Aires hay un sólo monumento dedicado a Eva Perón. Está ubicado en Avenida del Libertador y Austria en una plaza que desde 1999 lleva su nombre. En este predio, donde hoy funciona la Biblioteca Nacional, se encontraba el Palacio Unzué, residencia del matrimonio presidencial -y donde murió Eva- y que fue demolido en 1956 luego de que Perón fuera derrocado.
Cuál es el origen de la calle que lleva su nombre
La que hoy es avenida Eva Perón, nace en la avenida Directorio, en Parque Chacabuco, y se extiende de este a oeste hasta la General Paz. La traza de doble mano recorre lo que, en el siglo XIX, se denominó el Camino de Campana, por la chacra ubicada en lo que es hoy Parque Avellaneda, propiedad de Francisco Álvarez Campana. En 1926, una ordenanza le cambió el nombre a Doctor Norberto Quirno Costa y desde 1942, fue avenida Del Trabajo. Desde 1991, se denomina Eva Perón.
De Eloy Martínez a Walsh: los mejores textos sobre Evita
En 1995, el escritor Tomás Eloy Martínez publicó “Santa Evita”, una narración entre la ficción y la realidad, que se ubica en un antes y después de su muerte. La novela tuvo un impacto internacional y fue best seller, con más de 10 millones de libros.
Antes, Rodolfo Walsh, en 1965, le dedicó el emblemático cuento "Esa mujer", incluido en el libro “Los oficios terrestres”, un diálogo entre un coronel que tiene el cadáver de una mujer embalsamado, y lo entrevista un interesado en conocer la historia. Hablan del cuerpo de Evita aunque nunca se la nombre. Es simplemente, “esa mujer”.
En los años 70, en un contexto mundial atravesado por revoluciones políticas, los escritores Otelo Borroni y Roberto Vaca publicaron “La vida de Eva Perón” (Editorial Galerna,1971) y “Eva Perón” (Centro Editor de América Latina, 1971), dos biografías testimoniales. También, hubo publicaciones asociadas a la Evita revolucionaria, en ensayos y diversas praxis políticas, en una suerte de revisionismo histórico propio de la época.
Sin dudas, Fermín Chávez se destaca entre los historiadores e investigadores del peronismo, quien se había vinculado a Eva Perón en sus inicios de la actividad gremial y política. Chavez es autor de más de 40 libros, entre los que se destacan: “Eva Perón en la historia” (1986) y “Eva Perón sin mitos” (1990).
Otra biografía, "Evita", de Marysa Navarro Aranguren, es valorada por comunicar claramente la dimensión política, social y personal de este ícono argentino del siglo XX, sus controversias y sus pasiones. Fue publicada por primera vez en la Argentina en 1982. Su autora, la española Navarro Aranguren, es especialista en historiografía feminista y en la historia de las mujeres en América Latina. El texto tiene un análisis histórico profundo en cuanto a la complejidad y la importancia de la figura de Eva.
A cien años de su nacimiento, “Eva Perón. Esa Mujer”, de María Seoane y Víctor Santa María, se enfoca el devenir vivencial –y posvivencial– y su título toma prestada aquella contundente definición de Rodolfo Walsh: Eva Perón. Esa mujer. Esta obra cuenta la historia de Eva Perón como una gran historia de amor entre ella y Juan Perón; entre ella y los trabajadores, las mujeres, los niños, y los ancianos. Y en ese desarrollo del amor, se construye la base afectiva del Estado de Bienestar.
Dónde queda la tumba de Eva Perón
Después del derrotero del cuerpo de Eva Perón, tras su muerte y la llegada de la Revolución Libertadora, no fue sino hasta 1974, en que el gobierno de la presidenta María Estela Martínez trajo el cuerpo de Evita al país. Al comienzo, residió en la Quinta Presidencial de Olivos, fue sepultada a un lado de su marido. Dos años después, en octubre de 1976, los restos de Perón y Eva fueron separados por la dictadura cívico militar y entregados a sus parientes.
Los restos de Perón están en el cementerio de la Chacarita. Y el cuerpo de Eva fue entregado a la familia Duarte que dispuso que estuviera en bóveda familiar en el Cementerio de la Recoleta, a 200 metros a la izquierda del portón de entrada al cementerio. El féretro de Eva está cinco metros bajo tierra en el segundo sótano.