La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó que los precios mundiales de los productos alimenticios tuvieron una leve baja en abril, luego del récord de marzo. La merma se explica por la evolución de los aceites vegetales y los cereales. Sin embargo, los precios de la carne volvieron a marcar un nuevo máximo durante el mes pasado. También subieron los lácteos.
"Es un alivio, en particular para los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, aunque los precios de los alimentos aún se mantienen cerca de los recientes valores máximos alcanzados, lo que refleja la persistente escasez de suministros en los mercados y supone un desafío para la seguridad alimentaria de las personas más vulnerables en todo el mundo", indicó Máximo Torero Cullen, economista Jefe de la FAO.
El índice de precios de la FAO se ubicó en abril en 158,5 puntos, un descenso del 0,8 por ciento respecto del récord histórico del mes anterior. Sin embargo, se mantuvo un 29,8 por ciento por encima del nivel de abril de 2021. Esta inflación en alimentos de casi el 30 por ciento anual en dólares es la principal causa que explica la aceleración inflacionaria de las economías de todo el mundo, incluyendo la Argentina, que pasó de un 50 por ciento anual a un umbral esperado del 60 por ciento o incluso más.
Aceites
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO disminuyó un 5,7 por ciento en abril. La caída de la demanda empujó los precios para abajo de los aceites de palma, girasol y soja. "La incertidumbre acerca de las disponibilidades exportables de Indonesia, el principal exportador de aceite de palma del mundo, contuvo un mayor descenso de los precios internacionales", explica el informe.
En el caso del aceite de soja, el gobierno argentino subió las retenciones a las exportaciones a mediados de marzo, con el fin de recaudar el dinero suficiente para fondear el fideicomiso para mantener estable el precio del trigo, todavía en etapa de implementación. El total recaudado sería de entre 370 y 400 millones de dólares.
Cereales
El índice de precios de los cereales de la FAO disminuyó 0,7 puntos en abril, arrastrado por un descenso del 3 por ciento de los precios mundiales del maíz. En cambio, los precios internacionales del trigo volvieron a subir un 0,2 por ciento, afectados por el bloqueo de los puertos que continúa en Ucrania y por la preocupación acerca de la situación de los cultivos en los Estados Unidos de América. La suba en el trigo no fue mayor gracias al aumento de los envíos procedentes de la India y por unas exportaciones de la Federación de Rusia superiores a lo previsto. En tanto, los precios internacionales del arroz aumentaron un 2,3 por ciento respecto de los niveles de marzo, impulsados por la fuerte demanda de China y el Cercano Oriente.
A pesar de la guerra, la FAO sigue pronosticando que la producción mundial de trigo registrará un crecimiento en 2022 y alcanzará los 782 millones de toneladas. En ese pronóstico se incluye una reducción prevista del 20 por ciento de la superficie cosechada en Ucrania, así como un descenso de la producción a causa de la sequía en Marruecos.
Cereales y sus derivados viene siendo uno de los principales factores de impulso a la inflación local. En marzo, el rubro de pan y cereales anotó en el GBA un incremento del 11,6 por ciento, la mayor suba dentro del universo de los alimentos. Si bien se espera que el alza no haya sido tan alta en abril, el propio Gobierno admite que "el índice no va a dar bien". Las consultoras esperan una suba cercana al 6 por ciento en el número general de inflación oficial en abril.
Carne, lácteos y azúcar
El índice de precios de la carne de la FAO aumentó un 2,2 por ciento respecto del mes anterior, marcando un nuevo récord, al subir los precios de las carnes de aves de corral, cerdo y bovino. "Los precios de la carne de aves de corral se vieron afectados por las perturbaciones a las exportaciones de Ucrania y los crecientes brotes de gripe aviar en el hemisferio norte. Por el contrario, los precios de la carne de ovino fueron ligeramente inferiores en promedio", explicó la FAO.
En el caso de los productos lácteos, el índice de la FAO también registró una subida, del 0,9 por ciento, debido a la escasez de la oferta mundial. "La producción lechera en Europa occidental y Oceanía siguió registrándose por debajo de sus niveles estacionales. Los precios mundiales de la mantequilla fueron los que más subieron, influidos por un aumento repentino de la demanda asociado al actual desabastecimiento de aceite de girasol y margarina", detalla el informe.
En tanto, el índice de precios del azúcar de la FAO aumentó un 3,3 por ciento, impulsado por la subida de los precios del etanol y la demora en el inicio de la cosecha de 2022 en el Brasil, el mayor exportador de azúcar del mundo.