En una sesion histórica, la Cámara de Diputados de la Nacion dio media sanción a un proyecto de ley presentado por la diputada Carolina Gaillard (FdT) que propone una respuesta integral a la infección por el Virus de Inmuno Deficiencia Humana -VIH-, las Hepatitis Virales, la Tuberculosis -TBC- y las Infecciones de Transmisión Sexual -UTS-
Además, impulsa la creación de un Observatorio Nacional sobre Estigma y Discriminación, con el fin de visibilizar, documentar y erradicar las vulneraciones a los derechos de las personas afectadas por diversas enfermedades graves y en situación de vulnerabilidad social.
Levantaron su mano afirmativamente 241 diputados de la nación pertenecientes a los distintos sectores políticos que componen el Cuerpo.
Ocho legisladores, en cambio, bajaron su pulgar con una naturalidad que debería comenzar a preocuparnos.
Vale la pena detenerse en ellos para comprender mejor de quiénes se trata.
Francisco Sánchez (JxC), difundió hace algunos meses en las redes sociales que deseaba para sus cinco hijos varones: “mujeres bonitas, inteligentes y por lo tanto, de derecha” (sic). Anunció hace un tiempo que presentaría un proyecto para facilitar el acceso a las armas de parte “los ciudadanos decentes” (sic) y que se implante la pena de muerte en el país.
José Luis Espert (La Libertad Avanza), quien dijera que para los ladrones “Cárcel y balas pero primero balas” (sic). Sobre el proyecto, señaló: “no veo ningún motivo por el cual tiene que haber un régimen especial para personas afectadas por estas dolencias” (sic).
Victoria Villarruel (La Libertad Avanza), quien niega la existencia del terrorismo de Estado en nuestro país y defiende la dictadura genocida, tiene aversión por el movimiento feminista y criminaliza a la comunidad Mapuche.
Carolina Píparo (Avanza Libertad), sostiene que los comedores populares son: “una experiencia hermosa para todas las personas que concurren. Es salir a comer a un restaurante y que la gente que te sirve sean personas que se preocupen por hacer de cada noche un evento social donde el que está solo come acompañado, donde los nenes se sientan en un escenario a jugar y los perros de las familias son recibidos afuera con potes de alimentos, lo viven como un día de unión y celebración.” (sic)
Ricardo Lopez Murphi (JxC), en 2013, reunido con familiares de condenados por delitos de lesa humanidad, dijo “Como no se va a poder conseguir una amnistía, hay que ir por las prisiones domiciliarias”.
Pablo Torello, Productor agropecuario (JxC), afirmó en las redes que las feministas no son merecedoras de sexo (no es la palabra original).
Paula Omodeo (JxC), formada como asociada Senior del estudio de Beccar Varela, fundador de Tradición, Familia y Propiedad.
Javier Milei (La Libertad Avanza), colaborador del genocida condenado a perpetua, Antonio Domingo Bussi y conocido por sus expresiones homofóbicas, racistas, de denigración de la capacidades diferentes y titular según sus dichos de “superioridad estética sobre los zurdos de mierda” (sic).
Hay determinados proyectos legislativos que, por su clara orientación al bien común y como en este caso a la asistencia a sectores muy vulnerables, no pueden ser rechazados ni siquiera por los bloques más reaccionarios del congreso. Es por eso que aún diputados de la derecha opositora (incluidos los más agresivos), han votado favorablemente. Por esta vez, los superó la vergüenza.
Sin embargo, se destacaron 8 legisladores, que no vacilaron en diferenciarse hasta de sus propios pares ideológicos, en el afán de mantener la coherencia de un discurso fascista que cada día se endurece peligrosamente.
La derecha, siempre extrema, niega, miente y manipula. En esta trágica posverdad que nos toca transitar, el desafío más grande es la respuesta que se dé a quienes, sin remordimiento ni empatía alguna, exhibiendo lo peor de la condición humana, utilizan las técnicas que llevaron a las más grandes tragedias que vivió la civilización. Todas esas tragedias, fueron precedidas por estrategias de comunicación con las que crearon sentido, estigmatizando sectores definidos de la población que luego fueron victimizados por millones. Hoy sus recursos tecnológicos de construcción de subjetividad, se multiplicaron exponencialmente. Cómo entonces no se iban a oponer a la creación de un Observatorio Nacional sobre Estigma y Discriminación?.
Hoy son 8 los monos pero muchos otros esperan agazapados la oportunidad de sumarse a propuestas tan delirantes como tentadoras. Nuestra Constitución Nacional y su organización democrática tiene elementos de sobra para frenar esos avances. Sólo se trata de utilizarlos con oportunas e imprescindibles decisiones políticas.