El presidente Volodimir Zelenski aseguró que un ataque aéreo ruso alcanzó una escuela usada como refugio en el este de Ucrania dejando un saldo de 60 muertos. Mientras tanto, las tropas del Kremlin continuaban su intento de capturar por completo la ciudad de Mariupol. En la víspera de las conmemoraciones en Moscú de la victoria contra la Alemania nazi, los militares ucranianos del ultranacionalista batallón Azov, que continúan atrincherados en la inmensa acería Azovstal, aseguraron que no piensan capitular.
El gobernador de la provincia de Lugansk, una de las dos que forman el Donbass, dijo que el ataque aéreo ruso provocó el incendio de la escuela del pueblo de Belogorovka, y aseguró que "había un total de 90 personas" en el lugar cuando se produjo el bombardeo, de las cuales 27 salvaron la vida. "Me gustaría verdaderamente creer que todavía hay gente que está viva allí", aseguró Gaidai, precisando: "En cuanto terminen los bombardeos, podremos empezar a retirar los escombros".
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La escuela de Belogorovka ocupa una superficie de 300 metros cuadrados, junto a la Casa de la Cultura, y estaba siendo utilizada como refugio por los ciudadanos. El ataque desencadenó varios incendios que las fuerzas de seguridad y bomberos tardaron horas en extinguir, a lo que siguió el hundimiento de la estructura del edificio. Los equipos de rescate continuaban el domingo con la búsqueda de los desaparecidos entre los escombros.
"El enemigo no cesa sus operaciones ofensivas en la zona operacional oriental para establecer un control total en el territorio de las regiones de Donetsk, Lugansk y Jersón, y mantener el corredor terrestre entre estos territorios y la Crimea ocupada" desde 2014, indicó el Estado Mayor ucraniano el domingo. Según él, en la región de Donetsk, las tropas rusas proseguían sus operaciones alrededor de Lyman, Popasnyansky, Severodonetsk y Avdiivka, mientras que la situación era "tensa" cerca de Moldavia.
Por el lado ruso, el ministerio de Defensa reivindicó el domingo la destrucción del "puesto de mando de una brigada mecanizada" en la región de Jarkov, al este de Ucrania, así como "el centro de comunicación del aeródromo militar de Chervonoglinskoye", en la región de Odessa. Hasta ahora Rusia sólo puede reivindicar el control completo de una ciudad importante, Jersón.
Civiles evacuados en Mariupol
Un día antes del desfile anual en Moscú para celebrar la victoria de la Unión Soviética contra los nazis, que en Rusia se recuerda cada nueve de mayo, fuerzas rusas buscaban completar la captura total de Mariupol, en la provincia de Donetsk. Una extensa planta siderúrgica era el único lugar de la ciudad portuaria o orillas del mar de Azov que no estaba bajo control ruso.
Todas las mujeres, niños y otros civiles de avanzada edad que se encontraban refugiados en la acería Azovstal terminaron de ser evacuados el sábado en un operativo de varios días de la ONU y la Cruz Roja en coordinación con Rusia y Ucrania. Los combatientes ucranianos que seguían en su interior, refugiados en búnkeres subterráneos, reiteraron que se niegan a deponer las armas. El Ejército ruso mantiene rodeada la planta.
"Rendirse no es una opción, porque a Rusia no le interesan nuestras vidas", dijo Ilya Somoilenko, oficial de inteligencia del Batallón Azov, la unidad militar ucraniana que resiste en la planta, en una conferencia de prensa difundida por video.
Alerta por un "inminente" combate en Transnistria
En paralelo, el Estado Mayor ucraniano alertó sobre lo que calificó de "preparativos para entrar de forma inminente en combate" por parte de grupos armados y tropas rusas en Transnistria, territorio separatista en la vecina Moldavia. Las fuerzas concentradas en ese territorio se encuentran "en plena preparación" para el combate, según el comunicado del Estado Mayor, difundido por el portal informativo Unian.
Las autoridades ucranianas vienen advirtiendo desde hace semanas de una posible extensión del conflicto hacia ese territorio prorruso de Moldavia. Desde Transnistria se han denunciado ataques con drones no identificados sobre su territorio.
La situación en Transnistria empezó a tornarse tensa a fines de abril, tras una serie de tiroteos y explosiones en edificios e infraestructuras gubernamentales, que según las autoridades procedían de territorio ucraniano. Kiev aseguró que se trataba de una operación de "falsa bandera" de Rusia para culpar a Ucrania de los ataques, además de preparativos para lanzar una ofensiva. Mientras tanto, Rusia calificó estos incidentes como un intento de arrastrar este territorio al conflicto armado en Ucrania.
Se calcula que Rusia tiene estacionado de forma permanente en Transnistria, con medio millón de habitantes, un contingente de unos 1.500 efectivos. Moldavia ha pedido su adhesión a la Unión Europea, mientras que Transnistria solicita que se reconozca su independencia tras el paso dado por Chisinau, la capital moldava.
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