En la localidad de Pichanal, ubicada en el departamento de Orán, se creó el Mercado popular Evita, una iniciativa que busca brindar alimentos de calidad a un precio justo y accesible para las familias. Precisamente, esta localidad es caracterizada como una de las que tiene las más altas tasas de personas en situación de vulnerabilidad de la provincia de Salta, dado que existe un alto índice de trabajo informal y de necesidades básicas insatisfechas. 

"Queremos sostener la vida", es una de las frases que se celebraron en la inauguración del Mercado Evita, iniciativa que nació desde el Movimiento Evita Pichanal y que se concretó el sábado 30 de abril. De esta manera se pretende dar un espacio accesible para que las familias puedan acceder a los insumos necesarios para la elaboración diaria de sus comidas. Los alimentos que allí se venden son provenientes de cooperativas y Pymes. 

El dirigente político Jocha Castro Videla aseguró a Salta/12 que los artículos que se venden en este Mercado son "productos que no llegan a las góndolas de las grandes cadenas de supermercados ni a los almacenes barriales" porque existe una concentración en las grandes cadenas que sostienen el “negocio” de los alimentos. "El alimento no es un negocio, es un derecho y debería ser un servicio", afirmó el referente. 

En tal sentido, desde el espacio manifestaron que la iniciativa no está orientada por una lógica de reproducción de capital, "sino que está impulsada en la lógica del sustento y reproducción de la vida, especialmente la vida de nuestro pueblo". Por lo que el objetivo final del emprendimiento "no es el lucro o la acumulación sino el vivir bien". 

Otra de las impulsoras del emprendimiento, Bety Ramón, dijo a Salta/12 que la iniciativa surgió por la necesidad de sustento de las personas que viven en el pueblo de Pichanal, en la afligente situación en que se encuentran los habitantes de las comunidades ava guaraníes y wichís que están en cercanía a la ruta nacional 34. 

"Sabemos que la economía, y sostener la canasta básica, es muy difícil en el norte", sostuvo Ramón. Añadió que por eso pensaron en este mercado. En ese sentido, Castro Videla indicó que la realidad es crítica en la zona con los precios están en alza y el poder adquisitivo de las familias en baja. 

Ramón explicó que en Pichanal viven familias que no tienen las necesidades básicas satisfechas, y donde además las políticas estatales llegan en último lugar, "y en esa cadena, los vulnerables somos los últimos de las filas".

Relató que las salidas laborales son sobre todo en la informalidad. "El único trabajo que hay son las fincas y las personas salen a trabajar haciendo changas para tener plata para el día", expresó. Recordó que ella misma vivió esta situación en su niñez. 

"Acá en las comunidades se sufre mucho, no sólo en el sentido de la alimentación sino también en el acceso a la salud, a la educación y a la falta de trabajo formal", manifestó Ramón, quien vive en la comunidad indígena San Francisco, que concentra a más de 15 mil habitantes. 

Aún así, reconoció que la asistencia no es suficiente porque porque las necesidades básicas no están cubiertas y ante la ausencia del estado municipal y provincial, "Los movimientos salimos a dar respuestas a estas necesidades". Además del Mercado Evita, otro ejemplo es la puesta en funcionamiento de un comedor comunitario que abre dos veces por semana en la comunidad wichí El Algarrobal. 

El Mercado Evita está al mando de cuatro mujeres que se distribuyen en dos turnos, por la mañana y la tarde. Además de la venta de alimentos de consumo básico, como la harina o el aceite, también se comercializan productos regionales y locales, tanto alimentos como textiles y artesanías. "Es el primer mercado que está acá y es accesible para las familias", dijo Ramón.