El juicio por el femicidio de la docente jubilada Sandra Palomo, de 58 años, comenzó este lunes con cuestionamientos a la investigación penal realizada.
La hermana de la víctima, Liliana Palomo, considera que el acusado como autor del crimen por el Ministerio Público Fiscal, un adolescente de 15 años declarado inimputable, no fue el único responsable y que fue presionado para inculparse.
En este sentido, pidió que se incorpore un acta que no está en el legajo de investigación en la que el chico solicitó protección a la jueza de menores Silvia Bustos Rallé y señaló a otro u otros autores. También pidió que se investigue una posible autoría intelectual y apuntó hacia al marido de la víctima. La mujer manifestó que como familia no fueron escuchados por el Ministerio Público, que investigó el crimen desde el principio como un robo.
En este juicio se juzga a los jóvenes Ian Esteban Caro, Ricardo Nahuel Bonifacio, D.R.C. y H.E.C. (éstos últimos eran menores de edad al momento del hecho). Los cuatro fueron imputados por el Ministerio Público Fiscal como como partícipes secundarios del delito de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento criminis causa (cometido para encubrir otro delito) y por mediar cuestión de género. Sin embargo, la querella, representada Gabriela Arellano y Javier Latorre, considera que los acusados fueron coautores, que prevé penas más graves. Para la acusación penal el autor del homicidio fue L.N.C.V., un adolescente que tenía 15 años al momento del hecho y fue sobreseído por inimputabilidad.
La hermana de la víctima, Liliana Palomo, quien además es abogada, fue la primera testiga en la audiencia de ayer. Su declaración introdujo hechos nuevos a la causa, que, según señaló, no fueron investigados por lxs fiscales intervinientes durante la Investigación Penal Preparatoria (IPP).
"Es demasiado burdo pretender que la familia acepte que ese día (L.N.C.V) salió solito de su casa, enojado con su mamá, y le dio muerte (a Sandra) por un robo (...) Quiero justicia (...) Los que me tienen que dar una respuesta son ustedes", manifestó Palomo ante el Tribunal de Juicio.
"La justicia no me puede hacer creer que a mi hermana la mató un menor que pergeñó su muerte, que la atacó solo y es el único autor. Eso para mí es agraviante", sostuvo Palomo.
La mujer se refirió a que hay un acta policial donde L.N.C.V dijo que no era el único autor del crimen y que "fueron cuatro más". "A continuación él se hizo cargo de la muerte de mi hermana. Él no participó solo de esa materialidad, y lo dijo. Necesito que la Justicia escuche esto", manifestó.
Señaló que la declaración en la que el adolescente se inculpa, y por la que fue imputado, surgió mediante un acta policial en la que un policía, sin presencia de la madre ni de un defensor ni de la asesoría de menores, le muestró un video y le dijo "hacete cargo porque no te van a dar más de un año, total sos menor y salís".
Palomo señaló que respeta los derechos del menor de edad inimputable. "A L. entiendo que la ley lo ampara y estoy de acuerdo con eso. Es un menor inimputable y la ley lo dice. (Era) Vulnerable, no ha tenido la suficiencia para medir lo que hacía, pero los otros sí", expresó.
En ese sentido dijo que quiere que los imputados que participaron de la muerte de su hermana "en una o otra medida, se hagan cargo de la parte que les corresponde. Si hay alguien más en la intelectualidad, que también se hagan cargo". También dijo que el menor de edad inimputable contó que uno de los acusados dijo que "le pagaron para matar a la mujer". Además, la testiga mencionó nombres de otros jóvenes, en particular de uno que consideró que puede estar implicado pero que no fue investigado, dijo.
No agilizaron la búsqueda
Sandra Palomo desapareció el 31 de agosto de 2019, había salido a hacer compras en una Toyota Hilux gris plata. La hermana dijo que ese día, toda la familia iba a reunirse a las 17 por un bautismo pero a las 16.30 la llamó por teléfono un hijo de la víctima para decirle que su madre no había regresado.
Liliana Palomo dijo que fue a denunciar la desaparición a la Comisaría 1ª y tuvo que esperar hasta las 19 para que se la tomaran. Indicó que uno de los hijos de su hemana había sacado la ubicación del GPS, pero aunque informaban de cada novedad que iba surgiendo a la policía, no agilizaron la búsqueda.
El 1 de septiembre una mujer encontró el cuerpo de Sandra Palomo entre la maleza, en una zona deshabitada sobre la calle Gato y Mancha, próxima al río Arenales. Se determinó luego que la causa de su deceso fue un shock hipovolémico.
"No creo en el móvil de robo", afirmó Liliana Palomo. Indicó que luego de la desaparición de su hermana la camioneta hizo un recorrido bastante importante por toda la ciudad y apareció esa misma noche, cerca de la cero hora, a unas cuadras de la casa de su hermana, sobre la calle Los Naranjos al 100 en el barrio Tres Cerritos, en el otro extremo de la ciudad. Un hijo de de la víctima vio el vehículo pero fue a buscar a su hermano para volver al lugar, cuando "inmediatamente llegó la policía" y fueron con los efectivos.
Sandra se había jubilado a principios de 2019. La hermana contó que tuvo que dejar de trabajar para cuidar al marido que no aceptaba otros cuidadores y tenía con él una rutina pesada. Dijo que a ella y a uno de los hijos de la víctima les llamó la atención la conducta que tuvo este hombre luego de la muerte de la esposa. Liliana Palomo no afirmó que su cuñado fuera el autor intelectual del crimen, pero pidió que se lo investigue.
Liliana dijo que Sandra era víctima de violencia de género, sobre todo psicológica. "Él era una persona muy controladora, si Sandra hacía lo que él consideraba que tenía que hacer todo marchaba muy bien. Cuando no hacía lo que él esperaba, era un sometimiento a su enfermedad". "Sandra minimizaba”; “todo lo justificaba con su enfermedad”, señaló.
Por otro lado, respecto a una segunda acta que Palomo pidió que se incorpore como prueba, en la que una persona le aporta datos de la conducta del viudo de forma posterior a la muerte de Palomo, el Tribunal consideró que puede dar lugar a “un hecho nuevo” y la incorporaron.
Liliana Palomo también reconoció a uno de los acusados, Bonifacio, como quien la seguía en días posteriores a la muerte de Sandra. Explicó que se dio cuenta de esa situación cuando se encontraba yendo casa por casa para averiguar con lxs vecinxs que tenían cámaras de seguridad si éstas habían podido captar hechos relacionadxs a la causa.