En el idílico Farleigh Hungerford, un pueblito inglés a pocos kilómetros de Bath, hay un club que enseña a nadar a la vieja usanza: ya no en la habitual piscina climatizada sino en aguas abiertas. Bastante frescas, dicho sea de paso, cuando no heladas… Así las cosas, la temperatura no amilana a sus cientos de socias y socios, que se adentran inexpertas/os en el indómito río Frome y acaban como pez en H2O tras las sucesivas clases. Hay quienes aseguran que este club -fundado en 1933- es el último en su tipo en Reino Unido, que ya no quedan otros donde la gente se reúna para nadar en ríos salvajes. La joven fotógrafa Alice Dempsey -especialista en imágenes documentales, editoriales, retratos- es de la partida, y asimismo, miembro de este lugar desde hace unos años.
“Cada vez que pongo un pie en el agua, cada vez que nado, que aquí me baño, me siento transportada a una época más simple, me embarga un sentimiento nostálgico y, a la vez, una sensación de euforia bárbara”, cuenta Alice, oriunda de Bath, que notó que la popularidad de su club iba en aumento durante, cómo no, la pandemia. “Desde los días más antipáticos, cuando la gente buscaba salir de sus casas hacia espacios abiertos, seguros”, aclara la autora de Farleigh Hungerford Swim Club, su más reciente serie (que planea seguir ampliando). La motivación de retratar a la gente del club viró tras varias charlas: en un comienzo se trataba de mostrar su amor por la naturaleza, pero terminó hablando “de cómo nadar en aguas abiertas, frescas, ayudó muchísimo a su salud mental en momentos realmente difíciles”.
“Hablé con muchas personas de distintas edades, y
todas coincidían en que este ritual acuático les había salvado la cabeza. Me
confesaron que así reseteaban sus ideas, ponían cuerpo y mente en blanco. Que
les daba una nueva perspectiva sobre lo verdaderamente importante. Que
mitigaban dolencias. Que les servía de impulso, cual shot de energía para
arrancar la jornada…”, ofrece Dempsey sobre las conclusiones a las que arribó
en su proyecto en desarrollo, un canto visual a la natación salvaje como
antídoto contra el estrés que aqueja y aqueja…