El nivel de deforestación en la Amazonia brasileña alcanzó un nuevo récord mensual entre el 1 y el 29 de abril, con más de mil kilómetros cuadrados de selva talados, según datos del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) de Brasil.

Los 1.013 kilómetros cuadrados de alertas de deforestación registrados suponen un salto del 74,6% respecto al mismo mes del año anterior, y el nivel más alto para un mes de abril desde el inicio de los informes, en 2016.

Incluso, mencionaron que abril es el último mes de la temporada lluviosa en la Amazonia, “típicamente un período de baja deforestación”. En los cuatro primeros meses del año, fueron deforestados 1.954 kilómetros cuadrados en la selva amazónica brasileña.

Según cálculos de Greenpeace, la cifra de abril equivale a 1.389 campos de fútbol destruidos. Desde la organización ambientalista expresaron su preocupación y responsabilizaron al Gobierno de Jair Bolsonaro, que defiende la explotación de los recursos naturales.

"La debilidad de los órganos de fiscalización ambiental no es casualidad, es un proyecto perverso que tiene como uno de los principales resultados la prescripción de delitos ambientales sin que los criminales sean castigados", denunció el coordinador de Amazonía de Greenpeace Brasil, André Freitas, reprodujo la agencia de noticias EFE.

El activista alertó también que la situación "tiende a empeorar" en caso de que se apruebe algunos de los proyectos que tramitan en el Congreso brasileño y que contemplan flexibilizar aún más la legislación ambiental.

Un estudio publicado a principios de mayo por la ONG Mapbiomas reveló que desde que Bolsonaro asumió el poder, en 2019, los órganos de protección ambiental respondieron a solamente 2,17% de las alertas de deforestación emitidas por el INPE.