El desarrollo de investigaciones ambientales, con análisis minuciosos sobre el impacto de las problemáticas sociales, urbanas y rurales, se convirtió en una pasión para Beatriz Dillon, docente e investigadora de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam). Esa trayectoria fue premiada con una Mención de Honor al Valor Científico en el Senado de la Nación.
Dillon, licenciada en Geografía y magíster en Estudios Sociales y Culturales, cuenta con una extensa carrera marcada por el alcance de sus investigaciones sobre las inundaciones y el escurrimiento de los ríos en la región pampeana, que tienen implicancias sociales directas.
“La geografía ha cambiado mucho en los últimos años- Ya no se trata de la materia que en la secundaria se vinculaba solo con lo natural, sino que se ha vuelto una ciencia eminentemente social, con una visión estratégica y crítica”, explicó al Suplemento Universidad.
Para la investigadora, el cambio en la orientación de esta disciplina es fundamental para comprender las relaciones desiguales que se establecen entre la sociedad y la naturaleza. “Era necesario plantear también una mirada social para entender, por ejemplo, el concepto de apropiación de los recursos. Históricamente hubo una brecha entre la geografía universitaria y la del secundario, que priorizaba estudiar los nombres de las montañas, ríos o mares; hoy, eso va mutando en pos de una visión más crítica”.
A ese cambio de paradigma, quien ocupa también el cargo de directora del Instituto de Geografía, bajo la órbita de la Facultad de Ciencias Humanas, le sumó la necesidad a la ciencia de tener una mirada “más propositiva”, es decir, de convertirse en una herramienta que influya activamente en el diseño de políticas públicas, no solo desde “el laboratorio”, sino con intervenciones directas sobre el territorio.
Y si de acciones se trata, una de las razones que la llevaron a ser merecedora del reconocimiento otorgado en el Senado en marzo de este año fue su participación durante la pandemia. Por entonces, el Ministerio de Ciencia y Tecnología lanzó una convocatoria para trabajar sobre la creciente problemática sanitaria, y de nueve proyectos enviados desde La Pampa, el único aprobado fue el presentado por Dillon junto con su equipo de investigadores.
“Nuestra propuesta vinculó la geografía con la salud, y consistió en la construcción de una posta móvil para atender a la población rural y evitar los desplazamientos durante la época más álgida de la cuarentena. Con el financiamiento obtenido se edificó un espacio para hacer los testeos, sin trasladarse a la ciudad, y actualmente funciona allí un centro de prevención de la salud de la niñez”, manifestó con orgullo.
La mención recibida tiene para Dillon un valor especial desde la perspectiva del rol de la mujer en la ciencia, un ámbito al que definió como “predominantemente masculino a lo largo de la historia”. Según contó, a nivel mundial la participación femenina en este campo no llega al 40 por ciento.
En ese punto, celebró que esa brecha “muy evidente” aún a escala global se haya prácticamente equilibrado en Argentina. “Gracias a las políticas de fortalecimiento desarrolladas durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se logró revalorizar tanto a la ciencia como a la tecnología, y se llegó casi a una paridad del 50-50 en relación al cupo femenino. Por lo tanto, el premio es un mimo no solo a la trayectoria, sino al trabajo que las mujeres hacemos en materia científica”.