Luego de cinco días de viaje y más de 3.600 kilómetros recorridos, las elefantas del Ecoparque Mendoza, Pocha y Guillermina, llegaron a su nuevo hogar en el Santuario de Elefantes Brasil (SEB), ubicado en el estado de Mato Grosso. 

Se trata de un espacio de más de 1.500 hectáreas de naturaleza pura, y el único santuario de elefantes acreditado en Sudamérica. Es administrado por la organización sin fines de lucro Elephant Voices, que ayuda a transformar las vidas y el futuro de los elefantes cautivos en América del Sur. 

Las elefantas emprendieron viaje el sábado pasado a la tarde, y durante todo el camino estuvieron acompañadas por una comitiva de entrenadores, veterinarios y cuidadores tanto del Ecoparque como del Santuario, quienes estuvieron a cargo de darles alimento y agua cada dos horas, garantizar la seguridad, el bienestar y la integridad de los animales.

Pocha y Guille llegaron a las instalaciones del santuario pasado al mediodía, donde fueron recibidas por el equipo de la reserva natural que se encargará del primer contacto de las elefantas con el lugar. Todo fue transmitido en vivo por el Facebook del lugar. "Tenemos que aguardar que los animales pierdan el estrés del viaje para que cuando salgan del trailer, puedan conocer, a su tiempo, su nuevo hogar", relató una de las encargadas de la reserva. 

Las elefantas son madre e hija. Pocha llegó de Londres y Guillermina nació en el que fue el Zoológico de Mendoza, donde pasó su vida hasta hoy junto a su mamá y Tamy, su padre, otro de los elefantes africanos que vive en el Ecoparque y que posteriormente será derivado al mismo santuario junto a otra elefanta, Kenya.

Y desde este viernes, vivirán en el Santuario de Elefantes de Brasil, a cargo de una organización sin fines de lucro que ayuda a transformar las vidas y el futuro de los elefantes cautivos en América del Sur. 

El Santuario de Elefantes Brasil (SEB) obtuvo la habilitación de operación por parte del gobierno brasileño en 2018 y, recientemente, certificó estándares de excelencia por parte de The Global Federation of Animal Sanctuaries, convirtiéndose en la única institución latinoamericana con este aval.

El lugar posee recintos completamente naturales, matorrales y áreas abiertas cubiertas de vegetación. Cada uno tiene dimensiones amplias, de entre 40 y 400 hectáreas. Allí, se les proveen dietas excepcionales a los animales y tienen atención veterinaria de alta calidad durante toda su vida.