Desde comienzos de abril, la OMS ya notificó, al menos, 228 casos de hepatitis aguda infantil distribuidos en 20 países. Argentina no es la excepción: el Ministerio de Salud comunicó ocho cuadros sospechosos, uno de ellos de gravedad ya que se trató de un niño de 8 años que debió recibir un transplante de hígado en Santa Fe. Ante esta alerta mundial, en Inglaterra investigan una posible conexión de la enfermedad con el contacto directo con perros.
Así lo informó la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA), al indicar que un total de 64 de 92 casos con hepatitis infantil aguda mencionaron la exposición y el contacto directo con perros, lo que despertó el alerta de los investigadores que estudian la causa de los aumentos de contagios. Según la UKHSA los cuestionarios realizados por los familiares de los afectados muestran “números relativamente altos de familias propietarias de perros u otras exposiciones a perros”.
Lo que sí se sabe de la Hepatitis aguda infantil
La hepatitis se caracteriza por una inflamación del hígado que potencialmente es mortal. Las cepas principales son la A, B, C, D y E, que se diferencian entre sí por sus modos de transmisión y la gravedad de la enfermedad que desencadenan. Según especifica la OMS, los tipos B y C ocasionan enfermedad crónica en cientos de millones de personas y, en esta línea, constituyen la causa más habitual vinculada a cirrosis hepática, cáncer y hepatitis viral. En el planeta, el organismo internacional estima que alrededor de 325 millones de personas sufren de la B y/o C.
Mientras que la A y la E se transmiten principalmente a través del contacto con alimentos o agua contaminados con las heces de una persona infectada; la B, la C y la D lo hacen a través del contacto con la sangre de alguien que tiene la enfermedad. La B y la D también se propagan a partir de fluidos corporales, por compartir jeringas o en relaciones sexuales sin protección. La buena noticia es que algunas hepatitis, como la A y la B, son prevenibles con la vacunación. La estrategia mundial tiene el objetivo de reducir en un 90 por ciento las nuevas infecciones y en un 65 por ciento las defunciones por hepatitis entre 2016 y 2030.
Lo que se investiga
Al momento, en parte de los casos, fue identificado un adenovirus (“F41”) similar a los que pueden producir cuadros respiratorios y gastrointestinales leves; y llevó a pensar que esta coincidencia tuviera algo que ver con el origen de la enfermedad. Sin embargo, aún falta recopilar la evidencia científica suficiente porque, según los especialistas, los adenovirus no suelen generar hepatitis. “Hay muchos virus que afectan al hígado, pero el adenovirus no porque es respiratorio. Aún con muchas formas de hepatitis no se puede establecer un diagnóstico preciso, probablemente, porque el mundo no halló las tecnologías para hacerlo. Para descartar todas las posibilidades que hay, los estudios que se realizan toman tiempo”, admite Analía Rearte, directora Nacional de Epidemiología e Información Estratégica del Ministerio de Salud. Al respecto, Víctor Romanowski, investigador del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular, apunta: “No hay una correlación importante de la infección con adenovirus. Se ha culpado al 41, pero está asociado a gastroenteritis y otro tipo de problemas, pero no a hepatitis. Es posible que solamente haya una coincidencia con esta hepatitis de origen incierto”, sostiene el vicepresidente de la Sociedad Argentina de Virología (SAV).
Tampoco se descarta que pueda haber surgido una nueva cepa de adenovirus con características distintivas capaz de causar la enfermedad. Incluso, algunas voces relacionaban a la hepatitis como una consecuencia de la covid. Sin embargo, esta hipótesis carece de fuerza en la medida en que debería advertirse una cantidad mayor de casos por la incidencia que tuvo el coronavirus en el mundo. Ante la merma en la propagación del Sars CoV-2, otros virus comenzaron a propagarse; de modo que si los niños y las niñas no desarrollaron defensas para este adenovirus, puede que en la actualidad presenten cuadros más graves.