El mundo de las criptomonedas volvió a dar una lección a los inversores desprevenidos. En pocos días ocurrió una de las pérdidas de valor más rápida en la corta historia de las monedas digitales y probablemente del sistema financiero en su conjunto. La criptomoneda Terra Luna pasó de tener un precio de 120 dólares a rematarse por menos de 1 centavo. Puesto en otras cifras perdió 40 mil millones de dólares de capitalización en algo menos de un mes.

La trama de desplome de Terra Luna tiene una relación directa con otra criptomoneda en crisis llamada Terra USD. Esta última es una moneda digital que supuestamente podía mantener la paridad 1 a 1 con el dólar aprovechando las bondades de la tecnología y las fuerzas de la oferta y la demanda. En la jerga era conocida como una stablecoin algorítmica. Pero ahora sólo le queda el mote porque llegó a cotizar a menos de 30 centavos.

En pocas semanas el fundador de la blockchain de Terra y sus dos monedas pasó de héroe a villano. Dejó de presumir su fortuna en Forbes para lidiar con el escarnio compulsivo en Twitter. Se trata del coreano Do Kwon, un joven de 30 años que estudió computación en la Universidad de Stanford, se recibió en 2015, trabajó inicialmente en Apple y en 2018 armó la empresa Terraform Labs con el objetivo de desarrollar una criptomoneda estable y totalmente descentralizada.

Terra USD aseguraba diferenciarse de otras propuestas de stablecoin importantes como Tether o DAI porque no necesitaba contar con un respaldo real en billetes físicos o bonos del Tesoro de Estados Unidos para defender la paridad contra el dólar. Tampoco exigía sobre garantías en otras criptomonedas.

En teoría, la magia de Do Kwon era haber desarrollado un esquema de incentivos para que Terra USD vuelva a costar 1 dólar cada vez que su precio se alejaba de ese centro de gravitación. Para ello se utilizaba la moneda Terra Luna, que en tiempos de relativa estabilidad permitía hacer un arbitraje (básicamente si un Terra USD se operaba en el mercado por menos de 1 dólar podía intercambiarse por Terra Luna y era aceptado al 100 por ciento de la paridad).

En los papeles todo parecía correcto, un Whitepaper bien armado, un clima de furor por las criptomonedas y el exceso de confianza en la descentralización permitieron que a partir de 2020 el proyecto de Terra gane mercado acumulando en su red miles de millones de dólares de capitalización.

La moneda estable de Terra fue por varios meses una referencia de éxito obligada dentro del mundo cripto. A tal punto que se habían armado proyectos basados en su tecnología que permitían invertir los Terra USD en algo similar a un plazo fijo con rendimientos anuales del 20 por ciento. Se acumularon inversiones de este tipo por el equivalente a más de 18 mil millones de dólares.

Pero la magia de los algoritmos y de las leyes de la oferta y la demanda que profesaba Do Kwon no fueron suficientes para soportar el cambio en las condiciones financieras internacionales y las estrategias de especulación con derivados que se habrían organizado en las últimas semanas. Una combinación que se encargó de barrer 40 mil millones de dólares de un plumazo.

Se especula que detrás del colapso hubo una ganancia multimillonaria de un fondo de inversión gigante. Algunos aseguran que es Blackrock. Este fondo habría comprado cerca de 1000 millones en Terra USD (parte apalancada con préstamos en bitcoin) para luego venderlo masivamente y provocar la corrida de los últimos días. Antes de hacer esta jugada se habría colocado en posiciones en corto. Esto último quiere decir que le apostó a otros inversores que Terra USD iba a derrumbarse, que no iba poder defenderse la paridad 1 a 1 ni evitarse el desplome consecuente en la otra moneda de la red llamada Luna.