Más de 1500 personas resultaron heridas como consecuencia de una estampida humana desatada el sábado en la plaza San Carlo de Turín, cuando miles de aficionados de la Juventus seguían en pantalla gigante la final de la Champions. El pánico se desató después del tercer gol del Real Madrid, cuando algunos testigos aseguraron haber escuchado un estallido, lo que habría generado una falsa alarma de bomba, por lo que la gente comenzó entonces a empujar y correr. El incidente trajo a la memoria de los hinchas de la Vecchia Signora la tragedia de Heysel de 1985, cuando 39 aficionados murieron aplastados durante una avalancha antes de la final de la Copa de Europa entre el club italiano y el Liverpool en Bruselas. Pese al dolor y preocupación por el incidente y al gusto amargo de la derrota, cientos de aficionados recibieron ayer a los jugadores de la Juve en el aeropuerto de Turín, mientras los distintos medios italianos intentaban buscar explicaciones al “derrumbe” y la “maldición” del hexacampeón del Calcio, que sufrió su quinta derrota consecutiva en una final de Champions y la séptima en nueve participaciones en el duelo decisivo a lo largo de su historia.