Un informe difundido por la revista científica "The Lancet" plantea la posibilidad de que los casos de hepatitis aguda grave en niños notificados recientemente en países del mundo “podrían ser consecuencia de la infección por adenovirus con trofismo intestinal en niños previamente infectados por coronavirus y portadores de reservorios virales”.

Los investigadores Petter Brodin y Moshé Arditi fueron quienes publicaron el estudio científico en el que investigaron las causas de varios de los casos por falla hepática detectados en menores en Europa, Estados Unidos, Israel y Japón.

“La mayoría de los pacientes presentan síntomas gastrointestinales y luego progresan a ictericia y, en algunos casos, insuficiencia hepática aguda. Hasta el momento, no se han encontrado exposiciones ambientales comunes y un agente infeccioso sigue siendo la causa más plausible”, destacaron los especialistas.

Asimismo, el informe indicó que “los virus de la hepatitis A, B, C, D y E no se han encontrado en estos pacientes, pero el 72 % de los niños con hepatitis aguda grave en el Reino Unido a los que se les realizó la prueba de un adenovirus tenían un adenovirus detectado, y de 18 casos subtipificados en Reino Unido, todos fueron identificados como adenovirus 41F”.

En ese sentido, precisaron que “este no es un subtipo infrecuente, pero afecta predominantemente a niños pequeños y pacientes inmunocomprometidos. Sin embargo, hasta donde sabemos, no se ha informado previamente que el adenovirus 41F cause hepatitis aguda grave”.

Por otra parte, puntualizaron que el SARS-CoV-2 “se identificó en el 18 % de los casos notificados en el Reino Unido y en 11 (11 %) de los 97 casos en Inglaterra con datos disponibles que dieron positivo en el SARS-CoV-2 al ingreso; otros tres casos habían dado positivo en las 8 semanas anteriores al ingreso”.

Es probable que las pruebas serológicas en curso arrojen un mayor número de niños con hepatitis aguda grave e infección por SARS-CoV-2 previa o actual. Se informó que 11 de los 12 pacientes israelíes habían tenido COVID-19 en los últimos meses, y la mayoría de los casos de hepatitis informados fueron en pacientes demasiado jóvenes para ser elegibles para las vacunas COVID-19”, aseguraron.

Además, aclararon que la infección por coronavirus “puede provocar la formación de un reservorio viral. La persistencia viral del SARS-CoV-2 en el tracto gastrointestinal puede conducir a la liberación repetida de proteínas virales a través del epitelio intestinal, lo que da lugar a una activación inmunitaria. Tal activación inmune repetida podría estar mediada por un motivo de superantígeno dentro de la proteína del pico del SARS-CoV-2 que se parece a la enterotoxina estafilocócica B, desencadenando una activación amplia e inespecífica de las células T. Esta activación de células inmunitarias mediada por superantígenos se ha propuesto como un mecanismo causal del síndrome inflamatorio multisistémico en niños”.

“Planteamos la hipótesis de que los casos de hepatitis aguda grave en niños notificados recientemente podrían ser consecuencia de la infección por adenovirus con trofismo intestinal en niños previamente infectados por SARS-CoV-2 y portadores de reservorios virales”, concluyeron Brodin y Arditi.

Los pacientes afectados en todo el mundo suman 450, según un informe del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), casi 100 más que los 348 informados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último reporte de esta semana.