Aunque el aumento de los salarios al cabo de un tiempo (seis meses, un año, un mandato presidencial) terminen"igualando" a la inflación, la sensación de que no hubo pérdida de ingresos reales de los trabajadores puede resultar totalmente falsa. Sobre todo, si hablamos de períodos de alta inflación mensual y la compensación salarial llega con cierto retraso o rezago respecto del ritmo de aumento de los precios.
Esto es, precisamente, lo que sucede en la carrera entre salarios y precios en los últimos años. Una pérdida de ingresos reales para los trabajadores que las estadísticas convencionales no registran. ¿Por qué sucede? Porque en el "mientras tanto se corrige el nivel salarial", los trabajadores con los "viejos" salarios ya soportan durante un tiempo (un mes hasta recibir el nuevo sueldo actualizado, o más como ocurre habitualmente en los acuerdos paritarios) el impacto de los "nuevos precios", ya aumentados, de los productos que consumen.
Y esa diferencia de capacidad adquisitiva en el "mientras tanto" no se compensa. El nuevo aumento de salarios, si iguala la inflación, simplemente pone nuevamente a precios y salarios en la misma paridad que en el punto de partida.
Porque aunque el trabajador pueda volver a consumir, con el salario actualizado por inflación, lo mismo que podía consumir al momento "cero" o de arranque del período, lo que dejó de consumir en el período intermedio, cuando los precios ya fueron aumentando, no se lo devuelve nadie.
Este fenómeno de rezago en los salarios frente a la inflación es analizado en un estudio que acaba de publicar Celag (Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica). El trabajo, que firman Guillermo Oglietti, Mariana Dondo y Alfredo Serrano, se titula "¿Cuánto ingreso se pierde por ir detrás de la inflación?" y recorre detalladamente la evolución de precios y salarios desde el inicio del gobierno de Alberto Fernández.
También hace referencia a la pérdida de capacidad de compra de los salarios durante los dos últimos años del gobierno de Mauricio Macri. Pero fue a partir de la gestión de gobierno del Frente de Todos que se planteó como objetivo que la evolución de los salarios marchara por delante de la inflación. Y esta es la cuestión, a partir de los resultados observados, que Celag pone en controversia con su informe.
Pérdida acumulada
"En épocas de alta inflación, por más que en algún momento del tiempo el
crecimiento del salario iguale al de la inflación, el salario real habrá acumulado
una pérdida a lo largo del tiempo que transcurrió hasta que el incremento salarial
alcanzó el de los precios", señala el informe antes de presentar el caso de Argentina en los primeros dos años del gobierno actual. Y lo describe de la siguiente manera:
"A veintidos meses del inicio del Gobierno de Alberto Fernández, en octubre de 2021, el salario mínimo nominal y el salario mínimo ajustado por inflación se igualaron. El salario “alcanzó” la inflación, podería sostenerse. Sin embargo, en el “mientras tanto”, las familias tuvieron pérdidas relevantes, porque durante todo el período la inflación superó el aumento escalonado del salario mínimo".
"En estos meses las familias acumularon una pérdida de su ingreso que a valor actual equivale a 95 mil pesos, cifra que representa 2,4 salarios mínimos (38.940 pesos en abril 2022)", detalla el informe.
La pérdida de ingresos se verificó en los primeros meses del gobierno actual (enero a septiembre de 2020), cuando al no producirse modificaciones en el SMVM, se acumuló un deterioro de ingresos reales creciente, mes a mes, a valores corrientes. Siguiendo la metodología de Celag, esa pérdida estuvo en el orden de los 500 pesos en enero y fue aumentando hasta llegar hasta cerca de los 4000 pesos en septiembre.
En octubre y diciembre de 2020 hubo aumentos del salario mínimo, que si bien permitieron recortar la pérdida del ingreso real de los perceptores del salario mínimo, aùn arrojaban resultados negativos con respecto a lo que hubieran percibido con un SMVM ajustado por inflación mes a mes. La pérdida de ingreso real con respecto a ese hipotético salario ajustado se mantuvo en más de dos mil pesos (en valores corrientes) tanto en octubre como en diciembre de 2020, pese a los aumentos en el SMVM.
Ya en 2021, los primeros aumentos del salario mínimo se aplican en marzo y en mayo, pero en paralelo a un primer cuatrimestre con muy altas tasas de inflación mensual (entre el 3 y 4,8% por mes). En consecuencia, la pérdida de ingresos reales para los que reciben el salario mínimo fue incrementándose mes a mes en enero, febrero, marzo (inclusive a pesar del aumento nominal del SMVM) y abril. En este último mes, alcanzó según Celag a 5000 pesos.
Esto quiere decir que el salario mínimo debería haber estado en ese mes 5000 pesos más alto para equiparar el poder real de compra que tenía en diciembre de 2019.
En el segundo semestre de 2021 se aplicó una política mucho más dinámica para recuperar el salario mínimo, con aumento mes a mes hasta octubre. Ello fue bajando la pérdida de ingresos reales mes a mes y, en octubre, prácticamente equiparó el nivel real que tenía el salario mínimo en diciembre de 2019. Con respecto a ese mes, el aumento del salario mínimo resultaba, en términos acumulados, equivalente a la inflación.
Pero el error, como destaca Celag, es suponer que eso es lo mismo que decir que "los salarios le empataron a la inflación". Porque en cada uno y en todos los 21 meses transcurridos desde enero de 2020 a septiembre de 2021 inclusive, el salario mínimo estuvo por debajo de lo que hubiera resultado de ajustarlo por inflación. En los primeros meses entre 500 y 1000 pesos, luego fue subiendo a entre 3000 y 4000, y tocó un máximo de pérdida mensual de ingresos reales de 5000 pesos.
La suma de esas pérdidas parciales, actualizadas, dan en la cuenta de Celag unos 95 mil pesos. En esos 21 meses se perdieron 2,4 salarios mínimos por el deterioro del poder de compra de los salarios mínimos cuando no siguen, mes a mes, a la inflaciòn.