En diálogo con AM750, el psicoanalista analizó los cambios que está experimentando la sociedad en este momento y señaló que “por un lado, hay una máxima velocidad en todo el desarrollo de la ciencia, los medios de comunicación, las redes sociales y, por otro lado, una inmovilización del tiempo social, como una suspensión del tiempo”.

“Esta velocidad es también la acumulación del capital, el cual crea una sensación de que ya estamos en un nivel en que el 12% de la sociedad argentina, por ejemplo, se desplaza o se despega en una nube oscura. Ese 12 por ciento que es inalcanzable”, agregó.

Además indicó que nuestro país puede llegar en algún momento a “compartir” los niveles de pobreza e indigencia de los países latinoamericanos. “Quizás es el destino de Latinoamérica”, afirmó aunque uno de los factores que todavía lo impiden en nuestro territorio es “por los efectos del peronismo”, indicó.

Con respecto a volver a este “destino latinoamericano”, Slimobich apuntó que Argentina tiene ciertas características que la hacen “especial” y que “quizás es herencia de la emergencia social del peronismo, que fue una multiplicación súbita de las potencialidades de una sociedad”.

Aún así, si bien “no es un destino agradable”, como afirma el psicoanalista, “es el destino colonial”. “Es el destino de empobrecimiento que produjo la extracción masiva de bienes y la construcción de una clase social acumulativa, que es una clase al servicio de lo que se llama el imperio -el imperio sean los bancos, sacar dinero al exterior, etc-”, dijo.

La discusión política entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner

Slimobich analizó la interna del Frente de Todos y explicó que la discusión entre Alberto y Cristina “es un debate sobre la conducción económica del país, sobre la distribución y si se va a confrontar con los poderes a no se va a confrontar”.

Asimismo indicó que “el debate es mucho más profundo que las personas que lo llevan, porque es el debate que se está dando en el mundo, cómo se va a distribuir”.

Y con respecto a esta desigualdad a nivel mundial, enfatizó en que “con este 12% que maneja esa nube oscura en la sociedad, no se puede negociar. Y lo que prueba esta imposibilidad de negociar es que no hay división de poderes”.

Sin embargo, el profesional vislumbra un rayo de luz entre tanto pesimismo: “hay una potencia, que es la que sigue funcionando, de más resistencia de un sector social argentino que siempre ha mostrado su relación con los derechos humanos, su relación con una sociedad más justa, y eso es una gran proporción de la sociedad. Con esa porción de sociedad se puede avanzar”.