No hay que adelantar la jugada. Esa parece ser la consigna en el macrismo para la provincia de Buenos Aires. El presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal consiguieron convencer a Elisa Carrió de que desistiera de su candidatura y todo parecía encaminado a que el principal postulante a senador fuera el ministro de Educación, Esteban Bullrich. Sin descartarlo, el PRO puso una pausa a la danza de candidaturas, a la espera de qué definición tomará Cristina Fernández de Kirchner. La definición estará en unas dos semanas, más cerca del cierre de listas. Entre las opciones figuran la larretista Gladys González y el secretario de Gestión Municipal, Lucas Delfino. En cualquiera de las posibilidades, la verdadera figura que estará al frente de la campaña será María Eugenia Vidal.
Tanto en La Plata como en la Casa Rosada prima la misma idea: no hay que adelantar la campaña. De hecho, al oficialismo le conviene atrasarla lo más posible porque las figuras que más tallarán en la elección (Macri y Vidal) ya están más que instaladas. Por lo tanto, el gobierno nacional y el provincial vienen desactivando lo más posible la discusión de listas y de nombres. Hasta hace algunas semanas, no obstante, batían el parche de la salida de Bullrich del Ministerio de Educación, una opción que el presidente Macri no confirmó ni desmintió. ¿Habrá sido una estrategia para terminar de convencer a Carrió de que se bajara?
Lo cierto es que a partir de que lograron que la líder de la Coalición Cívica dijera públicamente que no sería candidata en Provincia de Buenos Aires y confirmara su postulación en la Ciudad, tal como quería Macri, la discusión de sus posibles reemplazantes entró en un letargo. Parte de esto tiene que ver con que en el Gobierno están viendo con mucha atención cómo se define la discusión interna del peronismo. Se trata de evaluar a los adversarios (y a la adversaria).
“No está definida la lista. No es lo mismo que jueguen Cristina Fernández de Kirchner, Florencio Randazzo y Sergio Massa a que los candidatos sean Verónica Magario y Margarita Stolbizer”, indicaban en Casa Rosada. De presentarse la ex presidenta, es probable que busquen un candidato que exprese todo lo que el PRO busca ser en la polarización: lo nuevo, la juventud y un estilo no confrontativo. Uno de los que había sonado para ese lugar era el intendente de Pinamar, Martín Yeza, que llegó al cargo con 29 años. No obstante, en la gobernación bonaerense le restaban fichas a que termine siendo candidato. “Si las candidatas son todas mujeres, podría ser Gladys Gónzalez”, indicaban los macristas sobre otro de los cálculos posibles para enfrentar a sus adversarios.
En la mesa chica del PRO siguen abiertas todas las posibilidades: todavía puede ser Esteban Bullrich, pero también podría ser otro referente con buen manejo del territorio, como Delfino o bien el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. La decisión la resolverá el círculo más cercano de Macri y Vidal, del que ya fue excluido hace tiempo el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien advirtió sobre los peligros de la estrategia y de no tener una figura de peso en la provincia. Por estos días, y tras una serie de conversaciones con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, Monzó parece haber hecho las paces con la realidad de que no tendrá ninguna injerencia en el armado bonaerense.
Está claro que la lista no estará resuelta hasta que se hagan una idea más definida de cómo terminarán presentándose el Frente para la Victoria y el PJ en la elección, así como la conformación de las candidaturas del Frente Renovador. Pese a que en los discursos minimizan a los adversarios, los operadores del macrismo no dejan de estar atentos al peronismo en la provincia de Buenos Aires que, como se sabe, es uno de los distritos clave en las elecciones.
Si todavía no están definidas las cabezas, sí se sabe que, más abajo en las listas, y en un orden todavía no especificado, estarán el radical Facundo Manes, la recientemente incorporada Graciela Ocaña (a quien Carrió no quería en las listas porteñas y debió cruzar la General Paz) y el dirigente social Héctor “Toty” Flores (por pedido especial de la líder de la Coalición Cívica).
En plan de enfriar la discusión hasta nuevo aviso, un funcionario cercano a Vidal buscaba desdramatizar la selección del candidato ante este diario: “Ninguno de los nombres que andan dando vueltas tienen más de 50 por ciento de conocimiento”, advirtió, para indicar que la selección del perfil del candidato no es tan definitoria de la elección, por lo menos, a los ojos del oficialismo bonaerense. “La decisión va a tardar dos semanas más, aproximadamente. Es imposible definir candidatos a más de veinte días antes de un cierre. Se va a resolver a último momento”, indicó el dirigente, que tiene trato cotidiano con la gobernadora. Está claro que ella será el eje central de cualquier campaña de Cambiemos bonaerense. “Va a estar muy involucrada”, confirmó el dirigente. La candidata (por más que no esté en la lista) es Vidal.