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Desde Ciudad de México
Con la mira puesta en la elección presidencial de 2018, los principales partidos políticos en México midieron fuerzas, estrategias y engaños en los comicios celebrados en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, que eligen gubernaciones, y Veracruz, que renueva 212 alcaldías. Por lo pronto, todos los candidatos con posibilidades reales de ganar una gobernación se proclamaron vencedores; ninguno fue capaz de aceptar la derrota, lo que anticipa que el resultado final podría dirimirse en los tribunales.
Más allá de que el Estado de México es considerado una suerte de laboratorio electoral que anticipa lo que será la contienda que el año próximo movilizará al país para sustituir al presidente de México, los resultados finales marcarán la línea de salida de cada partido para esa carrera. Pero sobre todo, es una calificación política del presidente Enrique Peña Nieto, quien por cierto registra un nivel de desaprobación de 78,6%: El desempeño de su sucesor en el Estado de México, Eruviel Avila, tampoco ayuda: lo reprueba 65% de la población de su entidad.
Media hora después del cierre de las urnas en el Estado de México, la tierra del presidente Enrique Peña Nieto, el candidato del PRI a gobernador Alfredo del Mazo dijo tener “una clara ventaja” en todas las encuestas de bocas de urna realizadas por su partido. Poco después, de forma contradictoria, el PRI nacional borró de su cuenta el tuit con el que minutos antes daba como ganador a su candidato Del Mazo.
Con menos convicción que su principal contendiente, el dirigente de Morena en el Estado de México, Horacio Duarte, dijo que la tendencia de los resultados “si bien es cerrada”, las encuestas de boca de urna de su partido le permiten decir que su candidata Delfina Gómez ganó la elección con una ventaja de entre 5 y 7 puntos porcentuales. Casi una hora después, la candidata de Morena se proclamó vencedora en Twitter.
El primero en salir a cantar triunfos fue Ricardo Anaya, dirigente nacional del derechista PAN, y pese a decir que no podía dar cifras definitivas, dijo haber ganado en tres de las cuatro elecciones estatales.
Anaya destacó que anoche el PAN gobernaría ya 13 estados del país, y proyectó que desde esa plataforma “en 2018 vamos a ganar la Presidencia de la República”. En cualquier caso, ninguno de ellos será el Estado de México, donde su candidata, Josefina Vázquez Mota, se desplomó hasta el cuarto lugar, con un desempeño aun peor al que tuvo en 2012 como candidata presidencial del PAN, cuando quedó en tercer lugar, después de Andrés Manuel López Obrador y de Enrique Peña Nieto.
En Coahuila, estado fronterizo con Estados Unidos, tanto el PAN como el PRI se dijeron vencedores de la elección de gobernador. Guillermo Anaya, el candidato del PAN, fue directo: “Quiero anunciarles que hemos ganado”. Con diferencia de minutos, Miguel Ángel Riquelme, el candidato del PRI, también se declaró vencedor.
En Nayarit, un pequeño estado en la costa oeste del país,tanto el candidato del PRI, Leonel Cota,como el del PAN, Antonio Echevarría, se dijeron ganadores.
La elección de gobernador en el Estado de México es considerada una suerte de anticipo de lo que será la elección de presidente de México en 2018. Con 11,3 millones de votantes, esta entidad tiene el padrón electoral más grande del país, equivalente al 13,3% nacional. Un 70% de los ciudadanos que acudirán a las urnas viven en 17 municipios conurbados con la Ciudad de México.
Los resultados oficiales no se conocerán sino hasta ya entrada la madrugada de hoy. Lo que sigue es la judialización de los procesos electorales.