Este lunes, en un nuevo encuentro entre trabajadores que se desempeñan en el edificio de la ex Palúdica (en donde hay delegaciones del Ministerio de Salud de la Nación, y del SENASA), y funcionarios municipales, se volvió a exhibir la confrontación que subyace en la cesión del inmueble que el gobierno nacional hizo por ley a favor de la Municipalidad de la ciudad de Salta en 2016.
Los trabajadores esperan una respuesta oficial sobre qué va a suceder en el lugar físico donde deberán desempeñarse. La Municipalidad de Salta, en tanto, sostiene que como el lugar es suyo, no precisa pedirle permiso a nadie para ingresar al edificio que en el futuro albergará la "Ciudad de la Música", según se anunció. En el medio, desde los dos sectores, se apuntó a la necesaria respuesta del gobierno nacional respecto del conflicto suscitado.
Ayer en asamblea, quienes se desempeñan en el edificio, decidieron iniciar un "estado de alerta", lo cual implicará "estar atentos", ante la llegada de funcionarios municipales.
"Hoy vinieron y no trajeron ni un solo papel", dijo a Salta/12 la delegada de UPCN, Matilde Juárez, tras el conflicto que se suscitó el viernes pasado, cuando funcionarios ingresaron al edificio y rompieron candados de algunos espacios que están sin funcionar.
Quien se presentó en el lugar fue nuevamente el secretario de Legal y Técnica de la Municipalidad de Salta, Daniel Nallar. Al hablar con este medio, el funcionario afirmó que las comunicaciones formales pertinentes para realizar el relevamiento en el edificio y posteriormente los trabajos se remitieron en su momento al Ministerio de Salud de la Nación. "Incluso el trámite de la cédula parcelaria y las escrituras ya está formalizado", dijo Nallar. En ese punto afirmó que el hecho de "pedir permiso" para ingresar a un edificio que "es de los salteños", es en alguna medida ceder también la propiedad del inmueble.
Cada sector se mantuvo en su postura: los trabajadores, en solicitar que la Municipalidad les informe formalmente cada vez que ingrese al edificio a realizar relvamientos. La Municipalidad, al responder que el edificio es propio y que en todo caso remitirá las comunicaciones oficiales que realizó al Estado nacional.
"Tenemos que ingresar continuamente para conocer el estado del edificio y poder definir las obras a realizar", dijo Nallar al sostener que ante esta realidad, no podrán avisar formalmente de la situación cada momento que asistan a la Palúdica. Volvió a recordar que el edificio se encuentra en "peligro de derrumbe".
Nallar señaló que a estas alturas debería ser el gobierno nacional a través del Ministerio de Salud (dado que en el edificio funciona la Dirección Nacional de Control de Vectores y Reconocimiento Médico), el que dé una respuesta concreta a la situación e incluso la informe a sus empleados. Tanto Juárez como el delegado de ATE en el organismo público, Adán Alancay, apuntaron a esta responsabilidad de la Nación de indicar qué pasará con quienes trabajan en este edificio y adónde serán trasladados. Por ahora solo conocen que "hay reuniones" en la cartera sanitaria y que se prevé la llegada de un funcionarios de Buenos Aires en los próximos días.
Una estación sanitaria
Por su parte, Nallar afirmó que al menos parte de los trabajadores podrán volver a trabajar en el mismo lugar una vez que finalicen las obras. Y es que tras el conflicto que trajo en 2016 la cesión por ley del edificio se agregó a la normativa un apartado que obliga a continuar con una "estación sanitaria" dentro del inmueble. Esto con el fin de cumplir con la carga de la donación que realizó Luis Güemes entre 1923 y 1924 para que el edificio se destinara a una dependencia sanitaria. La necesidad surgió por la lucha contra el paludismo, que se hizo desde este lugar.
La queja de quienes trabajan allí es que la política pública para el lugar fue la desinversión. Y la respuesta a los que resistieron la entrega del edificio es, hasta la actualidad, el pago de las costas por haber perdido el recurso de amparo que habían presentado para que el edificio siga siendo parte de Salud de la Nación.
"De retirarnos, será con profundo lamento porque estamos saliendo de un brote de dengue" y porque "la lucha contra el Chagas aun no terminó", dijo por su parte Alancay al dar cuenta de la actual situación.