En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los precios de los alquileres dificultan el acceso a la vivienda a gran parte de la población, expulsándolos hacia zonas con infraestructura y servicios de menor calidad. Los alquileres aumentaron más de 65 por ciento interanual en mayo, por encima de la inflación general de 58 por ciento hasta abril. A punto tal que a una persona que cobra el Salario Mínimo de 38.940 pesos en abril no le alcanza para alquilar un monoambiente en Capital, que cuesta 43.000 pesos.
Los datos fueron elaborados por por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) que calculó que, mientras la variación interanual de los precios fue de 58 por ciento para abril, en los últimos doce meses, el costo de alquilar un monoambiente en Capital Federal aumentó 65,4 por ciento. En los departamentos de 2 ambientes la suba fue de 66,7 por ciento y de 70 por ciento en los de 3 ambientes.
Los aumentos de mayo con respecto a abril 2022 fueron de 7,5 por ciento en los monoambientes, 3,1 por ciento para los de 2 ambientes y 9,3 por ciento en los de 3 ambientes.
El salario no alcanza
La mediana de los monoambientes ofertados en Capital Federal es de 43.000 pesos. La mediana de las ofertas de departamentos de dos ambientes es de 50.000 pesos y de los de tres ambientes 76.500 pesos. En cada categoría, los precios varían en función de características tales como antigüedad, si posee cochera, entre otras y de su entorno como disponibilidad de transporte, cercanía a centros comerciales, entre otras. Los valores expresados anteriormente no incluyen expensas, las cuales alcanzan en promedio el 16 por ciento del costo de alquiler.
Sin tener en cuenta las expensas, el Salario Mínimo Vital y Móvil, que en abril fue de 38.940 pesos, cubre el 90,6 por ciento del alquiler de un monoambiente. En el caso de quienes cobran la jubilación mínima 32.630 pesos, dicho haber les alcanza para cubrir el 75,9 por ciento del alquiler de un monoambiente.
Ley de alquileres
En las últimas semanas se debatieron en la Comisión de Legislación General de la Cámara de Diputados modificaciones a la ley de alquileres, norma a la que apuntan desde el mercado como responsable del aumento de precios.
Tras ser sancionada en 2020 con el objetivo de regular un mercado desigual en que propietarios cuentan con un gran poder frente a los inquilinos, los resultados no fueron los mejores. La falta de oferta de alquileres provocó una suba de precios que el mercado inmobiliario atribuye a la ley y los inquilinos a una falta de regulación por parte del Estado para que la ley se aplique.
Lo cierto es que hoy existen tres dictámenes proponiendo la modificación de la ley: uno por la mayoría, del Frente de Todos, que mantiene el espíritu de la ley pero incluye incentivos fiscales para aumentar la oferta. Y dos por minoría: el de Juntos por el cambio, primera minoría, que apunta a reducir el tiempo de los contratos de tres a dos años y dar marcha atrás con el esquema de actualización anual de la cuota mediante un índice elaborado por el Banco Central y en base a la evolución de los salarios y la inflación. Un tercer dictamen, que obtuvo solo un voto, fue presentado por la diputada de Interbloque Federal Graciela Camaño y es similar al de Juntos por el Cambio. Aún no hay fecha para su tratamiento en el recinto.
El mercado
El 19 por ciento de los y las argentinas son inquilinas. La Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos con mayor porcentaje, ya que llega al 36. Sin embargo, se repite este fenómeno en otros aglomerados urbanos como Ushuaia, donde el 40 por ciento alquila, Río Gallegos (28,2 por ciento), Bahía Blanca (26,3 por ciento), Neuquén (25,8 por ciento), Córdoba (25,5 por ciento) y La Plata (23,9 por ciento).
A principios de 2022 la Federación de Inquilinos Nacional publicó una encuesta a 2170 inquilinos e inquilinas del país a fin de aportar más información de un mercado desregulado y con fuentes de datos provenientes del sector privado.
Contratos informales sin factura y con aumentos cada seis meses en vez de un año, como lo dicta la ley, son algunos de los puntos que remarcaron. Además, la mayoría -91 por ciento- afirmó que el mercado no cumple la Ley de Alquileres y un 98 por ciento dijo que el Estado no la controla. La mayoría de los inquilinos de Capital Federal destina un 50 por ciento de su ingreso al alquiler, y sufrió entre 30 y 80 por ciento de aumentos en las renovaciones de contratos.