El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), señaló que la Cumbre de las Américas podría contribuir a "inaugurar una nueva etapa" en las relaciones entre los países de la región, en la que se pase del "injerencismo" y las "imposiciones" por parte de Estados Unidos a la cooperación y la unión.
"Es el momento de inaugurar una etapa nueva" en América, sin "hegemonía, injerencismo ni imposiciones. Es necesario un cambio en la política exterior del mundo. Ya no es posible seguir con la doctrina Monroe, ni con la consigna de 'América para los americanos', ni mantener las pugnas que se originaron durante la Guerra Fría", manifestó AMLO.
El mandatario adelantó en su tradicional conferencia matutina que hablará de eso con el exsenador Christopher Dodd, designado por el gobierno de Joe Biden como asesor especial para la Cumbre de las Américas, que se realizará en junio en Los Ángeles, California.
"La cumbre podría ayudar a iniciar una política nueva y le tengo confianza al presidente Biden, creo que él podría dar este paso y dejar atrás toda esa política anacrónica, injusta, de subordinación, de falta de respeto a la independencia y a la soberanía de los pueblos", añadió AMLO.
Comentó que tiene "el sueño" de que con la cumbre los países del continente se unan para cooperar. "Tengo ese sueño de que en Los Ángeles nos unamos todos, y comparten ese punto de vista -porque no es solo nuestro-otros pueblos Y gobiernos. Repito: creo que el presidente que podría iniciar esta nueva etapa, y convertirse en el conductor de esta nueva política en América es Biden", finalizó AMLO.
Convencer a Bolsonaro
La reunión entre Dodd y AMLO sería presencial, pero será virtual por el contagio de coronavirus del estadounidense, quién también tenía previsto viajar a Brasil el viernes para intentar convencer a Jair Bolsonaro de que asista a la reunión de líderes del continente, considerada por Washington el evento continental más relevante para Estados Unidos.
Desde la Casa Blanca se lo ha definido como el "único" evento que reúne a los jefes de Estado de todo el continente, sin embargo, la reunión corre el riesgo de tener importantes ausencias debido a las señales de Bolsonaro y de AMLO de que no tienen intención de asistir, que se suman a las del boliviano Luis Arce.
Para los norteamericanos, celebrar la novena Cumbre de las Américas sin los líderes de las dos mayores economías de la región sería un fiasco diplomático y reforzaría la imagen de que Washington ya no tiene el protagonismo de antaño. AMLO dijo la semana pasada, al igual que Arce, que solo asistiría si Estados Unidos invitaba a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, considerados dictaduras por la Casa Blanca.
Flexibilización de las sanciones
Aunque una invitación a estos países ha sido prácticamente descartada por jerarcas estadounidenses, los interlocutores evalúan que la flexibilización de las sanciones y restricciones contra Cuba y Venezuela, anunciadas lunes y martes, fueron también señales de Biden para intentar romper la reticencia del mandatario mexicano a participar en la cumbre.
Este lunes, Estados Unidos anunció la retirada de las medidas impuestas durante la presidencia de Donald Trump sobre las remesas y los viajes a Cuba. En la práctica, las nuevas determinaciones facilitan, entre otras cosas, el envío de dólares de cubanos residentes en Estados Unidos a familiares en la isla. La flexibilización de las sanciones contra Venezuela debería permitir a la petrolera estatal PDVSA iniciar negociaciones internacionales que antes estaban prohibidas.
Una de las consecuencias inmediatas de las medidas de Washington fue el reciente anunció del gobierno de Nicolás Maduro de reanudar las negociaciones con la oposición en México, auspiciadas por el gobierno de Noruega y con el apoyo de la comunidad internacional.
*De la Agencia Regional de Noticias, especial para Página/12.