El censo nacional transcurrió ayer con normalidad en Rosario, donde los 16 mil encuestadores que relevaron la ciudad casa por casa encontraron que la mitad ya había respondido el cuestionario digital. Y como estaba previsto, hubo custodia policial y de gendarmes en determinados barrios donde se temía que los censistas fueran blanco de robos o de alguna hostilidad. Nada grave ocurrió, aunque sí se reportaron algún teléfono celular arrebatado en barrio Industrial. Se estima que hoy se conocerán los primeros datos que producirá este muestreo para actualizar el último, de 2010.
Los censistas salieron en la fría mañana del feriado en una ciudad que lució casi desierta desde un centenar de escuelas asignadas como sedes del operativo. Hubo voluntarios que se habían inscripto pero se dieron de baja a último momento, y eso complicó la planificación prevista en el arranque. Por eso en algunos barrios la tarea se cumplió con voluntarios de organizaciones sociales que se anotaron sobre el comienzo y casi sin capacitación previa.
El desarrollo transcurrió normal, y con las singularidades que suelen darse en estas circunstancias. Hubo censistas que omitieron timbrear en algunas puertas, otro que pretendió dejar en mano la planilla para que cada vecino la completara. Hubo quienes invitaron al censista con café caliente para contrarrestar el frío, porteros de edificio colmados de códigos alfanuméricos de los consorcistas que se ausentaron de sus departamentos a pesar de que debían permanecer, y múltiples anécdotas que abundaron en las redes sociales.
El director del Instituto Provincial de Estadística y Censos, Gabriel Frontons, se manifestó conforme con el despliegue territorial y atribuyó el mérito en buena parte a que por aquí la mitad de la población se anticipó con el censo digital, lo que facilitó la tarea de los voluntarios a cargo del relevamiento. En toda la provincia ayer trabajaron unos 64.000 censistas. Según dijo Frontons, 1,8 millón de personas respondió el cuestionario vía internet en Santa Fe, y ayer no hicieron mas que exhibir el código que certificaba haberlo realizado. "Hoy se comprobará lo ventajoso de la herramienta digital", celebró.
Tanto Frontons, como más tarde lo dijo la jefa de la seccional Rosario del Ipec, Ana Pendino, en general la actitud de la población fue receptiva para con la visita de los encuestadores. No obstante, señaló que en casos puntuales donde no haya pasado nadie para censar se los debe comunicar al teléfono del Ipec, 341 4721115.
Pendino aclaró que también es posible que entre hoy y el martes –sin contar sábado y domingo– sean visitados por censistas los domicilios que ayer faltaron.
Según las particularidades geográficas de cada zona, los censistas partieron en grupos, tanto por la necesidad de acometer zonas densamente pobladas de manera ordenada, como también por razones de seguridad.
Lo blanqueó el secretario de Seguridad provincial, Claudio Brilloni. "De acuerdo con las reuniones que tuvimos con los coordinadores del operativo, donde los referentes de los censistas manifestaron su preocupación por la tarea que tenían que desarrollar en algunos lugares de mayor conflictividad o vulnerabilidad social, coordinamos con ellos cuáles eran los lugares donde consideraban que iban a necesitar un refuerzo de la seguridad, pero todo se desarrolló con normalidad", afirmó el responsable de la seguridad pública.
Se desplegaron unos 650 agentes de Policía de Santa Fe, Gendarmería Nacional y de Prefectura Naval, para custodiar a los voluntarios en por lo menos ocho barrios señalados como "de mayor conflictividad o vulnerabilidad social". Trescientos agentes federales se apostaron en los barrios Tablada, al sureste; y en Empalme Graneros y Ludueña, en el noroeste. Y 350 policías patrullaron cerca de los censistas esos tres barrios mencionados, y también Larrea y Toba en el noroeste, además de Santa Lucía y Villa Banana, en el oeste, y Las Flores en el extremo sur de la ciudad. Brilloni precisó que 50 agentes recorrieron a pie, otros 70 se desplegaron en vehículos, y 97 policías se apostaron de custodia en las escuelas sede del operativo, donde se repartían planillas y material para la realización del censo.