El presidente de la Reserva Federal estadounidense (FED), Jerome Powell, anticipó este miércoles que la entidad monetaria continuará aumentando las tasas de interés hasta que haya una “clara y convincente” evidencia de que la inflación, que actualmente se ubica en récords de 40 años en ese país, comience a caer de forma sostenida. "Tenemos que llevar la inflación al 2 por ciento (anual). Tenemos que restaurar nuestra estabilidad de precios. Será desafiante hacerlo y tenemos que desacelerar el crecimiento para llevarlo a cabo", aseguró. Su declaración impactó de modo negativo en los mercados. El Dow Jones retrocedió 3,56 por ciento; el S&P 500 4,03 y el Nasdaq 4,73 por ciento, registrando el mayor derrumbe desde 2020.
En lo que los analistas interpretaron como las declaraciones más duras de Powell hasta la fecha, el funcionario afirmó durante una entrevista en vivo organizada por el diario The Wall Street Journal, que “la FED continuará empujando hasta que la inflación se retrotraiga de una forma clara y convincente”.
La FED ya incrementó su tipo de referencia en 25 puntos porcentuales en marzo y 50 puntos este mes, en lo que fue el mayor alza individual desde el año 2000, ubicándola de esta forma en un rango de 0,75 a 1 por ciento.
Tras la última revisión al alza y los recientes comentarios de funcionarios de la entidad y el propio Powell, se espera que la FED realice nuevas subas de 50 puntos durante las próximas reuniones monetarias de junio y julio, aunque el rango dependerá especialmente de lo que ocurra a corto plazo con la inflación, según explicó el presidente de la entidad.
“Si la FED no ve signos de merma en las presiones inflacionarias, se considerará una mayor agresividad”, advirtió Powell, y, en el caso contrario, “se evaluará un menor ritmo en la suba de las tasas”.
Durante el diálogo, el presidente del banco central enfatizó en la necesidad de frenar la problemática y calificó a la estabilidad de los precios como “la base de la economía”, según la agencia Bloomberg.
La FED se enfrenta al riesgo de que un endurecimiento en su política monetaria enfrié demasiado a la economía generando, incluso, la posibilidad de una recesión. En ese sentido, Powell reconoció que los riesgos de una política monetaria dura –incluido un “leve incremento” en la tasa de desempleo- son costos que valen la pena pagar para lograr frenar la suba de precios.
Hasta el momento, la postura de la FED es incrementar la tasa hasta llegar a fin de año a un nivel “neutro” (que no impulse ni una contracción ni una expansión de la economía) que se calcula que se sitúa en 2,5 por ciento, aunque Powell no descartó, si es necesario, “ir más allá de los niveles que se consideran como neutrales”, de no calmarse la inflación.
“La economía (estadounidense) está fuerte y pensamos que puede soportar una política monetaria menos acomodativa”, sostuvo Powell, quien la semana pasada fue ratificado por el Senado para un segundo mandato de cuatro años.
En ese sentido, un dato que la FED sigue de cerca para evaluar el estado de la economía es la tasa de desempleo, que en abril se ubicaba en 3,6 por ciento.
Si bien aún faltan un millón de puestos de trabajo para alcanzar los niveles previos a la pandemia de febrero de 2020, la tasa de desempleo de dicho mes (3,5 por ciento) se encontraba cerca de mínimos históricos –no registrados desde fines de los sesenta- en Estados Unidos.
En abril, el Índice de Precios al Consumidor registró una suba de 8,3 por ciento interanual, según datos del Departamento del Trabajo publicados la semana pasada, lo cual representó una leve baja frente al 8,5 por ciento de marzo, cuando se registró un récord en 40 años.
Pese a que se considera que marzo representó un pico, diversos analistas y economistas creen que las restricciones por los rebrotes en China y el desarrollo de la guerra entre Rusia y Ucrania continúen presionando al alza a los precios.