Venezuela anunció el inicio de las negociaciones para retomar las mesas de diálogo entre el oficialismo y la oposición, luego de que se conociera la decisión de Estados Unidos de levantar algunas sanciones económicas a ese país. México, país anfitrión de las reuniones entre ambas partes, saludó la intención de reactivar el diálogo que el oficialismo había dejado en suspenso en señal de protesta por la extradición a Estados Unidos de Alex Saab, acusado de lavado de dinero y de ser testaferro del presidente Nicolás Maduro. Esta novedad se conoce en medio de las tensiones por la IX Cumbre de las Américas, de la que el presidente Joe Biden será anfitrión en junio en Los Ángeles, y que México y otros países de la región amenazaron con boicotear si hay países excluidos.
"Este proceso no debió haber sido suspendido"
"La delegación de la Plataforma Unitaria para la negociación entre venezolanos informa a los venezolanos y a la comunidad internacional que ha dado inicio a conversaciones formales con nuestra contraparte, con fines de lograr su pronta reactivación", dijo la coalición opositora en un comunicado. Las nuevas conversaciones incluirán encuentros y discusiones que tendrán como objetivo "precisar y acordar los elementos necesarios para el pronto reinicio de este proceso de negociación, que no debió haber sido suspendido". .
"Reiteramos nuestra total disposición para construir de manera urgente un gran acuerdo político que permita lograr la recuperación de Venezuela a través de la reinstitucionalización democrática del país, la celebración de elecciones libres, justas y transparentes y la restitución de los derechos fundamentales para todos los venezolanos", advirtió la oposición en el texto difundido en Twitter. La negociación entre las partes empezó en agosto de 2021 y quedó en suspenso dos meses después, por decisión del oficialismo, en rechazo la extradición a Estados Unidos de Alex Saab, presunto testaferro de Maduro que se encontraba preso en Cabo Verde.
Sobre ese tema el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, recordó que "Saab, secuestrado desde hace 704 días, es miembro pleno de la delegación de Venezuela y es nuestro delegado ante la mesa social que estamos discutiendo", por lo que Venezuela "ha exigido, exige y exigirá su participación en cualquiera de las iniciativas de trabajo que eventualmente se acuerden". Por su parte Marcelo Ebrard, canciller de México, calificó como "muy positivo el anuncio de la reanudación del diálogo" y agregó que su país está "dispuesto y listo para recibirles y contribuir a que sean todo un éxito".
Estados Unidos afloja levemente la presión
Este martes, un alto funcionario anunció que Estados Unidos aliviará las sanciones contra el país sudamericano, una de las condiciones del gobierno de Maduro para el avance del diálogo con la oposición. La administración de Joe Biden dijo que el "alivio de sanciones" se refiere sobre todo a una "licencia limitada" otorgada a la estadounidense Chevron en el contexto del embargo al crudo venezolano, que Washington aplica a Caracas desde 2019 con la esperanza de forzar la salida de Maduro.
La exención "autoriza a Chevron a negociar los términos de las posibles actividades futuras en Venezuela" pero "no permite cerrar ningún nuevo acuerdo con (la petrolera estatal venezolana) PDVSA", explicó a periodistas el alto funcionario estadounidense. La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, celebró la medida aunque insistió en que "Venezuela aspira a que estas decisiones inicien el camino para el levantamiento absoluto de las sanciones ilícitas que afectan a todo nuestro pueblo".
El responsable estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo que próximamente se anunciaría "otra medida", pero aseguró que ninguna acción conllevará "un aumento de ingresos para el régimen". Según versiones de la prensa, Estados Unidos eliminaría de su lista de personas sancionadas a Carlos Erik Malpica Flores, un sobrino de la primera dama de Venezuela y exfuncionario de alto rango de PDVSA. Pero el funcionario estadounidense negó el martes que las medidas anunciadas tengan relación con "los precios del petróleo".
Maduro recibió a principios de marzo a tres enviados de Washington, en el primer contacto de alto nivel entre los gobiernos de los dos países en varios años. Varios analistas especularon entonces con que Washington precisaba encontrar proveedores alternativos para el petróleo que importaba de Rusia y que decidió dejar de comprar tras la invasión de este país a Ucrania, y que Venezuela podía ser uno de ellos.
A la vez, señalaron que Caracas precisaba reemplazar a Rusia, ahora aislada del sistema internacional de transacciones financieras, como su casi exclusivo proveedor de acceso a divisas. Sin embargo, pocos días después la Casa Blanca aclaró que "por ahora" no estaba pensando en comprar crudo a Venezuela y Maduro no modificó su posición de apoyo a Rusia, uno de sus principales aliados internacionales, en el contexto del ataque a Ucrania.
Cumbre y tensiones internas
En cualquier caso, la decisión estadounidense sobre Venezuela se conoció un día después de que Washington levantara una serie de restricciones a Cuba, facilitando procedimientos de inmigración, transferencias de dinero y vuelos a la isla. Mientras tanto, persisten las tensiones por la Cumbre de las Américas que se celebrará el próximo mes en Los Ángeles.
En ese contexto el canciller de Venezuela, Carlos Faría, saludó y agradeció este miércoles "la postura valiente" del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien aboga por una Cumbre de las Américas "sin exclusiones" ante la decisión de Estados Unidos de no invitar al país caribeño, además de Cuba y Nicaragua.
López Obrador anunció, durante su tradicional conferencia matutina, que pedirá a funcionarios estadounidenses vinculados a la organización de la cumbre que Washington "inicie una nueva política" en la región sin "hegemonía, injerencismo ni imposiciones". En ese sentido el mandatario mexicano manifestó: "Le tengo confianza al presidente Biden, creo que él podría dar este paso y hacer atrás toda esa política anacrónica, injusta, de subordinación, de falta de respeto a la independencia, a la soberanía de los pueblos".
El mexicano fue el primer presidente en rechazar la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua de la cumbre. También cuestionaron esta decisión la mandataria de Honduras, Xiomara Castro, y el boliviano Luis Arce, miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).