Racing tenía que ganar y ganó. Con sus formas, esas tan vistosas que venían de soltarle la mano en la Copa de la Liga, y cuando lo necesitó, tirándose atrás y aguantando. Fue 1 a 0 ante Melgar en Avellaneda para quedar puntero de su grupo de Copa Sudamericana con 12 unidades, a tres de los peruanos (sólo clasifica el primero). En la última fecha, el próximo jueves, la Academia será local de River de Montevideo (3) y Melgar hará lo propio con Cuiabá de Brasil (6).
El equipo de Gago dejó en claro desde el pitido inicial que la desazón de la reciente eliminación ante Boca quedó en el olvido. O, en todo caso, se transformó en motivación. La Academia atacó y atacó a Melgar en cuanta ocasión pudo y de todas las maneras en busca del triunfo que tanto necesitaba para romper la paridad de su grupo.
Y antes del cuarto de hora, ya contó con dos ocasiones clarísimas de gol, ambas en pies de Chancalay. La primera, tras una recuperación del tan incansable como insoportable (para los rivales) Copetti, quien durmió al defensor Deneumostier tras un saque de arco y dejó al exColón en posición inmejorable. La segunda, con una gran jugada encabezada por Insúa, tocando y yendo a buscar, para terminar sacando el centro en busca del delantero. Sí, el segundo defensor central pisando el área peruana, así de ofensivo era lo de Racing.
Pero un flojo zurdazo, primero, y luego el palo le ahogaron el grito a Chancalay. Para el entrerriano, negador de refranes, recién la sexta fue la vencida. Cuando se iba el primer tiempo, Racing armó nuevamente una linda jugada colectiva, Miranda metió el taco -uno de los muchos que regaló en la noche- para Chancalay y el extremo derecho encaró para adentro y sacó el zurdazo del 1 a 0. Fue su sexto disparo de la noche y tan solo su segundo gol en el año (18 partidos) luego de un 2021 muy fructífero en esa materia (12 gritos en 49 juegos).
Pequeño detalle: minutos antes, Racing se quedó con un jugador menos por la expulsión de su arquero. El Chila Gómez tuvo que salir fuera del área a cortar un ataque iniciado por un displicente pase atrás de Cardona en una zona muy comprometida. El árbitro primero le mostró la amarilla,pero luego la cambió por roja. El colombiano, en tanto, pagó los platos que él mismo rompió con el cambio y silbidos.
El Racing de juego virtuoso y dogma ofensivo de la primera parte cambió de guión en la segunda. Pragmático, se dedicó a defender la ventaja ante un Melgar que cuando tuvo la pelota no supo qué hacer con ella y se volvió más inofensivo que con su planteo inicial, el contragolpe, con el que sí asustó a los locales de la mano de su complicado referente de ataqueBernardo Cuesta.
Recién en tiempo de descuento el equipo dirigido por Néstor Lorenzo llevó algo de peligro al arco de Tagliamonte -tercer arquero de Racing, por detrás del lesionado Arias y Gómez-. Pero nada de que preocuparse y, así, todo fue felicidad en Avellaneda.