La idea del rapero Wolty era simple y concreta: hacer una canción para relatar un día de mucha mala suerte. Quería que a un personaje le saliera todo mal, y que la canción se titulara Martes 13. El nombre era obvio, pero le sirvió para desplegar toda su imaginación y realizar un video actuado por él mismo que la rompió en YouTube. Pero, "de casualidad", la cosa se le fue de las manos y la idea empezó a crecer hasta convertirse en una serie animada por Biscarrita.
El feedback con sus seguidores fue clave. "Cuando saqué Martes 13, en los comentarios muchos empezaron a poner que querían un Miércoles 14. Más que nada surgió del público lo de continuar con la historia. A mi ni se me había ocurrido, la verdad", confiesa el rapero de la crew Vanline. "De hecho, esa canción no estaba animada, la hicimos con videoclip actuado. Y después Miércoles 14 era una canción que no tenía nada que ver, pero decidí continuar la historia. Después empezó la pandemia y ya no podía seguir haciendo videos con actores, porque no se podía salir a filmar. Entonces surgió la idea de hacer todos los videos animados por Biscarrita."
El disco Bad Week es también una serie animada dividida en siete capítulos -los días de la semana-, donde el músico va narrando a fuerza de rimas filosas y un flow preciso. Con estética de cómic y algún guiño al animé japonés, el ilustrador Biscarrita capta con ingenio, un trazo suelto y atractivo y casi con fidelidad gráfica las barras que construyen la historia creada por Wolty. En ellas, el rapero se dio otras libertades: "No es lo mismo un videoclip actuado que uno ilustrado, porque todo se puede dibujar. Entonces, empecé a flashar más."
"Le pasaba cada canción y le daba libertad absoluta para el diseño de los personajes y los escenarios, excepto por algunos detalles que sí o sí tenían que estar", cuenta Wolty. "Y siempre perfecto todo, no tuve que corregir casi nada. Él labura solo, es súper profesional, es una bestia. Nos dio nostalgia terminarlo porque fueron casi tres años haciendo videos", dice.
► La buena mala suerte
Entre el drama y el humor, Bad Week es una historia ambientada en una ciudad postapocalíptica que mezcla conflictos, personajes y tópicos clásicos de la ciencia ficción: ataque extraterrestre, viajes en el tiempo, samurais, invasión zombie, guerra entre demonios y dioses, y hasta dinosaurios y dragones aparecen en la historia. Pero todo inmerso en el universo del rap, con sus códigos y modos propios, como la superación personal, las competencias y la tensión con la autoridad.
Por ejemplo, el abuso policial se filtra como subtrama. "El mundo no me parece un lindo lugar, me parece hostil. Entonces, eso se ve reflejado en mis canciones. Obvio que hay personas lindas y buenas, pero la humanidad deja bastante que desear", sostiene el artista oriundo de Tigre.
"Soy fanático de la ciencia ficción y de series de animación como Rick and Morty", cuenta Wolty. "De hecho, todos mis sueños son así. Cada cinco sueños, uno tiene zombies o estoy escapando de algún dinosaurio", dice. La serie está inspirada también en películas como Matrix, obras de "zombies y destrucción" y animes como Death Note o Shingeki no Kyojin.
Pero más que una referencia clara, partió de una idea: "Lo que quise hacer es crear un personaje que tuviera mucha mala suerte, porque le pasa de todo, pero que a la vez tuviera mucha buena suerte para resolver esos problemas. Y además es bien cabeza dura, va para adelante todo el tiempo y no le importa nada. Traté de armar una especie de héroe al que le sale todo de casualidad".
--¿Cuánto hay de autorreferencial en la serie? Porque el personaje se llama Wolty…
--Soy un poco así, pero no tomaría las decisiones que tomo ahí. El personaje es un Wolty que no tiene familia, que perdió todo y al que no le importa nada. Con todos los lazos afectivos que tengo, no tomaría esas decisiones. Pero sí tiene cosas de mí: quizás ser un cabeza dura es algo que me caracteriza.
--La historia funciona completa, parece haber sido pensada así desde el comienzo.
--Es la sensación que da. Y la canción que más me costó escribir fue la última, Domingo 18, porque no tenía pensado cómo cerrarla y no la quería cagar. Odio cuando en las series la cagan con el final. No quería que me pasara, y estaba en un punto muy crítico de la historia. De hecho, escribí una versión en la que la cagaba, pero pude darme cuenta de que no iba por ahí y armé una versión que sí me gustó.
--No había discos conceptuales de rap pensados como series animadas, ¿no?
--No lo vi nunca, quizás hay algún manija que ya lo hizo. Es un poco extraño hacer un disco de ciencia ficción animado. Hoy se piensa mucho qué funciona y qué no, y no hay tanto rapero pero sí hay mucho trap y reggaetón. El rap no es igual de mainstream que el trap y el reggaetón, entonces no es tan fácil hacer cosas así.
--¿Por qué te interesó el lenguaje del rap para tu música?
--Empecé escuchando rap. Todos mis ídolos son del rap, como los españoles Nach, Piezas y Jona. Es mucho más fácil hacer una canción medianamente buena de trap o reggaetón que de rap, porque en el rap está muy desnuda tu voz, no tiene autotune. Y quedás bastante expuesto a decir cosas que sentís o que pensás. Creo que es más difícil. No por sacarle mérito a los otros géneros, pero el rap tiene algo más genuino, transmite mucho.
--¿Y por qué creés que esta nueva oleada de raperos y traperos se posicionó tanto en Argentina y a nivel internacional?
--Por lo mismo que empecé a rapear: porque es novedoso, porque gusta, porque está buenísimo. Empecé a escuchar rap y a rapear hace diez años. Es una bomba escuchar a alguien rapear sobre un beat. A los 15 empecé a tirar freestyle y a competir, cuando éramos muy poquitos. Y luego empecé a escribir mis canciones.