Las cuidadoras y cuidadorxs reclaman hace tiempo una ley que lxs reconozca y jerarquice para poder plasmar derechos, obligaciones y convenios con obras sociales, clientes particulares y el Estado nacional. Luchan por romper el círculo de un trabajo precarizado, desvalorizado, “donde hay especulación y desamparo legal”, advierte la diputada nacional Mónica Macha, del Frente de Todxs, que junto con el colectivo de organizaciones de ese sector volvieron a presentar el proyecto de ley de cuidadoras domiciliarias, con el agregado esencial de las cooperativas como forma organizativa, para formalizar y regular la actividad de las personas que ejercen de cuidadorxs domiciliarixs y/o polivalentes.
“Poner en valor todo este trabajo, la construcción colectiva de poder escuchar la necesidad de transformaciones, le da una base social mucho más interesante al proyecto”, enfatiza Macha. “Todas esas instancias tienen que ver con un trabajo y una militancia para poder avanzar.”
La iniciativa reversionada y presentada el viernes último en el Auditorio de la Cámara de Diputadxs, establece un régimen general de la actividad de cuidadorxs, que promueva la profesionalización, con certificado o matrícula habilitante, la jerarquización mediante programas de capacitación, y la creación de un Registro Nacional que releve y actualice la nómina de cuidadorxs, e inscriba a las cooperativas de trabajo que presten el servicio de cuidados, con el 70 % de sus asociadxs inscriptxs en ese registro. Además, el sistema de seguridad social, público o privado, deberá contratar exclusivamente “los servicios de cuidadores/as domiciliarios/as y/o polivalentes que cuenten con el certificado o matrícula habilitante”, establece el documento, de fuertes puntos en común con el proyecto de ley Cuidar en Igualdad para la creación del Sistema Integral de Políticas de Cuidados de Argentina, que presentó el Gobierno a principios de mayo y que contempla el cuidado como trabajo rentado. “Como están planteadas las cosas, salga primero la ley que salga, lo celebramos”, expresó María Marta Bruno, de la Asociación Civil Cuidame que te Cuido, de la provincia de Buenos Aires.
“Los trabajos de cuidados deben ser reconocidos, distribuidos y bien retribuidos. Están en el corazón y en el sostenimiento de la vida. Tenemos ese consenso y tenemos la oportunidad de llevarlo a cabo, con perspectiva federal”, continuó la directora nacional de Articulación Integral de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Sofía Veliz, que participó del encuentro. “Tenemos también muchísimos puntos en común con este proyecto. Vamos a poder llegar a construir una versión mejorada y ojalá podamos alcanzar la ley este año.”
En un salón colmado por referentxs de organizaciones y cooperativas de diferentes provincias, todxs pusieron en común la urgencia del derecho a salarios “que hagan a la vida digna” de una profesión atravesada por el desgaste físico, psicológico y emocional. “Este es el puntapié inicial para futuros reclamos. Las cuidadoras domiciliarias veníamos siendo invisibilizadas en la sociedad. Hemos perdido compañeras por no estar vacunadas, necesitamos licencias por maternidad, de descanso, porque ponemos el cuerpo, el alma y la mente. Necesitamos capacitación porque nos empodera, y seguros laborales que nos cubran los días caídos”, describió Josefina Sánchez, de la Cooperativa SolTreCha, del Chaco, y de la Red de Cooperativas de Cuidados. “Buscamos que sea un proyecto inclusivo donde estén todas, las independientes, las autónomas y las cooperativistas de todo el país. Conocemos la precarización de nuestras compañeras, sabemos qué es que nos exploten y que tengamos que realizar tareas laborales inadecuadas porque necesitamos trabajar.”
La pregunta “¿Quién cuida a las cuidadoras?” que se repuso en la jornada, circula con vida propia desde los primeros pasos dados por las redes extendidas a todo el país y replica en anécdotas y saberes que se comparten, para seguir nutriendo una ley en construcción permanente. “Celebramos el proyecto del Sistema Integral de Cuidados de la Argentina, porque en principio nos considera como beneficiarixs de una licencia por maternidad: hoy un embarazo significa un telegrama de despido a las monotributistas”, lamentó Bruno. “Pero cuando nuestro trabajo es rentado, ¿qué pasa con lo que nos pagan? ¿Qué pasa cuando tenemos que reclamarles a las obras sociales no solo porque pagan poco, sino porque no nos deja negociar con las familias una diferencia? Esta ley nos abre una puerta muy importante, la de la expresión cuidado como trabajo.”
Desde el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), Zaida Chmaruk priorizó la organización de feminismos y colectivos como eje para lograr que se garantizara “el cuidado de las cuidadoras” y para que esa agenda “sea hoy ineludible para las compañeras que estamos en la administración pública”. El proyecto, sostuvo, “muestra cabalmente su potencia transformadora y la potencia para seguir trabajándolo en cada una de las provincias. Hay que hacer escuela, dialogar, explicar, ser firmes”.
Chmaruk, que integra el directorio del Inaes, relató que “nos pusimos bastante de acuerdo sobre qué significa cuidar y por qué el trabajo de cuidado es la base sobre la que se sustenta la invisibilización de géneros. Estamos peleando la parte más difícil, que cuidar es un trabajo, y debemos tener un derecho y una retribución económica sobre ese trabajo que hacemos. Que este proyecto de ley contemple las distintas formas de organizarlo y darlo, y las distintas formas en que lo conveniamos, es un avance inmenso que nos contempla porque pudimos encontrarnos en las demandas y en algunas soluciones, y lo construimos entre todas”.
Esta semana continuaron las reuniones de organizaciones y cooperativas con funcionarias de diferentes ámbitos, para fortalecer el proyecto de Mónica Macha, que prevé reuniones informativas, y para conocer en profundo la ley Cuidar en Igualdad. “Nos piden que trabajemos como si no cuidáramos y que cuidemos como si no trabajáramos”, concluyó Veliz. “Queremos revertir eso.”
El punto de partida que abraza la diputada es precisamente el piso necesario para consolidar los derechos de lxs cuidadorxs. “Necesitamos esa ley, sola o dentro del proyecto del Poder Ejecutivo, pero que estén los objetivos de este proyecto. Logramos eficacia cuando nos unimos y podemos escucharnos la militancia, el activismo feminista, y porque necesitamos generar una sociedad que pueda cuidarse más, porque también enfrentamos el desafío y la necesidad de construir un humanismo distinto. Este que tenemos es muy salvaje y muy depredador.”