Rusia intensificó sus ataques en Ucrania mientras intenta tomar más ciudades en la región del este conocida como Donbass, y el presidente ucraniano Volodimir Zelenski dijo por segunda vez en pocos días que la situación allí es "extremadamente difícil". En el día 88 de la invasión rusa de Ucrania, "el enemigo ruso no deja de realizar operaciones ofensivas en la Zona Operativa Oriental", indicó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas en su parte diario. El Kremlin dijo estar listo para continuar las conversaciones con Ucrania, mientras que las autoridades ucranianas exigen a sus aliados el envío de más armamento.
Una situación "extremadamente difícil"
"Como en días anteriores, el Ejército ruso está intentando atacar Sloviansk y Severodonetsk", dijo Zelenski en su habitual mensaje por video, y agregó que la situación en el Donbass "sigue siendo extremadamente difícil", aunque "las Fuerzas Armadas de Ucrania están repeliendo la ofensiva".
"Cada día que nuestros defensores repelen estos planes ofensivos rusos y los frustran se convierte en una contribución concreta a la aproximación del día clave. El ansiado día que todos esperamos y por el que luchamos: el día de la victoria", dijo el mandatario ucraniano. Pero estos últimos comentarios de Zelenski parecen reflejar más optimismo que la realidad sobre el terreno.
Rusia se ha fijado la conquista del Donbass como objetivo luego de haber retirado a sus tropas de la región de la norteña capital de Kiev a fines de marzo. Las unidades militares ucranianas más experimentadas y mejor equipadas se encuentran en el Donbass, pero las tropas rusas las superan en número y las están rodeando, lo que dificulta su reaprovisionamiento según analistas.
El Ejército ruso controla total o parcialmente cinco provincias del este y sur de Ucrania, incluyendo las dos del Donbass (Lugansk y Donetsk), además de la península de Crimea, que se anexionó en 2014. En Moscú, el ministerio de Defensa ruso informó que Rusia atacó desde aviones y con artillería centros de comando, depósitos de municiones y concentraciones de tropas en el Donbass y en la sureña provincia de Mikolaiv.
El vocero del ministerio, el general Igor Konashenkov, dijo que los misiles alcanzaron tres centros de comando, 13 zonas donde se concentraban soldados y equipamiento ucraniano y cuatro depósitos de municiones en el Donbass. En Mikolaiv cohetes rusos destruyeron un sistema de defensa móvil contra drones cerca del poblado de Hannivka, unos cien kilómetros al nordeste de Mikolaiv, según informó la agencia de noticias rusa Sputnik.
Crecen los ataques sobre Severodonetsk
Desde hace días las hostilidades en el Donbass se centran en Severodonetsk, en la provincia de Lugansk, que está "prácticamente rodeada" por las fuerzas rusas, según sus autoridades. La industrial Severodonetsk es una de las pocas ciudades importantes del Donbass que sigue bajo control ucraniano, así como su ciudad gemela de Lisichansk, separadas entre sí por el río Siversky Donets.
El gobernador de Lugansk, Sergei Gaidai, dijo este domingo que las tropas rusas intentaron atacar Severodonetsk desde cuatro direcciones en las últimas horas. Gaidai dijo en la aplicación de mensajería Telegram que los intentos fueron infructuosos, pero que continuaron los ataques de artillería en zonas residenciales, y agregó que un puente que une la ciudad con la vecina Lisichansk fue destruido.
Rusia dio un gran paso en su objetivo de capturar el Donbass el mes pasado al conquistar la sureña ciudad portuaria de Mariupol, en el extremo sur de Donetsk, sobre el mar de Azov. Hace dos días, Rusia declaró la "liberación total" de Mariupol tras la rendición de los últimos soldados ucranianos que había en la ciudad, atrincherados desde hace semanas en los túneles y búnkeres subterráneos de una gran planta metalúrgica. Desde la semana pasada, un total de 2.439 combatientes refugiados en la acería de Azovstal se rindieron a las tropas rusas, de las que ahora son prisioneros de guerra.
Rusia dispuesta a retomar negociaciones
Rusia dijo estar lista para continuar las conversaciones con Ucrania, que fueron congeladas por Kiev hace un mes y medio después de que recrudecieran los combates en Mariupol y que salieran a la luz las imágenes de Bucha. El jefe de las negociaciones por parte de Moscú, Vladimir Medinsky, fue quien comunicó la voluntad rusa de retomar el diálogo, según citó la agencia Tass.
"Por nuestra parte, estamos dispuestos a continuar el diálogo. El congelamiento de las conversaciones fue completamente una iniciativa de Ucrania", sostuvo Medinsky, considerando que "la pelota está en el tejado" de Kiev. La última ronda de conversaciones presenciales entre los delegados de ambos países tuvo lugar en Estambul, Turquía, el pasado 29 de marzo.
Ucrania pide más armamento
Por su parte Ucrania, que espera que la llegada de más armamento occidental le ayude a equilibrar las fuerzas con Rusia y le permita incluso pasar a la contraofensiva, reiteró este domingo su negativa a hacer concesiones a Moscú. "¿Negociar con un país que ha tomado como rehenes a millones de personas? Tenemos una idea mejor: el mundo debe acordar suministrar a Ucrania lanzacohetes múltiples autopropulsados y otro armamento pesado para desbloquear el mar Negro", escribió en Twitter Mijail Podolyak, asesor de la presidencia de Ucrania.
Podolyak, quien participó en las conversaciones con Rusia en las primeras semanas del conflicto, comentó así las sugerencias de la prensa estadounidense de que Kiev negocie con Moscú el desbloqueo de los puertos del mar Negro. La semana pasada, el viceministro de Exteriores de Rusia, Andrei Rudenko, vinculó el desbloqueo de los puertos ucranianos al levantamiento de las sanciones a las exportaciones rusas.
El presidente Zelenski, que acusa a Rusia de robar el trigo ucraniano en las regiones ocupadas por sus tropas, aseguró que el bloqueo ruso ha inmovilizado 22 millones de toneladas de granos. "Tenemos que desbloquear esa vía porque hay una crisis alimentaria. Se puede hacer de distintas maneras y una de ellas es la militar. Por eso les pedimos a nuestros socios el armamento necesario para ello", aseguró el mandatario ucraniano.
Frente a la continuidad del ataque ruso lanzado el 24 de febrero, Suecia y Finlandia siguen intentando avanzar (después de décadas de no alineamiento militar) con su decisión de unirse a la OTAN, cuyo único obstáculo actual es el rechazo de Turquía.