Los hinchas de Boca celebraron en las calles de todo el país el triunfo de su equipo en el estadio Mario Alberto Kempes, en Córdoba. En Buenos Aires, el Obelisco del centro porteño se fue poblando de aficionados auriazules apenas media hora después de concluido el partido, mientras desde la Avenida 9 de Julio, de norte a sur y de sur a norte, los hinchas llegaban en distintos medios de locomoción e inclusive a pie.
Y lo mismo ocurría en otros sectores de la Ciudad mientras en distintas ciudades del conurbano estallaban petardos y fuegos de artificio por doquier.
Claro que esto no era privativo de Buenos Aires, ni siquiera de Córdoba, donde los futbolistas se quedaron casi dos horas después de finalizado el encuentro sentados en la mitad de la cancha, con las camisetas puestas todavía después de recibir del presidente de AFA, Claudio Tapia, la copa en juego, comiendo pizzas a modo de "cena de celebración", acompañados de sus familiares.
Esto se trasladó hasta distintos puntos de la Patagonia como de otras ciudades del centro y norte del país. Jujuy fue uno de esos epicentros donde se concentran gran cantidad de hinchas de Boca. En la plaza central de San Salvador el público se fue concentrando una vez terminado el partido para desatar toda su felicidad, la mayoría enfundados en los tradicionales colores del Xeneize, al grito de "Dale Campeón" y "Un minuto de silencio", dedicado a su clásico rival.